sábado, 28 de agosto de 2010

MÉXICO, PRIMER AFECTADO POR NUEVA DESACELERACIÓN EN EU: CARSTENS

Amenaza para la recuperación del país, incluso cuando se desconoce el impacto, dijo
La economía de Estados Unidos ha perdido más fuerza de lo esperado, afirmó Ben Bernanke

La actividad productiva de Estados Unidos se desaceleró en el segundo trimestre de este año más de lo previsto. La confirmación fue hecha este viernes y afianzó los temores de que la mayor economía del mundo parece encaminarse a una nueva desaceleración, con consecuencias en otras naciones afectadas por la recesión de 2009. En primera fila, México, según lo consideró el gobernador del banco central mexicano, Agustín Carstens.
“Todavía no se determina muy bien lo profunda que será la desaceleración (de Estados Unidos), pero en cualquier caso podría tener un efecto en México”, declaró Carstens a la agencia Reuters.
Una desaceleración de la economía de Estados Unidos es una amenaza para la recuperación de México, incluso cuando la dimensión del impacto aún no está clara, dijo, en el marco de una conferencia anual de gobernadores de bancos centrales convocada por el Banco de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos.
El producto interno bruto (PIB) de Estados Unidos creció en el segundo trimestre del año 1.6 por ciento a tasa anual, según cifras revisadas que publicó este viernes el Departamento de Comercio. El mes pasado, la misma dependencia publicó información preliminar, según la cual el PIB del periodo había avanzado 2.4 por ciento anual.
La economía de Estados Unidos ha perdido más fuerza de lo esperado, consideró Ben Bernanke, presidente de la Fed, el banco central estadunidense, después de que se hizo pública la revisión a la baja en el PIB, indicador que mide el valor de los bienes y servicios producidos por un país.
El Banco de la Reserva Federal está listo para tomar nuevas medidas, de ser necesario, para reactivar a una economía tambaleante, dijo Bernanke, citado por la agencia Reuters.
La reactivación económica en Estados Unidos continúa, aunque Bernanke dio a entender que el banco central podría tener que adoptar nuevas medidas para enfrentar la desaceleración, según la lectura que hizo Afp de las palabras del presidente del Fed, pronunciadas en una conferencia anual en Jackson Hole, un centro de descanso en las montañas de Wyoming.
México es un país cuya economía guarda una relación de dependencia respecto de Estados Unidos. Alrededor de 85 por ciento de las exportaciones manufactureras de México –el sector que ha encabezado la recuperación de la economía mexicana tras la recesión de 2009– tiene como destino el mercado estadunidense. Una caída en el gasto en consumo en Estados Unidos puede afectar la demanda de productos mexicanos en sector importantes como el automotriz, los aparatos eléctricos y electrónicos y electrodomésticos.
Es esa relación de dependencia la que hace temer que una nueva desaceleración en Estados Unidos imprima freno a la economía de México, que en 2009 tuvo una contracción de 6.5 por ciento, la mayor en ocho décadas. Este año, el PIB tendrá un repunte en torno a 4 por ciento, según varias estimaciones oficiales y privadas, insuficiente para recuperar la pérdida del ejercicio previo.
El gobernador del banco central mexicano declaró en el marco de la conferencia del Fed que no es clara la dimensión del impacto de una nueva desaceleración en Estados Unidos sobre la recuperación de la economía de su país. “Podemos decir con seguridad que las vulnerabilidades, los riesgos, son a la baja”, dijo.
Con la economía de Estados Unidos con tasas de crecimiento de sólo un 1.6 por ciento anual, las repercusiones para México son sombrías, consideró Reuters.
Los primeros indicios ya son evidentes. El gobierno mexicano reportó esta semana que la tasa de desempleo subió en julio a 5.7 por ciento de la población activa, tras haber disminuido durante los dos meses previos, agregó la agencia.
Pero Carstens, que pasó de ser secretario de Hacienda –y como tal aseguró en 2008 que la crisis que se avecinaba era sólo un catarrito– a gobernador del banco central a comienzos de este año, aún mantiene la esperanza de que las condiciones positivas continúen.
“Todavía no se determina muy bien lo profunda que será la desaceleración (de Estados Unidos), pero en cualquier caso podría tener un efecto en México”, dijo. “La expansión de las exportaciones en el sector manufacturero es muy importante y sigue siendo importante, pero además debe considerarse que las inversiones en México están empezando a repuntar, por lo que el efecto aún no está determinado”, agregó.
Al rescate, otra vez
Bernanke trató de restar importancia a la preocupación de que la economía de Estados Unidos pueda entrar nuevamente en recesión. Lo que ha ocurrido es una recuperación lenta, “a un paso algo más débil de lo esperado”, según expresó. El presidente del Fed consideró que habrá una modesta expansión en la segunda mitad del año y se acelerará en 2011.
Pero si ese pronóstico no se cumple, afirmó, el Fed podría echar mano de sus herramientas para respaldar el crecimiento mediante más compras de deuda al gobierno. Habló de que el banco central estadounidense está preparado para “dar alivios monetarios adicionales mediante medidas no convencionales si el panorama se deteriora de manera significativa”. No especificó cuáles serían las condiciones específicas bajo las cuales se activarían tales acciones.
Desde el otoño de 2008, la Reserva Federal ha tomado diversas acciones para dar estímulo a la economía de Estados Unidos, como la compra de deuda gubernamental, la inyección de liquidez a bancos y al sistema financiero y la reducción de tasas de interés para generar incentivos al consumo, que en este país es responsable de dos terceras partes del producto interno bruto.

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