martes, 17 de julio de 2012

MÉXICO, PAÍS DE OPORTUNIDADES PARA EL CRECIMIENTO

ENRIQUE DE LA MADRID CORDERO / EL UNIVERSAL


Las tan esperadas elecciones presidenciales de nuestro país ya pasaron. Los resultados oficiales señalan que Enrique Peña Nieto es el ganador y no tengo duda de que, una vez resueltas las impugnaciones, se confirmará el resultado.
El reto de México y del nuevo gobierno será encontrar la forma de aprovechar varias condiciones favorables que tiene nuestro país y que pueden generar una etapa de crecimiento sostenido.
En primer término, México cuenta con una base macroeconómica sólida. Desde hace casi 30 años la política económica de nuestro país se ha enfocado en alcanzar la estabilidad y en consolidar finanzas públicas sanas. La inflación se encuentra controlada y la perspectiva es que siga por debajo del 5%.
De acuerdo con la OCDE, al cierre de 2011, la deuda pública mexicana equivalió a 42.7% del PIB, mientras que países más avanzados presentan una situación diametralmente diferente. Estados Unidos, por ejemplo, tiene una deuda pública equivalente a 100% de su PIB, Alemania de 81.5% y Japón (la tercera economía del mundo) de 233.4%.
En suma, México cuenta con una posición macroeconómica superior a la de muchos países desarrollados y, a pesar de contar con algunas limitantes para el crecimiento, es hoy la undécima economía del mundo. España, Italia y Brasil, por mencionar sólo a algunos países, deberán enfocarse varios años a alcanzar una situación de estabilidad macroeconómica similar para continuar por el camino del crecimiento. México ya no se distraerá en estos temas.
En segundo lugar, México ha tenido un incremento importante en su competitividad. Hasta hace poco tiempo, muchas inversiones se movieron a China debido a que los costos laborales volvieron más atractivo al gigante asiático. Sin embargo, el costo de la mano de obra china se ha incrementado y los altos precios del petróleo hacen que el factor distancia se vuelva mucho más relevante. Por ejemplo, transportar un contenedor de 40 pies cúbicos desde China a la costa este de Estados Unidos cuesta unos 7 mil dólares, mientras que hacerlo desde México cuesta menos de la mitad.
A nivel interno, además, México cuenta con un importante bono demográfico. Actualmente cerca de 50% de la población de nuestro país tiene menos de 25 años, lo que significa que se cuenta con una fuerza laboral potencial enorme con una tasa de dependencia baja. Ponderado por productividad, el costo de la mano de obra mexicana es más competitivo que el de China y por tanto la expectativa es de crecimiento en la producción y de las exportaciones en México.
A esto se suma el incremento en el uso del Shale Gas en Norteamérica, en sustitución del gas natural. Este cambio ha representado una disminución en el precio del gas en más de 70%, lo que impulsará la competitividad de México, principalmente si se considera que la industria y la generación de electricidad dependen de este insumo.
Adicionalmente, la inversión extranjera directa en México cerró en 18 mil millones de dólares; sin embargo, la inestabilidad económica en los países desarrollados y la perspectiva de menor crecimiento de los grandes emergentes convierten a México en un destino naturalmente atractivo para el exterior, principalmente por su estabilidad macroeconómica y perspectiva de crecimiento.
La variable por definir es entonces la política. Es necesario cerrar la etapa del proceso electoral en orden y en paz y generar los acuerdos necesarios y las acciones concretas para detonar este enorme potencial de crecimiento. Debemos tener un gobierno eficaz que lleve a cabo esas acciones en un lapso corto y que se plantee la meta de hacer de México un país desarrollado en tan sólo una generación.

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