Jenaro Villamil
Joaquín Vargas, presidente de MVS, decidió romper el pacto de silencio entre concesionarios y gobierno para revelar que desde 2008 la administración panista optó por favorecer los intereses de Televisa
MÉXICO, DF (Apro).- En el ocaso del sexenio de Felipe Calderón, tras la
decisión de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) de
"rescatar" el espectro de la banda 2.5 ghz, el presidente del Grupo MVS,
Joaquín Vargas, decidió romper el pacto de silencio entre
concesionarios y gobierno para revelar que desde 2008 la administración
panista optó por favorecer los intereses de Televisa y negarle a su
grupo el refrendo de sus concesiones para impulsar un proyecto de
internet en banda ancha.
"La decisión hoy nos indica que la decisión (de decretar el "rescate"
de la banda) ya estaba tomada y que al final del camino fuimos
engañados", sentenció Vargas en la rueda de prensa multitudinaria que
ofreció el miércoles 15.
No sólo las presiones de Televisa explicarían la medida que la SCT
anunció el miércoles 8. Joaquín Vargas relató los intentos de censura y
presión ejercidos no sólo desde Los Pinos y la SCT, sino también a
través del que fuera secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, para
que no recontratara a la periodista Carmen Aristegui como conductora de
su noticiario matutino porque el 4 de febrero de 2011 lanzó al aire una
pregunta relacionada con el supuesto problema de alcoholismo de Felipe
Calderón.
"Minutos después —afirmó Joaquín Vargas—, recibí una llamada de la
señora Alejandra Sota, coordinadora de Comunicación Social de la
Presidencia de la República, quien me exigió una disculpa pública por
parte de la periodista."
Sostuvo que también el titular de la SCT, Dionisio Pérez Jácome, con
quien se reuniría ese 4 de febrero, le advirtió: "Tengo instrucciones
del señor presidente de no gestionar asunto alguno con MVS, y en
especial de la 2.5, en tanto la señora Aristegui no ofrezca una disculpa
pública por el comentario que hizo con relación al supuesto alcoholismo
del presidente".
ADVERTENCIA DIRECTA
La advertencia más directa, dijo, provino del secretario del Trabajo,
Javier Lozano, que en un encuentro realizado el 13 de febrero y en medio
del escándalo internacional generado por la salida de Aristegui del
aire, le soltó: "Hemos encontrado que tu proyecto de la 2.5 ghz tiene
méritos propios, pero si recontratas a la periodista, a tu proyecto se
lo lleva la chingada y te olvidas de este gobierno hasta el último día".
Aunque Lozano ha negado la versión, su amenaza se cumplió: La SCT tomó
la decisión que paraliza inversiones por más de 500 millones de dólares,
según informó Joaquín Vargas, luego de que MVS recontrató a Carmen
Aristegui, quien se negó a leer una disculpa pública redactada desde Los
Pinos.
Todavía el 3 de junio pasado, en vísperas de que la Comisión Federal de
Competencia (Cofeco) autorizara la fusión de Televisa y Iusacell tras
una intensa presión de Los Pinos a los tres comisionados que
originalmente votaron en contra, Alejandra Sota volvió a advertirle a
Joaquín Vargas que esta resolución "ofrecía a MVS una ventana de
oportunidad para destrabar el proyecto de la 2.5, siempre que MVS
accediera a no impugnar ni jurídica ni mediáticamente la resolución del
gobierno".
Antes de iniciar su rueda de prensa en el Hotel Camino Real de la
Ciudad de México, Joaquín Vargas confirmó a Proceso que la decisión de
anunciar el "rescate" de los 190 mhz de la banda 2.5, la mayoría
concesionados a MVS, fue una "venganza" de Felipe Calderón y que contaba
con documentos para sustentarlo.
"Esto fue muy similar a lo que le hicieron al general Tomás Ángeles",
comentó Vargas, en referencia al arresto y la acusación contra el
militar por presuntos vínculos con el crimen organizado.
AIRADA RESPUESTA
La reacción de los funcionarios aludidos fue inmediata e irascible.
Javier Lozano y Dionisio Pérez Jácome reviraron la acusación de Joaquín
Vargas, quien según ellos quiso "chantajear" al gobierno calderonista
con el posible despido de Aristegui.
La oficina de Comunicación Social de los Pinos emitió un comunicado que
en sus últimos párrafos contiene una amenaza nada velada:
"Cuando no son los principios los que rigen el proceder de cualquier
institución, sea privada o pública, se corre el gran riesgo de hacer lo
que el señor Vargas hace: calumniar, difamar, tergiversar y engañar con
el simple objeto de alcanzar sus metas económicas.
"El intento de imponer intereses financieros por encima de los de
México es inadmisible para el gobierno federal. No se cederá frente a la
presión y el chantaje, al tiempo que nos reservamos la valoración de
proceder conforme a derecho".
El Grupo Televisa también decidió hacerse oír. En un breve comunicado
afirmó que "es ajena a esas decisiones" de la SCT y que el tema central
de confrontación es el monto de la contraprestación.
Como si se tratara de un guión, una vez que Televisa emitió su boletín
cambiaron las versiones de la SCT y de la Secretaría de Hacienda. Ya no
"rescataron" la banda 2.5 ghz por estar "subutilizada", como
originalmente afirmó Dionisio Pérez Jácome, sino porque MVS pretendía
pagar "una bicoca" como contraprestación.
