En la megaplataforma Ku-S se alistan a explotar crudo en aguas profundas del Golfo de México.
A 40 minutos en helicóptero de la costa mexicana emerge a la vista Ku-S, una mega plataforma que presenta como ejemplo de seguridad la paraestatal Pemex, que se alista a explotar crudo en aguas profundas del Golfo de México, manchado por el reciente derrame de BP.
"Todos los riesgos son medidos y todos los sistemas operan de manera automatizada", explicó Francisco Contreras, administrador del Centro de Proceso Ku-S, en un recorrido por la superestructura de una altura equivalente a 20 pisos y más de 14 mil toneladas de peso.
Para sus empleados, Ku-S es una muestra de estándares de alta seguridad que refuerzan con simulacros periódicos.
"Nuestros sistemas han sido seguros desde antes", indicó Contreras, en referencia al desastre que generó en aguas estadunidenses del Golfo en abril el hundimiento de la plataforma Deepwater de la británica BP, en el que murieron 11 empleados y que derramó unos 4.9 millones de barriles de crudo.
Con 60 metros de profundidad, los pozos de los que Ku-S extrae 220 mil barriles diarios, están aún lejos de los 500 metros, la distancia mínima para ser considerados de aguas profundas.
Pero Pemex, urgida por hallar más petróleo para compensar el declive del yacimiento Catarell, que ha hecho caer la producción mexicana de 3.3 millones de barriles diarios en 2004 a unos 2.6 millones en 2009, comenzará a explorar en el Golfo en 2011 a más de dos mil metros de profundidad.
Ku-S pertenece al complejo Ku-Maloob Zaap, que produce una tercera parte del petróleo mexicano, descubierto en 2002 cuando ya se anunciaba el declive de Catarell.
"Cada uno de los pozos que nosotros perforamos cuenta con un sistema de seguridad subterráneo", afirmó Contreras, tras mostrar más de tres alarmas que interrumpen los flujos de los ductos en caso de fuga.
"Todas nuestras plataformas tienen protección automatizada, no dependen de un factor humano o externo, todas están gobernadas por procesadores monitoreados los 365 días del año", añadió el coordinador de operación de Ku-S, Carlos Alberto Fernández.
Producir petróleo a más de 500 metros de profundidad será nuevo para Pemex, que en 1979 tuvo un derrame de más de medio millar de toneladas de crudo que tomó nueve meses controlar en el pozo Iztoc, a escasos kilómetros de Ku-S.
La petrolera, entrampada en un laberinto de leyes que le impiden reutilizar todos los recursos que obtiene por exportación y que aporta 40 por ciento de los ingresos fiscales de México, considera muy atractivo explotar yacimientos profundos en el Golfo, donde estima podría haber 53 mil millones de barriles.
Por ello amplía su capacidad para explorarlos. "Vamos a duplicar nuestra capacidad de perforación de aguas profundas para el próximo año", sostuvo Carlos Morales Gil, director de Exploración y Explotación de Pemex.
David Shields, consultor de energía y autor de libros sobre Pemex, cree que la empresa "no tiene experiencia para explotar en aguas profundas y como por la legislación mexicana, además, no puede tener socios, tiene que absorber todos los riesgos".
Para Shields, Pemex debe "suspender por algún tiempo sus planes en aguas profundas" del Golfo, para recoger enseñanza del desastre de Deepwater en las aguas de su vecino, cuyos rastros aún podrían llegar a costas mexicanas.
Más tajante, Alejandro Olivera, responsable de océanos de Greenpeace Mexico, cree que la única salida para evitar nuevos derrames en el Golfo es "no (hacer) más perforaciones en aguas profundas".
Para Pemex es un escenario descartado. En noviembre llegará una plataforma de exploración semisumergible -de las tres ya adquiridas- que se instalará en el sur del Golfo, sobre un pozo a 940 metros de profundidad.
