Por: Ciro Murayama / El Universal
El
domingo votaron 49 millones de personas. Esa misma noche el consejero
presidente del IFE dio a conocer los resultados del conteo rápido con las
siguientes estimaciones: Josefina Vázquez Mota alcanzaría entre 25.1% y 26.03%
de los votos, Enrique Peña Nieto entre 37.93% y 38.55%, Andrés Manuel López
Obrador entre 30.9% y 31.86% y Gabriel Quadri entre 2.27% y 2.57%.
A partir
de las 20:00 horas del 1 de julio se comenzaron a publicar las cifras del
Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP). Al cierre del PREP, el
2 de julio, se había alcanzado la cifra histórica de captura de 98.95% de las
actas, con estos datos de la votación presidencial: Vázquez Mota, 25.45%; Peña
Nieto, 37.95%; López Obrador, 31.79%, y Quadri, 2.31%.
Los
resultados del conteo rápido del IFE y del PREP convergen con extrema precisión
por una sencilla razón: el conteo rápido es una encuesta y el PREP un censo
cuya fuente es la misma, las actas de escrutinio y cómputo llenadas a puño y
letra por los funcionarios de casilla.
Apenas 24
horas después de cerradas las casillas, el IFE publicó en internet la imagen
digitalizada de cada acta capturada en el PREP. Se trata de 426 mil 510 actas
de las tres elecciones federales. Con las imágenes de las actas se puede
corroborar la confiabilidad del PREP, que debe reflejar los datos asentados en
las actas. A la vez, como el IFE les fue entregando desde el domingo esas
imágenes de las actas a los partidos, éstos pudieron tener copia de las actas,
aun de aquellas casillas a las que no enviaron representantes.
Ahora
bien, toda la información del conteo rápido y del PREP es preliminar y no tiene
consecuencias jurídicas para los resultados oficiales. El cómputo distrital
inicia por ley al siguiente miércoles de la elección, por lo que ayer se
reunieron los 300 consejos distritales del IFE. En cada consejo votan el
presidente de la junta distrital —único funcionario del IFE— y seis consejeros
electorales que son ciudadanos independientes de prestigio en su localidad.
Adicionalmente, en dichos consejos hay representantes de los partidos, con voz
pero sin voto.
Cada
consejo debe hacer el cómputo distrital de la elección para presidente, luego
al Senado y finalmente a la Cámara de Diputados. Por ley, si en algún distrito
la diferencia entre primer y segundo lugar es de menos de 1%, deben recontarse
todos los paquetes electorales. Asimismo, si en alguna casilla el acta es
ilegible, si todos los votos son para un partido o si los votos nulos superan
la diferencia entre primer y segundo lugar, también debe abrirse ese paquete
electoral y hacerse el recuento.
El IFE
anunció ayer que se haría el recuento en 78 mil casillas de la elección
presidencial, en 87 mil de senadores y en 86 mil de diputados. Si los partidos
muestran que es necesario recontar más, seguramente se hará, lo cual debe ser
bienvenido. Entonces, en cada distrito se revisan las actas, si hay duda se
recuentan los paquetes y finalmente se suman los resultados de cada casilla.
Eso dará el resultado distrital. El 7 de julio sesionarán los 32 consejos
locales del IFE —uno por entidad— y agregarán los resultados de sus cómputos
distritales, lo que confeccionará los resultados oficiales por entidad. Aunque
se llama “cómputo” no lo hacen computadoras, sino consejeros, delante de
representantes de partidos, por lo que no hay riesgo de triquiñuela
informática.
Por
cierto, será clave el recuento en las muy reñidas elecciones de diputados
federales. De acuerdo con el PREP, el PRI ganaría en 157 distritos, pero hay al
menos una docena donde la diferencia es de menos de 1%. Si el PRI perdiera
alguno de ellos, no alcanzaría mayoría en Cámara de Diputados incluso sumando a
legisladores del PVEM y Panal. Es ahí donde está el interés del recuento, no en
la elección presidencial.
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