Recibe críticas de los medios y los políticos de Reino Unido
David Alandete Washington / El País
Buscaba mejorar sus credenciales
en materia de política internacional. Es un viaje a Reino Unido, Israel y Polonia, a 100 días de las elecciones,
con el que aspiraba a tener el mismo efecto que tuvo Barack Obama con una
visita a Europa en 2008, antes de ganar la presidencia. Pero Mitt Romney ha
tropezado consigo mismo, con unas declaraciones en las que ha puesto en
entredicho las medidas de seguridad en los Juegos Olímpicos que comienzan este
viernes en Londres. Su viaje, finalmente, le ha granjeado al candidato
republicano duras críticas por parte de los políticos y los medios británicos,
y ha hecho poco por presentarle como un estadista con contactos en la escena
internacional.
“Resulta difícil saber cómo va a acabar saliendo
todo”, dijo Romney el miércoles, el día del inicio de su visita a Reino Unido,
a dos días de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos, durante una
entrevista en el canal televisivo norteamericano
NBC. “Hay
algunas cosas que resultan desconcertantes. Hay informaciones sobre una empresa
de seguridad privada que no tiene suficientes empleados, y hay una supuesta huelga de
los empleados de inmigración y aduanas. Eso no es algo que resulte muy
alentador”.
Eran
duras palabras, viviendo de un candidato que se luce como una credencial
electoral la forma en que gestionó y salvó de la bancarrota a los Juegos Olímpicos
de Invierno de Salt Lake City, en 2002.
En Reino Unido, las palabras de Romney causaron
perplejidad y provocaron una agria respuesta. El primer ministro Cameron recurrió a la ironía
inglesa:
“Estamos organizando los Juegos en una de las ciudades más ocupadas, más
activas, más dinámicas que hay en el mundo. Por supuesto, es más fácil si
organizas unos Juegos Olímpicos en medio de la nada”, en referencia Salt Lake
City, capital del Estado de Utah.
El alcalde de Londres, Boris Johnson, que nunca ha
tenido demasiados complejos al hablar en público, aprovechó un concierto el
jueves en Hyde Park para responder al político estadounidense. “He oído que hay
un tipo llamado Mitt Romney que quiere saber si estamos preparados para
organizar los Juegos. Quiere saber si estamos preparados. ¿Estamos preparados?
Sí, claro que lo estamos”, arengó al público.
Johnson culminó sus palabras con un comentario muy
poco diplomático al asegurar que el equipo británico “va a ganar más medallas
de oro, plata y bronce de las que hacen falta para pagar el rescate de Grecia y
España juntas”.
Los medios británicos, sobre todo los más
sensacionalistas, han respondido con indignación.
“¿Quién ha invitado al aguafiestas de Romney?”, se
preguntaba el Daily Mail. “Mitt el imbécil”, titulaba el Sun. “El hombre de en medio de
la nada”, aseguraba, en referencia a él, el más comedido Times de
Londres.
Nada más lejos de la visita de Obama a Berlín en 2008, durante la cual habló entre
vítores en el Tiergarten, y en la que llamó a los miles de concentrados a
incrementar la cooperación trasatlántica para derrotar al terrorismo.
Después de presenciar la ceremonia de apertura de
los Juegos Olímpicos en Londres, Romney viajará a Israel el sábado. Allí le
recibirá el primer ministro, Benjamin Netanyahu. Antes de regresar a EEUU, hará
escala en Polonia, uno de los aliados más firmes de George W. Bush en la
llamada guerra contra el terrorismo y en la operación militar iraquí.
Romney es
conocido por sus salidas de guión en entrevistas y actos de campaña. En febrero
dijo, en una entrevista en CNN: “No me preocupan los muy pobres”. Duras
palabras, también, para un aspirante a la presidencia.
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