Salvador García Soto/ 24 Horas El Diario sin Límites
Cuando en 2000 el joven agente del CISEN, Genaro García Luna, propuso crear la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) en el gobierno de Vicente Fox, compraron la idea de una superpolicía, lejos de la corrupción y mucho más cerca de la investigación científica y criminalística de los delitos, al estilo de las grandes corporaciones policiacas mundiales. La idea gustó tanto y se vendió tan bien, que se le dieron grandes presupuestos y difusión a la llamada AFI que nació con la promesa de comenzar una nueva era y acabar la oscura, represiva y corrupta historia de la Policía Judicial Federal.
García
Luna fue fundador y director de la AFI por cinco años y se presumía a la
agencia como el “nuevo modelo de policía” para el país. Pero después todo
cambió. Al comenzar el gobierno de Felipe Calderón, fue designado Secretario de
Seguridad Pública y encontró un nuevo juguete: la Policía Federal, a la que
transformó y le quitó el nombre de Preventiva, y ofreció que ahora sí ésta
sería el “nuevo modelo de policía” moderna, profesional e investigadora que
necesitaba México.
Un
intento de fusión entre la AFI y la PF se frustró por el pleito político que
sostenían el procurador Eduardo Medina Mora y Genaro García Luna, que derivó en
un mandato del Congreso, y al no poder sacar a la AFI de la esfera de la PGR,
Genaro se llevó algunos de sus mejores cuadros y la dejó convertida, de nuevo,
en una policía carroñera, formada sólo por los delincuentes ex judiciales
federales, que fueron matando en la PGR hasta que en 2009 la desaparecieron y
la transformaron en la rimbombante Policía Ministerial, ya sin pretensiones.
Algo
similar a lo que le ocurrió con la AFI parece estarle pasando ahora a García
Luna con la Policía Federal. La corporación que ha sido emblema y estandarte en
la guerra contra el narcotráfico del presidente Calderón –y también de
García Luna- está terminando el sexenio envuelta en escándalos, dudas y
confusiones que despiertan toda clase de sospechas.
Hechos no
esclarecidos como la balacera entre federales en el Aeropuerto capitalino, o el
tiroteo contra una camioneta de la embajada de Estados Unidos a manos de
policías federales, el fin de semana, hacen dudar sobre si fue realmente el “nuevo
modelo de policía” que nos vendieron y si los millonarios gastos en su
modernización, equipamiento y formación de nuevos agentes, además de pagos
millonarios que se hicieron en publicidad a televisoras para promover su
imagen, fue dinero bien empleado o si detrás de la fachada mediática y
publicitaria hay una policía que, en cuanto acabe el sexenio, se desmoronará
como ocurrió con la AFI.
Las dudas
se acrecientan porque ni García Luna ni los directivos de la PF han querido o
han podido explicar qué ocurrió aquella tarde en el aeropuerto cuando federales
dispararon contra sus compañeros matando a tres de ellos, ¿para que Cártel
trabajaban los policías?, ¿qué grupo del narco pudo infiltrar a jóvenes agentes
supuestamente preparados para rechazar la corrupción?, ¿o hay un cártel dentro
de la propia Policía Federal?, ¿por qué Luis Cárdenas Palomino no ha logrado
capturar a los dos agentes prófugos cuando se tienen todos sus datos?, ¿qué es
realmente lo que afloró detrás de esa balacera?, ¿de que tamaño es el tráfico
de drogas en el Aeropuerto de la Ciudad de México y hasta dónde llega la
corrupción que lo permite?
Demasiadas
preguntas sin respuesta. Como las que surgen ahora al ver la “emboscada” de
federales a una camioneta con funcionarios diplomáticos de los Estados Unidos.
Demasiadas dudas al final del sexenio para una “policía modelo” que, otra vez,
si no se aclara todos, terminará bajo sospecha.
NOTAS
INDISCRETAS… Con
Roberto González Barrera se va uno de los empresarios del salinismo y uno
de los capitanes regios más importantes. Si bien con Salinas crecieron sus
activos y se expandieron sus negocios, no se le puede escatimar al fallecido
regiomontano la habilidad que tuvo para hacer de Gruma y Banorte uno de los
grupos empresariales más fuertes de México, llevando afuera, a otros países, la
industria de la masa y la tortilla, y aquí dando la pelea a la nociva
extranjerización de la banca emprendida por Ernesto Zedillo. Polémica siempre
habrá, pero que descanse en paz González Barrera El Maseco… Los dados
mandan Escalera. Buen arranque
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