martes, 31 de julio de 2012

HABRÁ DESCAELERACIÓN EN EL SEGUNDO SEMESTRE: CCE

Alejandro Durán / El Sol de México

Ciudad de México.- La economía mexicana no saldrá ilesa de la crisis europea y la debilidad en Estados Unidos, por lo que ingresará a un proceso de desaceleración hacia la segunda mitad del año, lo que derivará en un crecimiento de 4 por ciento en 2012, a pesar del avance de 4.6 que alcanzó en el primer trimestre del año, advirtió el Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
Ante ello, el presidente del organismo, Gerardo Gutiérrez Candiani, afirmó que sólo a través de concretar reformas en sectores estratégicos es como México podrá sortear y reducir los riesgos de contagio y con ello mantenerse en la senda del crecimiento.
Y lo anterior, argumentó el empresario, porque no obstante el manejo consistente y responsable de la política macroeconómica que le ha dado buenos dividendos al país, colocando a México en una posición sólida frente a la de otros países que transitan por escenarios de déficit fiscal, desconfianza de los mercados, desaceleración o recesión, lo cierto es que la economía mexicana no está aislada frente a las tendencias y riesgos en el exterior. 
"Mantenemos el pronóstico de incremento del PIB para 2012 cercano a 4 por ciento, porque en el primer trimestre se logró un crecimiento de 4.6 por ciento contra el mismo periodo de 2011 y el estimado para el segundo es de alrededor de 4.2 por ciento.
Pero la perspectiva para el tercer y el cuarto trimestres es de 3.7 y 3.4 por ciento respectivamente", señaló.
A través de un videomensaje, Gutiérrez Candiani dijo que para 2013 es previsible un entorno internacional complejo por los aumentos en impuestos y recortes presupuestales ya programados en Estados Unidos; problemas en China, que continúa desacelerándose; volatilidad en el precio del petróleo; y la grave crisis de la Unión Europea, donde todavía no se pueden descartar desenlaces de consecuencias imprevisibles.
Por ello, el dirigente del CCE afirmó que México requiere de un gobierno de clara vocación reformadora, en el Ejecutivo y el Congreso de la Unión, con el objetivo de sacar adelante las iniciativas en materia laboral, fiscal y energética, que permitan blindar a la economía mexicana de los riesgos del exterior.
"El potencial de contagio es enorme y no sólo para las economías de la zona; las soluciones implementadas no han conseguido disipar la incertidumbre en los mercados y generar esperanza en la población; cada día es más claro que sólo con reformas estructurales se producirá un punto de inflexión que dé respiro a los países con mayores problemas y viabilidad al bloque en su conjunto", afirmó.

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