martes, 17 de julio de 2012

UN ENCUENTRO CON ENRIQUE PEÑA NIETO

ANDRÉS OPPENHEIMER / EL SIGLO DE TORREÓN 

El virtual ganador de las recientes elecciones presidenciales de México, Enrique Peña Nieto, tiene planeado proponer una ampliación del acuerdo de libre comercio de América del Norte de 1994, así como un plan conjunto de inversiones en puentes y caminos a lo largo de la frontera de México con Estados Unidos, y un "ajuste" en la estrategia de la guerra contra el narcotráfico.

Eso es lo que Peña Nieto me dijo en una prolongada entrevista, en la que también habló en detalle sobre su victoria electoral, y las acusaciones de que su partido ganó gracias a una masiva compra de votos. Antes de dar mi opinión sobre si sus planes de profundizar las relaciones con Estados Unidos y Canadá son realistas, veamos lo que me dijo en la entrevista.
"Me habré de ocupar de tener una relación mucho más intensa, de una mayor colaboración, pero sobre todo de exigir mayores y mejores resultados de la relación bilateral", dijo Peña Nieto, hablando de Estados Unidos. "Debemos ir más allá de lo que es hoy el acuerdo de libre comercio entre los tres países".
Pena Nieto, 45, un ex gobernador del Estado de México casado con una estrella de telenovelas que tiene poca experiencia en política exterior, agregó que en un mundo de bloques económicos, en el que China y sus vecinos se están convirtiendo en actores económicos cada vez más importantes, los tres países norteamericanos necesitan aumentar su integración productiva para poder competir con Asia de manera más eficiente.
"La vecindad geográfica que tenemos debe ser una ventaja, no una amenaza", dijo. "Hoy estamos en ocasión, y será lo que yo estaré impulsando, de poder escalar y acrecentar esta ventaja competitiva".
Dijo que planea hacerlo por medio "de un acuerdo entre los jefes de Estado" de los tres países, agregando que "con Estados Unidos, tenemos la ventaja de que estaremos iniciando nuestra gestión prácticamente al mismo tiempo", lo que permitirá a los dos gobiernos lanzar nuevos planes de infraestructura y conectividad transfronteriza.
¿Pero cómo hará para convencer al próximo presidente de Estados Unidos de que invierta en infraestructura fronteriza cuando Estados Unidos está en un mal momento económico?, le pregunté.
Respondió que Estados Unidos verá la ventaja económica de aumentar las cadenas de abastecimiento transfronterizas, de manera que las empresas norteamericanas puedan competir mejor en la economía global.
Con respecto a la guerra contra el narcotráfico, que ha dejado más de 50,000 muertes en los últimos cinco años, Peña Nieto dijo que habrá "un ajuste en la estrategia". En vez de concentrarse únicamente en capturar a los capos del narcotráfico, habrá un mayor énfasis en combatir la violencia, específicamente persiguiendo a quienes cometen homicidios, secuestros y extorsiones. "Es ampliar (la estrategia), no cambiarla", dijo Peña Nieto.
Con respecto a su plan de política exterior, dijo que estará regida por los tradicionales principios mexicanos del "respeto a la soberanía de cada país", y del "respeto a la libre autodeterminación de los pueblos".
Curiosamente, no mencionó la defensa de los derechos humanos ni la defensa colectiva de la democracia, que han sido agregados a las prioridades de la política exterior mexicana por los dos últimos presidentes del país.
Cuando le pregunté por esa omisión, respondió que esta comprometido con los derechos humanos. Preguntado sobre cómo reaccionaría ante una crisis como la reciente deposición del presidente de Paraguay, o en el caso de que el presidente Chávez se robe las elecciones de octubre en Venezuela, Peña Nieto respondió que "no está ni corresponderá a mi gobierno hacer calificación o juicios de valoración sobre los procesos democráticos que se tengan en otros países".
¿Entonces usted no cree en la defensa colectiva de la democracia?, insistí.
"Estoy a favor de impulsar los valores democráticos, de fomentarlos... pero de observar un cabal respeto a la libre autodeterminación que tengan los pueblos en cada nación", respondió.
Mi opinión: Obviamente no estoy de acuerdo con la visión anticuada de la política exterior que tiene Peña Nieto. Parece anclada en la época en que su Partido Revolucionario Institucional era un partido autoritario que rechazaba la defensa colectiva de la democracia y los derechos humanos en otros países, porque no quería que otros cuestionaran los abusos que se cometían en México, y usaba las muletillas de la "soberanía" y la "autodeterminación" para escudarse contra críticas externas.
Pero con respecto a sus planes de incrementar la integración económica de América del Norte, Peña Nieto tiene razón, aun cuando es difícil pensar que pueda tener éxito en medio del clima aislacionista que existe en la actual temporada electoral de Estados Unidos.
Hoy parece un objetivo distante, pero el próximo presidente de Estados Unidos tendrá que pensar en esa dirección si quiere que su país pueda competir en un mundo cada vez más dominado por grandes bloques comerciales.
Corresponsal extranjero y columnista de The Miami Herald y El Nuevo Herald

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