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El
presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, debe dejar de posponer de una vez
decisiones clave para la economía española. De lo contrario, conducirá
inevitablemente a España a la catástrofe. Los economistas españoles Jesús
Fernández-Villaverde y Luis Garicano profesores, respectivamente de la
Universidad de Pennsylvania y de la London School of Economics, critican hoy la
estrategia del presidente del Ejecutivo español en un artículo en el Financial
Times.
"Mariano
Rajoy ha tenido éxito durante décadas en política dejando pasar el tiempo.
Parece creer que los problemas no se resuelven, sino que desaparecen a base de
paciencia. Su
gobierno ha aplicado esta estrategia ante la crisis de la Eurozona con
resultados catastróficos", apuntan Fernández-Villaverde y Garicano en su
artículo.
Y ahora,
añaden, está a la espera de que el Banco Central Europeo (BCE) aclare sus
planes, mientras pospone las reformas clave requeridas por Bruselas y deja que
los problemas de la banca y las regiones se deterioren aún más.
"Esta
estrategia es un camino a ninguna parte", prosiguen ambos autores en su artículo. Y
recuerdan que, a medida que la recesión se acentúa, cada vez se dejan de pagar
más créditos y la confianza pública en la gestión económica del Ejecutivo sigue
disminuyendo.
"La
austeridad está desplazado el apoyo a las reformas, en la medida en que los
votantes no ven la diferencia entre los recortes de gasto y las reformas
estructurales. Peor aún, la crisis económica se está convirtiendo en una crisis
constitucional, ya que algunas regiones españolas empiezan a considerar la
independencia como una petición genuina".
En este
contexto, opinan Garicano y Fernández-Villaverde, "el poder de
negociación de España en Europa poco a poco se va agotando". Al
respecto, señalan que la estrategia del gobierno español fue tratar de obtener
financiación incondicional de la Unión Europea bajo la amenaza de derribar el
euro. "Pero era un farol", apuntan. "No se puede jugar al juego
del gallina si conduces un coche y tu oponente (el BCE), lleva un tanque. Y el
hecho básico es que el sector financiero español no podrá sobrevivir sin el
acceso ilimitado al crédito del BCE".
Las buenas noticias
Las
buenas noticias, en todo este escenario, es que Europa ha alcanzado un acuerdo
para crear, a largo plazo, una unión bancaria y ha plantado las semillas para
la unión fiscal. Y, a corto plazo, se ha dado el visto bueno al acceso a nuevas
fuentes de financiación. En concreto, además, España ha recibido un préstamo
razonable para sanear su problemático sector financiero y esta semana creará el
banco malo. Más importante aún, el BCE ha indicado que aumentará de forma
drástica su apoyo a España e Italia en un futuro próximo.
Ahora
bien, tanto Garicano como Fernández-Villaverde piensan que para que todos estos
proyectos tengan éxito, es necesario un "cambio radical" en la
política española. En primer lugar, y tras asegurar la capacidad de
recuperación del sistema financiero, España debe diseñar una reestructuración
rapida pero ordenada de la deuda de las empresas públicas insolventes
(incluidas las de las comunidades y corporaciones locales), bancos y gobiernos
regionales.
En
segundo lugar, recomiendan reactivar el programa de reformas estructurales para
"reducir los obstáculos al emprendimiento y la creación de empleo", y
diseñar un plan "creíble" para la consolidación fiscal con objetivos
a medio plazo más que a corto plazo.
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