Isaac Katz / El Economista
Este
pasado fin de semana se llevó a cabo el décimo seminario del Grupo Huatusco de
Economistas. Fueron seis mesas de discusión. Aquí, las principales
conclusiones.
En la
primera, el tema central fue el porqué de la baja tasa de crecimiento
económico. Durante los últimos 10 años, la economía mexicana ha crecido en
únicamente 1.5%, lo que se refleja en que el ingreso promedio por hogar sea
apenas cercano a 12,000 dólares anuales (comparado con uno de 37,000 dólares de
Estados Unidos y de 24,000 de España) y muy inequitativamente distribuido. El
diagnóstico del porqué de tan mediocre desempeño consta de tres elementos
básicos: se ha invertido poco, se ha invertido mal y, lo que debería ser la
principal fuente de crecimiento económico, un incremento en la productividad
factorial total no se ha dado, sino que, peor aún, ha caído. Si no hay aumentos
en la productividad, el crecimiento basado únicamente en la acumulación de
factores de la producción (capital físico y humano) será muy bajo.
En la
segunda mesa, el tema fue cómo moverse hacia un sistema de seguridad social
universal. El planteamiento central es que, si queremos un sistema universal
con cobertura de servicios de salud y una pensión mínima garantizada, es
necesario cambiar el arreglo institucional que incentiva el empleo informal,
así como la imperiosa necesidad de hacer una reforma fiscal integral. Se
propone la homogeneización del IVA a 16% y la significativa reducción en las
cuotas patronales al IMSS. No hacer estas reformas hace inviable la seguridad
social universal.
Este
mismo tema fue retomado en la tercera mesa. El punto central es que nos
enfrentamos a una debilidad estructural de las finanzas públicas que hace
insostenible el esquema actual de seguridad social, así como transitar hacia
uno de seguridad social universal. La reforma fiscal es indispensable para
fortalecer estructuralmente las finanzas públicas, así como una reorientación
de los subsidios (el subsidio en programas focalizados y los generales son de
4,000 pesos por persona para los primeros cinco deciles de la población y de
14,000 pesos por persona para 10% más rico de la población). Nuevamente, se
propone la homogeneización del IVA, una mayor recaudación del ISR y la
eliminación del subsidio a la gasolina.
La cuarta
trató el tema de las pensiones. La conclusión central es que tenemos un grave
problema por venir. Primero, la tasa de remplazo en el sistema de las afores es
de apenas 30% derivado de una muy baja tasa de contribuciones y, segundo, que
de más de 105 programas de pensiones (federales y estatales), únicamente cinco
están fondeadas. Grave problema cuando hay una debilidad estructural de las
finanzas públicas y muy bajo crecimiento económico.
La quinta
mesa fue sobre la macroeconomía y educación. La conclusión, nuevamente, es que
tenemos un grave problema fiscal que hay que resolver. Hemos desperdiciado la
renta petrolera y hay significativas presiones de gasto público y, sin una
reforma tributaria y con bajo crecimiento, no hay manera de hacer frente a las
obligaciones.
La sexta
trató el tema de pobreza y el gasto en salud. Son pobres 52 millones de
mexicanos. Los programas de atención a la pobreza atenúan en algo este grave
problema pero no lo resuelven. La única forma es con mayor crecimiento. Y,
finalmente, los mexicanos gastamos mucho de nuestro ingreso personal en
medicinas y no hay cobertura universal de los servicios de salud.
El reto
es, obviamente, generar las condiciones para un mayor crecimiento.
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