El gobernador del Banco de México, Agustín Carstens,
considera que hay margen para que el peso se aprecie frente a otras divisas.
Foto: Archivo El Sol de México
LONDRES, Inglaterra. (Reuters, y Redacción).- El gobernador del
Banco de México, Agustín Carstens, afirmó que hay margen para que el peso se
aprecie frente a otras divisas, porque el tipo de cambio no refleja aún la
fortaleza de la economía nacional, al tiempo que les recordó a los países
europeos que "México está aguantando relativamente bien en este entorno de
crisis, con un rendimiento sólido desde el punto de vista del
crecimiento".
"Si hubiera medallas al sistema bancario en esta Olimpiada, México seguramente se llevaría una", indicó durante una rueda de prensa en la capital británica previa a la inauguración de los Juegos Olímpicos.
El funcionario afirmó que "el peso hoy no refleja los fuertes fundamentos de la economía mexicana (...) Puedo decir con confianza que hay espacio para que el peso se aprecie".
El Banco de México, la autoridad monetaria, mantuvo estable la semana pasada la tasa de interés de referencia en 4.5 por ciento, mientras sigue atento un repunte de la inflación y los crecientes riesgos de una desaceleración mundial.
No obstante, Carstens dijo que es optimista en lo que se refiere a las perspectivas de inflación y atribuyó el alza a los precios de los alimentos.
"Anticipamos una inflación bajo 4 por ciento este año. Por ahora está sobre 4 por ciento, pero eso se debería a impactos transitorios por los precios agrícolas. En general el desempeño de la economía es bueno", dijo.
"Lo que hemos visto en México no es un alza generalizada de los precios, sino un incremento de los precios de algunos pocos productos", añadió.
Dijo además que la economía de México tiene espacio para un fuerte crecimiento en el futuro.
"Creo que México podría estar creciendo a una tasa promedio de 6 a 7 por ciento". La economía de México creció 1.31 por ciento en el primer trimestre y Hacienda espera un crecimiento de 3.5 por ciento en 2012.
Por otro lado, evitó especular con la posibilidad de que puedan darse salidas del euro de alguno de los países miembros, por considerar que no está "en posición de juzgar" al tratarse de "un problema técnico y un asunto político".
También opinó que la crisis de la deuda de la eurozona es una de las más difíciles de las últimas décadas y, "probablemente, la más difícil de resolver" al implicar "un importante esfuerzo de coordinación de 27 países".
"Si hubiera medallas al sistema bancario en esta Olimpiada, México seguramente se llevaría una", indicó durante una rueda de prensa en la capital británica previa a la inauguración de los Juegos Olímpicos.
El funcionario afirmó que "el peso hoy no refleja los fuertes fundamentos de la economía mexicana (...) Puedo decir con confianza que hay espacio para que el peso se aprecie".
El Banco de México, la autoridad monetaria, mantuvo estable la semana pasada la tasa de interés de referencia en 4.5 por ciento, mientras sigue atento un repunte de la inflación y los crecientes riesgos de una desaceleración mundial.
No obstante, Carstens dijo que es optimista en lo que se refiere a las perspectivas de inflación y atribuyó el alza a los precios de los alimentos.
"Anticipamos una inflación bajo 4 por ciento este año. Por ahora está sobre 4 por ciento, pero eso se debería a impactos transitorios por los precios agrícolas. En general el desempeño de la economía es bueno", dijo.
"Lo que hemos visto en México no es un alza generalizada de los precios, sino un incremento de los precios de algunos pocos productos", añadió.
Dijo además que la economía de México tiene espacio para un fuerte crecimiento en el futuro.
"Creo que México podría estar creciendo a una tasa promedio de 6 a 7 por ciento". La economía de México creció 1.31 por ciento en el primer trimestre y Hacienda espera un crecimiento de 3.5 por ciento en 2012.
Por otro lado, evitó especular con la posibilidad de que puedan darse salidas del euro de alguno de los países miembros, por considerar que no está "en posición de juzgar" al tratarse de "un problema técnico y un asunto político".
También opinó que la crisis de la deuda de la eurozona es una de las más difíciles de las últimas décadas y, "probablemente, la más difícil de resolver" al implicar "un importante esfuerzo de coordinación de 27 países".
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