Alejandro Durán / El Sol de México
Ciudad de México.- La economía mexicana no saldrá ilesa de la crisis europea y la debilidad en Estados Unidos, por lo que ingresará a un proceso de desaceleración hacia la segunda mitad del año, lo que derivará en un crecimiento de 4 por ciento en 2012, a pesar del avance de 4.6 que alcanzó en el primer trimestre del año, advirtió el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
Ante
ello, el presidente del organismo, Gerardo Gutiérrez Candiani, afirmó
que sólo a través de concretar reformas en sectores estratégicos es como
México podrá sortear y reducir los riesgos de contagio y con ello
mantenerse en la senda del crecimiento.
Y lo anterior, argumentó
el empresario, porque no obstante el manejo consistente y responsable de
la política macroeconómica que le ha dado buenos dividendos al país,
colocando a México en una posición sólida frente a la de otros países
que transitan por escenarios de déficit fiscal, desconfianza de los
mercados, desaceleración o recesión, lo cierto es que la economía
mexicana no está aislada frente a las tendencias y riesgos en el
exterior.
"Mantenemos el pronóstico de incremento del PIB para
2012 cercano a 4 por ciento, porque en el primer trimestre se logró un
crecimiento de 4.6 por ciento contra el mismo periodo de 2011 y el
estimado para el segundo es de alrededor de 4.2 por ciento.
Pero la perspectiva para el tercer y el cuarto trimestres es de 3.7 y 3.4 por ciento respectivamente", señaló.
A
través de un videomensaje, Gutiérrez Candiani dijo que para 2013 es
previsible un entorno internacional complejo por los aumentos en
impuestos y recortes presupuestales ya programados en Estados Unidos;
problemas en China, que continúa desacelerándose; volatilidad en el
precio del petróleo; y la grave crisis de la Unión Europea, donde
todavía no se pueden descartar desenlaces de consecuencias
imprevisibles.
Por ello, el dirigente del CCE afirmó que México
requiere de un gobierno de clara vocación reformadora, en el Ejecutivo y
el Congreso de la Unión, con el objetivo de sacar adelante las
iniciativas en materia laboral, fiscal y energética, que permitan
blindar a la economía mexicana de los riesgos del exterior.
"El
potencial de contagio es enorme y no sólo para las economías de la zona;
las soluciones implementadas no han conseguido disipar la incertidumbre
en los mercados y generar esperanza en la población; cada día es más
claro que sólo con reformas estructurales se producirá un punto de
inflexión que dé respiro a los países con mayores problemas y viabilidad
al bloque en su conjunto", afirmó.
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