martes, 4 de mayo de 2010

MEJORA EL PANORAMA PARA AL

Economist Intelligence Unit
Informe regional
La zona ha sorteado la crisis global relativamente bien, y hemos elevado nuestro pronóstico de crecimiento para 2010
Países como México han sido de los más golpeados por la crisis y han tardado más para salir de la recesión, pues dependen de Estados Unidos para detonar su crecimiento (exportaciones, inversión extranjera, remesas y turismo).
Luego de la contracción de 2.5% en 2009, esperamos que América Latina obtenga un crecimiento de 3.9% en el PIB, contra el 3.2 que preveíamos antes. Se anticipa que el crecimiento se acelere a una tasa anual promedio de 4% en 2011-1, muy abajo aún del 5.2 registrado en los años de bonanza 2004-2008, pero positiva en relación con la tasa de crecimiento regional de largo plazo.
En conjunto, la región ha registrado mucha mayor resistencia a los colapsos económicos que en episodios previos de volatilidad. Los países (sobre todo en Sudamérica) que tienen mayor exposición a los mercados asiáticos van adelante en el proceso de recuperación. México, América Central y el Caribe han sido más golpeados por la crisis y los más lentos para salir de la recesión, pues dependen de Estados Unidos para todos sus motores de crecimiento (exportaciones, inversión extranjera, remesas y turismo).
En fechas recientes, la recuperación de los países desarrollados ha apoyado la demanda de productos de la región. Los flujos de capital se han visto impulsados por una baja récord en las tasas de interés en las economías desarrolladas.
Persisten desventajas
Esta relativa resistencia regional no debe encubrir las desventajas en política económica. Sin consolidación fiscal, Argentina y Venezuela seguirán siendo presas de oscilaciones de precios en sus principales exportaciones. En México, el gobierno necesita mejorar su capacidad recaudatoria, sobre todo ante el descenso en la producción petrolera. Brasil está en mejor posición, dada su estabilidad de precios, sus fuertes cuentas externas, sus manejables finanzas públicas y un fuerte sistema financiero; sin embargo, la alta tasa impositiva y los subsidios a los ricos socavan su potencial.
En toda la región, el bajo nivel de ahorros e inversión restringen la capacidad de crecimiento. También persisten problemas regulatorios y laborales, así como cierta tendencia al proteccionismo.
Brasil, a la vanguardia
Hace una década, las enormes necesidades de financiamiento externo y las debilidades en políticas dejaban expuesto a Brasil a las turbulencias de los mercados de capital globales. En la crisis actual sufrió una contracción leve, de 0.3%, en 2009, y la economía va en camino de una fuerte recuperación en 2010, con un crecimiento de 5.0%, revisado de nuestra previsión anterior de 4.8. También prevemos que de aquí a 2014 las tasas de crecimiento anual se mantendrán alrededor de 5%.
El crecimiento es impulsado por una dinámica interna de fuerza de trabajo en expansión, salarios más altos y mayor crédito. El país se beneficia de una mayor demanda de sus productos en China. El éxito de su economía atrae capitales, al punto de preocupar a las autoridades, que han adoptado restricciones a los flujos de corto plazo.
México: trabajoso avance
Luego de una contracción de 6.8% en 2009, se prevé que la economía mexicana crezca a 4.3% en 2010 y 2.7 en 2011. El consumo privado crecerá en forma apenas modesta, pues las remesas desde Estados Unidos se mantienen débiles y el empleo se recupera a paso lento. La victoria del PRI en las elecciones de julio pasado hace prever que habrá pocos avances significativos en las reformas estructurales.
Argentina, con dudas
En Argentina, esperamos que el registro oficial de crecimiento del PIB en 2009 sea de 0.7%. La economía se ha visto favorecida con la política de elevación del gasto público antes de la elección de mediano término de junio de 2009. Un repunte de la producción agrícola, luego de las prolongadas huelgas de 2009 y las condiciones de sequía, debe contribuir a un crecimiento de 3.1% en 2010.
El despido, a principios de febrero, del presidente del banco central, Martín Redrado, por su negativa a convalidar la transferencia de reservas en divisas al gobierno, refuerza inquietudes sobre la estabilidad de las políticas. Si bien la transferencia llevaba la intención de pagar la deuda pública y elevar la calificación de crédito del gobierno, el proceso acentuará dudas en los mercados internacionales acerca del manejo de políticas en el país y su fortaleza institucional.
Fuente: La Jornada

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