Foto: Vanguardia/Especial
México,
DF. Antes y después de la reciente elección presidencial, el gobierno
mexicano ha recibido fuertes presiones de corporaciones trasnacionales
para que se eliminen las restricciones legales a la siembra de
transgénicos; estas acciones las encabeza la firma estadunidense
Monsanto, la mayor productora de biotecnología en el mundo.
Aunque
tales presiones no son nuevas, se han agudizado en semanas recientes,
indica Elena Álvarez-Buylla, investigadora del Instituto de Ecología de
la UNAM e integrante de Unión de Científicos Comprometidos con la
Sociedad (UCSS), a quien revelaron lo anterior funcionarios de
instituciones relacionadas con el tema "que me pidieron no decir sus
nombres".
Es lamentable, dice, que las autoridades mexicanas hayan
cedido a las exigencias de las corporaciones, y que “en medio del
proceso electoral y del ciclo agrícola primavera verano –sin ningún
anuncio del gobierno– se aprobaron tres nuevos permisos para siembra de
maíz transgénico en fase piloto en favor de Monsanto, en el norte de
Tamaulipas”.
De acuerdo con Álvarez-Buylla, presidenta del comité
ejecutivo de la UCCS, la liberación de nuevos cultivos biotecnológicos
se ha otorgado, a pesar de que funcionarios de las instituciones
responsables en la materia –la Secretaría de Agricultura, Ganadería,
Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y la Secretaría de
Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat)– “están conscientes de
los daños y peligros –demostrados científicamente– que los tránsgénicos
tienen para la salud humana y el medio ambiente”.
Atentado contra la soberanía
Se trata –enfatizó– de un atentado contra la soberanía que beneficia un interés privado en detrimento del público.
Sobre
las formas específicas de presión que recibe el gobierno, la
especialista explicó: “No tengo información detallada, pero lo que puedo
decir de primera mano es que en una reunión que varias organizaciones
civiles sostuvimos con el secretario de la Sagarpa, Francisco Javier
Mayorga, abrumado por los cuestionamientos que le hacíamos, nos dijo:
‘Miren, en materia de transgénicos no somos químicamente puros, hay
intereses y el presidente de la República, Felipe Calderón, y un
servidor, tenemos interés en que se (éstos) se aprueben’. Habrá que
preguntarle qué tipo de intereses y a qué tipo de acuerdos están
llegando”.
Álvarez-Buylla dio cuenta de lo anterior en el contexto
de una conferencia de Miguel Altieri, profesor de la Universidad de
California y promotor de la agroecología, que se llevó a cabo en la sede
de la UCCS.
El académico advirtió que luego de 20 años desde que
los organismos genéticamente modificados (OGM) se empezaron a usar en el
mundo, se ha demostrado científicamente que no son la prometida
"solución mágica" al problema alimentario y al deterioro ambiental. Al
contrario, afirmó, la biotecnología agrícola ha respondido sólo a
criterios económicos promovidos por una industria, y su aplicación está
teniendo resultados nocivos –demostrados– para la salud humana y para el
medio ambiente.
Hizo notar que las corporaciones dedicadas a la
biotecnología están concentradas en cultivos para satisfacer las
necesidades de mercados grandes y seguros, como el de los
agrocombustibles.
En concordancia con la revelación de
Álvarez-Buylla, subrayó que los intereses y el poder económico de esas
coporaciones es tanto que ejercen una gran presión sobre los gobiernos
de varios países para que diseñen leyes y políticas públicas que les
sean favorables.
José Antonio Serratos Hernández, investigador y
académico de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, ofreció
datos que corroboran las advertencias que desde 1995 se hacen sobre los
riesgos ímplicitos en el uso de transgénicos.
También puso en
entredicho la "propaganda de Monsanto", que plantea un discurso en favor
de la alimentación y la protección de los recursos naturales y la
biodiversidad, mientras distintos estudios en Estados Unidos y Europa
evidencian que sus prácticas son nocivas.
Álvarez-Buylla indicó
que si las corporaciones de transgénicos están muy interesadas en
mercados como el mexicano es porque sus actividades son cuestionadas y
limitadas en países con controles más rigurosos.
Los estudios y
datos relativos a los riesgos de los cultivos biotencológicos se pueden
consultar directamente en el portal de la UCCS en Internet:
www.uccs.mx/.
Fuente: Vanguardia
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