- El contagio europeo se sintió en el Reino Unido; reportaron desde Londres, la semana pasada, que la economía se había desacelerado.
Jesús Cano Vélez / Excelsior
Decíamos la semana pasada que la evolución de la economía estadunidense, en el segundo semestre de 2012, estaba todavía en el aire, porque no se veía ninguna acción de sus autoridades, no obstante que el gobernador del banco central —Bernanke— había expresado intenciones de entrarle con su política monetaria para suavizar el golpe de la crisis económica que esperaban de Europa.
Desde que el gobierno mexicano no toma medidas económicas promotoras de ninguna especie, en materia económica —ni en defensa propia— por no violar su ideología neoliberal, tenemos que depender de que Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, tome medidas y nos lleguen sus efectos positivos de forma indirecta y por goteo.
Y como también decíamos que el optimismo de Los Pinos de un mayor ritmo de actividad económica en México en los meses julio-diciembre, sobre lo vivido en enero-junio, no se justificaba, porque estaban cantando victoria de una expectativa muy optimista por proyecciones hechas sobre los resultados relativamente buenos del primer semestre del año, cuando a todas luces el mundo pintaba hacia una desaceleración, que inclusive ya está en proceso.
Pues, como hemos visto, lo primero aún no ha sucedido. Todavía está en el aire, y en cuanto a lo segundo, cada día que pasa se confirma nuestra percepción pesimista, porque las grandes economías del mundo están en fase de desaceleración. Veamos...
La presidenta brasileña está preparando medidas de austeridad para 2013, ya que su importante socio comercial, China, se está desacelerando marcadamente y su otro socio y vecino, Argentina, decidió sacar su armas proteccionistas para enfrentar lo que, espera, ocurrirá en su economía y en la de sus socios comerciales el año entrante.
Y la semana pasada fue una de muy malas noticias provenientes de Europa. El país más callado y más grave enfermo del continente fue Grecia y nadie espera nada bueno de ahí. Todas las apuestas son en el sentido de que se va a salir del euro y regresará al drachma griego. Es país de economía pequeña, pero aun así le hará ruido y daño a sus vecinos europeos. Sin duda habrá pequeños movimientos telúricos... pero los mercados ya lo esperan y sin duda hasta lo descontaron.
Los peligrosos son España e Italia. El primero causó un derrumbe bursátil el lunes pasado cuando se hundió un poco más en su recesión durante el segundo trimestre del año (abril-junio), cuando se contrajo 0.4 por ciento. Pero Luis de Guindos, el ministro de Economía, se declaró seguro porque España era un país solvente.
El gobierno de Rajoy está seguro de que van a salir del hoyo y para ese fin tomaron medidas económicas muy duras que, si las aguanta su población, podrán salir airosos.
Por su parte, Italia insistió en que no necesitaban ninguna acción de rescate; porque ya habían tomado medidas de ajuste para saldar su desequilibrio fiscal que tantos problemas les había causado.
El contagio europeo también se sintió en el Reino Unido; reportaron desde Londres, la semana pasada, que la economía inglesa se había desacelerado en forma importante. Y era obvio que tenía que pasar, esta es la crisis más grave en siete décadas y aún no ha terminado, y se espera volatilidad en los mercados financieros.
Pero lo peor de todo es que la falta de acción por parte del gobierno neoliberal y su rechazo a tomar medidas de defensa en la última década va a dejar daños permanentes que tardarán mucho tiempo en resolverse. “México es el país con el potencial más bajo de crecimiento en América Latina”, según estimaciones de Moody’s Analytics... Ojalá que estén equivocados.
*Presidente Nacional del Colegio Nacional de Economistas
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