En su comunicado del jueves 16, Hacienda argumentó que MVS ofreció
pagar sólo 104 millones de pesos por el uso de un bien que, de acuerdo
con la valoración gubernamental, asciende a 27 mil millones. En otras
palabras, la empresa ofreció "menos del 1%" de lo que pedía el gobierno,
remató la SCT.
Las autoridades negaron rotundamente haber tenido alguna injerencia en
la salida de Aristegui del 5 al 11 de febrero de 2011, pero el pasado
jueves 16, en su espacio informativo, la periodista confirmó que no sólo
fue una petición de disculpa pública sino la orden de que leyera un
texto redactado desde Los Pinos. "Las presiones fueron escalando",
afirmó Aristegui en MVS Radio.
LAS PRUEBAS DE MVS
Ante la dura respuesta del gobierno federal, así como de comentaristas y
medios afines a Televisa y Los Pinos, Joaquín Vargas decidió suspender
todo tipo de entrevistas y anunció que a partir del lunes 20 daría a
conocer "las pruebas de las presiones de Comunicación Social de la
Presidencia de la República", de su dicho frente a la amenaza de Javier
Lozano y de las presiones de Grupo Televisa.
Una de las pruebas documentales más importantes que Vargas asegura que
presentará sería el modelo de "disculpa pública" enviada desde la
oficina de Alejandra Sota en febrero de 2011 para que Carmen Aristegui
la leyera como si ella la hubiera redactado, y entonces regresara a
conducir el programa.
Este modelo, cuyo texto obtuvo Proceso desde febrero de 2011, se titula
"Carta de Disculpa Pública" y la clave está en dos líneas, en las que
se afirma que "no hay nada que pueda probar" que Felipe Calderón tiene
problemas de alcoholismo y que la pregunta lanzada al aire era una
"vulgar" difamación de los adversarios del presidente.
Ese texto es muy similar al artículo publicado por Ciro Gómez Leyva el 9
de febrero del mismo año en su columna de Milenio Diario.
En su conferencia de prensa del miércoles 15, Joaquín Vargas fue enfático en "dos hechos abominables":
"Por un lado, la actuación sesgada de funcionarios públicos que han
favorecido ilegítimamente los intereses de Televisa, ya sea para
aumentar sus activos o para combatir a sus competidores; y por el otro,
la revancha ejecutada desde el gobierno por quienes, matando dos pájaros
de un tiro, obsequiaron la petición de Televisa para que MVS saliera
del mercado que la televisora pretende avasallar y al mismo tiempo
sancionar a quien decidió no doblegarse ante la arbitrariedad de quienes
intentaron acallar una voz tan crítica como incómoda".
Desde 2008, cuando MVS decidió anunciar el lanzamiento de Dish, empresa
de televisión restringida vía satélite que le arrebató 2 millones de
suscriptores a Sky, la filial más próspera de Televisa, arreciaron las
presiones de la empresas y de las cámaras afines a los intereses de
Emilio Azcárraga Jean para que no se le renovaran las concesiones en la
banda 2.5 ghz y para suspender la alianza con EchoStar y con Telmex en
Grupo Dish.
Desde el 10 de julio de 2008, en un documento dirigido a Luis Téllez,
entonces titular de la SCT, Cablevisión, filial de Televisa, le solicitó
que no se renovaran las concesiones de MVS o se reservara "una porción
de dicha banda a fin de que sea destinada al otorgamiento de nuevas
concesiones en futuras licitaciones de bandas de frecuencias para
prestar servicios de banda ancha".
DOCUMENTO BASE
A través de Cablevisión, Televisa también le demandó a la SCT que "las
contraprestaciones económicas que se exijan a las personas a quienes se
prorrogue la respectiva concesión sean determinadas con posterioridad a
la conclusión de las licitaciones de banda ancha del programa de
licitaciones".
El documento de Cablevisión, de 17 cuartillas, cuya copia obtuvo
Proceso, fue la base para que el 10 diciembre de aquel año tres de los
cinco comisionados de la Comisión Federal de Telecomunicaciones
(Cofetel) revocaran la decisión inicial que tomaron en agosto de 2008
para renovar las concesiones de MVS en la banda 2.5 ghz.
"Se estima improcedente el otorgamiento de las prórrogas solicitadas en
su oportunidad por Ultravisión, MVS Multivisión, Canal Plus y el C.
José Gerardo Gaudiano Peralta, relativas a la vigencia de las
concesiones a que se refieren los antecedentes I, II, y V de la presente
resolución atendiendo a las consideraciones técnicas señaladas",
concluye la resolución firmada por Héctor Osuna, presidente entonces de
Cofetel, y los comisionados José Ernesto Gil Elorduy y José Luis Peralta
Higuera.
El 22 de agosto de 2008 la Cámara Nacional de la Industria de
Televisión por Cable (Canitec), organismo corporativo dominado por
Televisa en su confrontación con Telmex y MVS por el mercado del triple
play, le envió otro oficio a Luis Téllez para argumentar que era
necesario "reasignar" el uso de la banda 2.5 ghz "ahora que pueden
proveerse servicios que antes no estaban previstos".
En clara referencia a las concesiones de MVS, el escrito de la Canitec,
firmado por Alejandro Puente Córdoba, argumentó que "deben señalarse
los efectos adversos a la competencia que tiene el hecho de que un solo
concesionario concentre 190 Mhz", ya que esto representa "cuatro veces
el ancho de banda máximo a que cualquier participante en la licitación
pueda acceder a sus frecuencias".
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