sábado, 22 de mayo de 2010

LOS RIESGOS DE NUESTRA RECUPERACIÓN ECONÓMICA

Jorge A. Chávez Presa / El Universal
La velocidad de recuperación de la economía mexicana se está reduciendo. Así lo indican los datos que esta semana dio a conocer el INEGI sobre el PIB para el primer trimestre de 2010. Si bien se observó un crecimiento de 4.3% en el PIB, al compararlo con el del mismo trimestre de 2009, en términos de cifras que descuentan los factores estacionales, el PIB tuvo un ligero descenso de 0.35% con respecto al cuarto trimestre de 2009.
Esto obliga a preguntarnos sobre la fuerza y la naturaleza de la recuperación económica. Asimismo nos sugiere definir los parámetros a partir de los cuales podamos afirmar que la economía mexicana se ha recuperado plenamente. Por otro lado, este dato es una llamada de atención para recordarnos que las conductas eufóricas distraen de la toma de decisiones adecuadas, oportunas y duras que se requieren para procurar en el mediano y largo plazo tasas más elevadas de crecimiento económico, como el decálogo que dio a conocer Calderón en septiembre del año pasado.
Con cifras que descuentan los factores estacionales, la economía mexicana inició su descenso desde el segundo trimestre de 2008 y mostró su punto más crítico en el primer trimestre de 2009, con un decremento de 6.78% del PIB. El castigo externo se reflejó con una caída en al PIB durante cuatro trimestres seguidos. La recuperación en las actividades productivas empezó a vislumbrarse tenuemente en el segundo trimestre de 2009, con un fuerte repunte en el tercer trimestre del año pasado. La racha fue de sólo tres trimestres con crecimiento positivo.
En la crisis de 1995, sólo hubo dos trimestres negativos, pero con decrementos muy fuertes, seguidos de una expansión continua durante 21 trimestres con crecimiento positivo hasta el tercer trimestre del 2000. Sin embargo, a la economía mexicana le llevó 8 trimestres superar la crisis hasta recuperar el nivel de PIB máximo alcanzado en 1994. Por lo que respecta al empleo medido por trabajadores asegurados en el IMSS, el nivel máximo de empleo tardó en recuperarse 29 meses. El desplome en el empleo fue de casi 1.1 millones de trabajadores, medido como la diferencia entre el nivel máximo y mínimo del ciclo. En esta crisis la pérdida de empleos formales fue de 696 mil, y con datos a abril de 2010 sólo faltan 200 mil trabajadores asegurados en el IMSS para poder afirmar que esa variable ya se recuperó.
En términos de PIB aún estamos lejos de superar la crisis. La economía mexicana está todavía 5.4% por debajo del nivel máximo alcanzado en el 2008. Ahora bien, alcanzar una tasa de crecimiento económico anual en 2010 de 5%, requiere durante los próximos tres trimestres incrementos promedio de 5.2%, lo cual no se ha observado trimestralmente desde 2006.
Otro aspecto que hay que enfatizar es que la recuperación de la economía mexicana proviene de nuestro motor fuera de borda, esto es de las exportaciones manufactureras, las cuales aumentaron en casi 29% en este primer trimestre comparado con las del mismo período de 2009. La recuperación no se está dando por la demanda interna. Los datos de la demanda agregada para este primer trimestre no están aún disponibles, pero podemos inferirlos por el desempeño de los sectores económicos y las finanzas públicas.
La actividad industrial ha sido por mucho la más dinámica precisamente por las exportaciones; la construcción por ejemplo en términos anuales cayó para este primer trimestre 3.8%.
En este primer trimestre el gasto público tampoco ha sido un factor para la recuperación. Después de que en el 2009 hubo una política fiscal contracíclica con una fuerte expansión del gasto público y de la inversión gubernamental, que contribuyó a que en el primer trimestre de ese año se registrara un ligero déficit primario (la diferencia entre ingresos y gastos excluyendo el pago de intereses sobre la deuda pública), en este trimestre de 2010 se observó un superávit primario de 45 mil millones de pesos.
En suma, México enfrenta un entorno externo más favorable que en 2009. Lo muestra el desempeño de las exportaciones manufactureras, y un mejor precio del petróleo que ha disparado nuevamente el valor de las exportaciones petroleras. Ha disminuido la volatilidad en los mercados financieros, pero con la crisis del Euro y los grandes déficit fiscales de EUy los países de la Unión Europea, aunados a los vencimientos de deuda, parece que entraremos nuevamente a períodos de turbulencia.
Que nos quede claro, la recuperación está viniendo de afuera, no es por el mercado interno ni el resultado de cambios estructurales en la organización y funcionamiento de nuestra economía. La debilidad del mercado interno continuará mientras no se recupere el consumo privado por un aumento en la masa salarial y las remesas, así como por el crédito bancario. Pero, una vez que alcancemos los niveles de empleo y producción previos a la crisis, México continuará con un crecimiento mediocre. Por ello seguiremos insistiendo en las transformaciones que nos permitan crecer más y crear los empleos que demanda la población.
Economista

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