· No es posible ni razonable recurrir al
proteccionismo; tampoco practicar devaluaciones competitivas. Solo queda
emigrar —ya lo hacen algunos— e incrementar la productividad, invirtiendo en
investigación y en formación
·
Hay que
adelgazar los sectores que dificultan o contribuyen poco al crecimiento
económico
·
El
keynesianismo fue en buena medida la política económica de la socialdemocracia
europea
Emiliano
Fernández de Pinedo / El País
A lo largo de la guerra de Secesión de Estados
Unidos (1861-1865) la industria textil catalana tuvo serios problemas para
abastecerse de algodón en rama. La escasez de materia prima provocó la
paralización de muchas empresas. El cónsul británico en Barcelona relataba que
los obreros sin trabajo eran empleados por los ayuntamientos o por las
autoridades civiles en obras municipales. Grandes cantidades de dinero público,
señalaba, se habían gastado juiciosamente. Algo parecido había sucedido en el
pasado cuando por razones climatológicas tenía lugar una mala cosecha de
cereales.
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