Leonor Flores /El Economista
El gobierno no debería esperar hasta septiembre para entregar la propuesta de reforma fiscal, considera el recién nombrado presidente del Colegio Nacional de Economistas (CNE), Alberto Cano Vélez.
En entrevista, el también diputado priísta por Sonora, secretario de la Comisión de Presupuesto e integrante de la Comisión de Hacienda en la Cámara Baja, dice: “Me parece que es muy lejos esa fecha, ¿para qué tardarse tanto? Necesitamos debatir en julio y agosto para tenerla ya trabajada y discutida en septiembre”.
Advierte que si no se presenta antes, se va a empatar con el presupuesto y será más complicado negociarla.
En su opinión, la receta para elaborar una reforma fiscal debe contener cuatro ingredientes: simplificación, quedarnos con el IETU, establecer un impuesto indirecto al consumo de entre 12 y 13% con una canasta en medicinas y alimentos, y que tenga un gran contenido federalista.
Cano Vélez matiza que en primer lugar, se le debe facilitar la vida al contribuyente, de ahí la necesidad de una mayor simplificación. En segundo término, revisar el IETU y el ISR. Refiere que si bien en la ley se estableció desaparecerlo en el 2011, el mundo ya cambió. Por eso ahora, falta definir cuál de los dos debe prevalecer.
El Diputado se inclina por el IETU pues “no tiene huecos” y sería mejor dejarlo con una menor tasa, porque tenemos un ISR mucho más complicado.
Sobre el IVA, acepta que sea homologado a un nivel de entre 12 y 13%, para que todo mundo lo pague y quitar la tasa cero. Pero el priísta aclara que en el tema polémico sobre alimentos y medicinas, se debe establecer una canasta básica.
“Si siguen las excepciones, seguirá siendo inequitativo, por eso a los deciles más pobres hay que exentarlos, como ocurre en el modelo español”, sugiere.
Ya no más fondos
Explica que una reforma fiscal no estará completa si no se aborda el tema del federalismo. Hay que regresarles potestades a los estados. La Ley de Coordinación Fiscal data de 1980, ya tiene muchos espacios y desde entonces, somos expertos en crear fondos, critica.
“Tenemos fonditis; creamos fondos para esto y para lo otro. Tenemos que darle una sacudida”, acusa.
Por eso propone rescatar los acuerdos de la Convención Hacendaria. En vez de hacer otra convención fiscal, convoca a conformar un grupo plural integrado por contribuyentes, expertos y todos los interesados para redactar una ley. “Ya todo está dicho. Es cuestión de decisión política”, afirma.
Fortalecer regulación
Sobre si la crisis internacional en su capítulo Grecia será una presión para aprobar la reforma fiscal, el legislador menciona que ése es un tema que pone de manifiesto la necesidad de fortalecer a los órganos reguladores.
“Se trata de fortalecer órganos en México, rescatar al Estado como regulador para evitar los excesos del mercado”, dice. Eso no significa que se requiere un Estado interventor, sino promotor que regule los mercados, enfatiza el legislador del PRI.
En entrevista, el también diputado priísta por Sonora, secretario de la Comisión de Presupuesto e integrante de la Comisión de Hacienda en la Cámara Baja, dice: “Me parece que es muy lejos esa fecha, ¿para qué tardarse tanto? Necesitamos debatir en julio y agosto para tenerla ya trabajada y discutida en septiembre”.
Advierte que si no se presenta antes, se va a empatar con el presupuesto y será más complicado negociarla.
En su opinión, la receta para elaborar una reforma fiscal debe contener cuatro ingredientes: simplificación, quedarnos con el IETU, establecer un impuesto indirecto al consumo de entre 12 y 13% con una canasta en medicinas y alimentos, y que tenga un gran contenido federalista.
Cano Vélez matiza que en primer lugar, se le debe facilitar la vida al contribuyente, de ahí la necesidad de una mayor simplificación. En segundo término, revisar el IETU y el ISR. Refiere que si bien en la ley se estableció desaparecerlo en el 2011, el mundo ya cambió. Por eso ahora, falta definir cuál de los dos debe prevalecer.
El Diputado se inclina por el IETU pues “no tiene huecos” y sería mejor dejarlo con una menor tasa, porque tenemos un ISR mucho más complicado.
Sobre el IVA, acepta que sea homologado a un nivel de entre 12 y 13%, para que todo mundo lo pague y quitar la tasa cero. Pero el priísta aclara que en el tema polémico sobre alimentos y medicinas, se debe establecer una canasta básica.
“Si siguen las excepciones, seguirá siendo inequitativo, por eso a los deciles más pobres hay que exentarlos, como ocurre en el modelo español”, sugiere.
Ya no más fondos
Explica que una reforma fiscal no estará completa si no se aborda el tema del federalismo. Hay que regresarles potestades a los estados. La Ley de Coordinación Fiscal data de 1980, ya tiene muchos espacios y desde entonces, somos expertos en crear fondos, critica.
“Tenemos fonditis; creamos fondos para esto y para lo otro. Tenemos que darle una sacudida”, acusa.
Por eso propone rescatar los acuerdos de la Convención Hacendaria. En vez de hacer otra convención fiscal, convoca a conformar un grupo plural integrado por contribuyentes, expertos y todos los interesados para redactar una ley. “Ya todo está dicho. Es cuestión de decisión política”, afirma.
Fortalecer regulación
Sobre si la crisis internacional en su capítulo Grecia será una presión para aprobar la reforma fiscal, el legislador menciona que ése es un tema que pone de manifiesto la necesidad de fortalecer a los órganos reguladores.
“Se trata de fortalecer órganos en México, rescatar al Estado como regulador para evitar los excesos del mercado”, dice. Eso no significa que se requiere un Estado interventor, sino promotor que regule los mercados, enfatiza el legislador del PRI.
No hay comentarios:
Publicar un comentario