El
organismo asegura que el problema es la falta de controles para
prevenir el lavado de dinero y la consecuencia práctica de eso.
La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) no descartó tener procesos abiertos por controles inadecuados en materia de lavado de dinero con algunas otras instituciones, más allá del caso HSBC México.
Ello, según declaraciones hechas por el presidente del órgano regulador y supervisor, Guillermo Babatz Torres.
“Nosotros llevamos a cabo el tipo de inspecciones, que se detallan en el comunicado que se presentó ayer por parte del Senado norteamericano, en todos los bancos y evidentemente tenemos procesos abiertos en diversos bancos”, manifestó.
Sin
embargo, reconoció que HSBC es un caso “particularmente agudo y grave”,
sobre todo porque está combinado con un negocio de volúmenes mucho muy
importantes.
En
este sentido, el funcionario aclaró que el problema detectado en HSBC y
que tiene que ver con la falta de controles antilavado de dinero, no
tiene ningún impacto sobre la solvencia del banco, su solidez y sobre
con su capacidad de honrar sus compromisos con sus clientes.
El
presidente de la CNBV expuso que el banco está bien capitalizado en
México y a nivel internacional, ya que tiene las reservas adecuadas para
cubrir sus riesgos y en ese sentido “es un banco completamente seguro
para invertir”.
Reiteró
que el problema es de una falta de controles para prevenir el lavado de
dinero y la consecuencia práctica de eso, es que el banco estaba
vulnerable a que organizaciones criminales utilizaran su infraestructura
para esconder o para lavar dinero.
Es decir, puntualizó, para hacer que el dinero que venga de operaciones ilícitas tenga una apariencia de dinero lícito.
A decir de la CNBV –la cual confirma lo señalado ayer por el reporte del Senado estadounidense- en el periodo entre 2002 y 2009 había una preocupación en materia de fallas en la identificación y envío de reportes sobre operaciones inusuales y relevantes.
En
la falta de conocimiento de sus clientes de alto riesgo; fallas en la
creación de expedientes; fallas de control en la apertura de cuentas,
tanto en territorio nacional, como en la sucursal de Islas Caimán; el alto volumen de operaciones con dólares en efectivo.
Así
como la falta de personal para las áreas de cumplimiento del banco y
las infracciones cometidas al marco regulatorio que llevaron a la
imposición de sanciones.
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