Una vez que los trabajadores "se familiaricen con la tecnología y se calibre adecuadamente" esa plataforma, se trasladará en 2011 al pozo Maximino, a 28 kms. de la frontera marítima con Estados Unidos y dos mil 600 metros de profundidad, la mayor a la que Pemex haya perforado.
"Todos los riesgos son medidos y todos los sistemas operan de manera automatizada", explicó Francisco Contreras, administrador del Centro de Proceso Ku-S, en un recorrido por la superestructura de una altura equivalente a 20 pisos y más de 14 mil toneladas de peso.
Para sus empleados, Ku-S es una muestra de estándares de alta seguridad que refuerzan con simulacros periódicos.
"Nuestros sistemas han sido seguros desde antes", indicó Contreras, en referencia al desastre que generó en aguas estadunidenses del Golfo en abril el hundimiento de la plataforma Deepwater de la británica BP, en el que murieron 11 empleados y que derramó unos 4.9 millones de barriles de crudo.
Con 60 metros de profundidad, los pozos de los que Ku-S extrae 220 mil barriles diarios, están aún lejos de los 500 metros, la distancia mínima para ser considerados de aguas profundas.
Pero Pemex, urgida por hallar más petróleo para compensar el declive del yacimiento Catarell, que ha hecho caer la producción mexicana de 3.3 millones de barriles diarios en 2004 a unos 2.6 millones en 2009, comenzará a explorar en el Golfo en 2011 a más de dos mil metros de profundidad.
Ku-S pertenece al complejo Ku-Maloob Zaap, que produce una tercera parte del petróleo mexicano, descubierto en 2002 cuando ya se anunciaba el declive de Catarell.
"Cada uno de los pozos que nosotros perforamos cuenta con un sistema de seguridad subterráneo", afirmó Contreras, tras mostrar más de tres alarmas que interrumpen los flujos de los ductos en caso de fuga.
"Todas nuestras plataformas tienen protección automatizada, no dependen de un factor humano o externo, todas están gobernadas por procesadores monitoreados los 365 días del año", añadió el coordinador de operación de Ku-S, Carlos Alberto Fernández.
Producir petróleo a más de 500 metros de profundidad será nuevo para Pemex, que en 1979 tuvo un derrame de más de medio millar de toneladas de crudo que tomó nueve meses controlar en el pozo Iztoc, a escasos kilómetros de Ku-S.
La petrolera, entrampada en un laberinto de leyes que le impiden reutilizar todos los recursos que obtiene por exportación y que aporta 40 por ciento de los ingresos fiscales de México, considera muy atractivo explotar yacimientos profundos en el Golfo, donde estima podría haber 53 mil millones de barriles.
Por ello amplía su capacidad para explorarlos. "Vamos a duplicar nuestra capacidad de perforación de aguas profundas para el próximo año", sostuvo Carlos Morales Gil, director de Exploración y Explotación de Pemex.
David Shields, consultor de energía y autor de libros sobre Pemex, cree que la empresa "no tiene experiencia para explotar en aguas profundas y como por la legislación mexicana, además, no puede tener socios, tiene que absorber todos los riesgos".
Para Shields, Pemex debe "suspender por algún tiempo sus planes en aguas profundas" del Golfo, para recoger enseñanza del desastre de Deepwater en las aguas de su vecino, cuyos rastros aún podrían llegar a costas mexicanas.
Más tajante, Alejandro Olivera, responsable de océanos de Greenpeace Mexico, cree que la única salida para evitar nuevos derrames en el Golfo es "no (hacer) más perforaciones en aguas profundas".
Para Pemex es un escenario descartado. En noviembre llegará una plataforma de exploración semisumergible -de las tres ya adquiridas- que se instalará en el sur del Golfo, sobre un pozo a 940 metros de profundidad.
Una vez que los trabajadores "se familiaricen con la tecnología y se calibre adecuadamente" esa plataforma, se trasladará en 2011 al pozo Maximino, a 28 kms. de la frontera marítima con Estados Unidos y dos mil 600 metros de profundidad, la mayor a la que Pemex haya perforado.
Fuente: El Sol de México
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