La lenta salida de la crisis
El yen sigue apreciándose pese a los nuevos estímulos monetarios y fiscales
JOSE REINOSO - EL PAÍS
El Gobierno y el banco central de Japón arrojaron ayer sendos salvavidas a la economía del país asiático para intentar poner freno a la fortaleza del yen y reavivar el languideciente proceso de recuperación. La autoridad monetaria anunció un nuevo programa de inyecciones de liquidez por valor de 10 billones de yenes (93.000 millones de euros), que se suma al ya existente por 20 billones de yenes. Se trata de créditos a seis meses a tipos de interés muy bajos a las instituciones financieras, al estilo de la barra libre de liquidez que mantienen el Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal -su homólogo estadounidense- desde inicios de la crisis.
Pero no fue suficiente. La iniciativa del Banco de Japón decepcionó a inversores y analistas, ya que esperaban medidas más contundentes. Además de esa inyección de liquidez, el primer ministro, Naoto Kan, anunció un plan para poner en marcha un nuevo conjunto de medidas de estímulo, cifrado en 920.000 millones de yenes (8.500 millones de euros). También hubo críticas para el Gobierno, entre cuyas nuevas medidas figuran más ayudas para los buscadores de empleo y el impulso del consumo privado. Para ello, Tokio ampliará incentivos como el popular programa de ecopuntos, destinado a favorecer la adquisición de electrodomésticos de bajo consumo de energía.
El plan, que será financiado con fondos de reserva del presupuesto de este año, recibirá la aprobación definitiva el próximo 10 de septiembre, según las previsiones, y será implementado el mismo mes. Pero algunos economistas ya han cuestionado su efectividad. Kan también quiere establecer un comité de figuras públicas de renombre, que incluya ejecutivos del sector privado y que ayude al país a adoptar nuevas vías de crecimiento, informa Associated Press.
La decisión del banco central busca acotar la continua apreciación de la moneda japonesa, que alcanzó la semana pasada el valor más alto de los últimos 15 años con respecto al dólar y está en máximos de casi una década con respecto al euro. La fortaleza del yen ha sembrado de incertidumbre la economía de Japón, que depende en buena medida del sector exportador. Un yen alto de forma prolongada perjudica a grandes corporaciones como Toyota o Sony, cuyos directivos llevan semanas reclamando medidas a las autoridades económicas. El comercio ha sido la principal baza para ayudar a sacar al país asiático de la crisis, pero las perspectivas de recuperación por esta vía se han visto oscurecidas por la perezosa actividad de las economías extranjeras, que no favorece las exportaciones japonesas.
El mercado dictó sentencia ayer mismo: el yen siguió apreciándose a pesar de los esfuerzos del Gobierno japonés y del banco central, y pese a que su gobernador, Masaaki Shirakawa, aseguró que pondrá en marcha más medidas si es necesario. "La política monetaria por sí sola no puede cambiar la actual situación de la economía japonesa: el Gobierno debería desempeñar un papel central con un paquete de estímulo más ambicioso", declaró Kyohei Morita, economista jefe de Barclays Capital en Tokio, informa Bloomberg. La Bolsa de Tokio cerró con un avance del 1,8% después de ir perdiendo más del 3%, pero en el mercado de divisas las medidas no impidieron que el yen siguiera apreciándose ligeramente ayer.
Japón vive bajo el fantasma de la deflación y el desempleo desde hace más de una década. Los precios volvieron a caer en julio por decimoséptimo mes respecto a un año antes -bajaron el 1,1%, excluidos los alimentos frescos-, mientras que el gasto familiar tan solo subió en torno al 1%, menos de lo esperado: al igual que las exportaciones, el consumo interno no consigue sacar a Japón de ese largo flirteo con la deflación.
Las medidas llegan después de que el pasado 16 de agosto Tokio anunciara que China desplazó a Japón en el segundo trimestre de la posición de segunda mayor economía del mundo después de Estados Unidos. El producto interior bruto (PIB) nominal -es decir, antes de ajuste de precios y variaciones estacionales- japonés alcanzó 1,288 billones de dólares en el segundo trimestre, frente a los 1,337 billones del PIB chino. La tasa de crecimiento anualizada del PIB japonés fue del 0,4%, frente al 4,4% en el primer trimestre. Se prevé que la economía de Japón aumente entre el 2% y el 3% este año, mientras que la China lleva años creciendo a una media de alrededor del 10%.
El yen sigue apreciándose pese a los nuevos estímulos monetarios y fiscales
JOSE REINOSO - EL PAÍS
El Gobierno y el banco central de Japón arrojaron ayer sendos salvavidas a la economía del país asiático para intentar poner freno a la fortaleza del yen y reavivar el languideciente proceso de recuperación. La autoridad monetaria anunció un nuevo programa de inyecciones de liquidez por valor de 10 billones de yenes (93.000 millones de euros), que se suma al ya existente por 20 billones de yenes. Se trata de créditos a seis meses a tipos de interés muy bajos a las instituciones financieras, al estilo de la barra libre de liquidez que mantienen el Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal -su homólogo estadounidense- desde inicios de la crisis.
Pero no fue suficiente. La iniciativa del Banco de Japón decepcionó a inversores y analistas, ya que esperaban medidas más contundentes. Además de esa inyección de liquidez, el primer ministro, Naoto Kan, anunció un plan para poner en marcha un nuevo conjunto de medidas de estímulo, cifrado en 920.000 millones de yenes (8.500 millones de euros). También hubo críticas para el Gobierno, entre cuyas nuevas medidas figuran más ayudas para los buscadores de empleo y el impulso del consumo privado. Para ello, Tokio ampliará incentivos como el popular programa de ecopuntos, destinado a favorecer la adquisición de electrodomésticos de bajo consumo de energía.
El plan, que será financiado con fondos de reserva del presupuesto de este año, recibirá la aprobación definitiva el próximo 10 de septiembre, según las previsiones, y será implementado el mismo mes. Pero algunos economistas ya han cuestionado su efectividad. Kan también quiere establecer un comité de figuras públicas de renombre, que incluya ejecutivos del sector privado y que ayude al país a adoptar nuevas vías de crecimiento, informa Associated Press.
La decisión del banco central busca acotar la continua apreciación de la moneda japonesa, que alcanzó la semana pasada el valor más alto de los últimos 15 años con respecto al dólar y está en máximos de casi una década con respecto al euro. La fortaleza del yen ha sembrado de incertidumbre la economía de Japón, que depende en buena medida del sector exportador. Un yen alto de forma prolongada perjudica a grandes corporaciones como Toyota o Sony, cuyos directivos llevan semanas reclamando medidas a las autoridades económicas. El comercio ha sido la principal baza para ayudar a sacar al país asiático de la crisis, pero las perspectivas de recuperación por esta vía se han visto oscurecidas por la perezosa actividad de las economías extranjeras, que no favorece las exportaciones japonesas.
El mercado dictó sentencia ayer mismo: el yen siguió apreciándose a pesar de los esfuerzos del Gobierno japonés y del banco central, y pese a que su gobernador, Masaaki Shirakawa, aseguró que pondrá en marcha más medidas si es necesario. "La política monetaria por sí sola no puede cambiar la actual situación de la economía japonesa: el Gobierno debería desempeñar un papel central con un paquete de estímulo más ambicioso", declaró Kyohei Morita, economista jefe de Barclays Capital en Tokio, informa Bloomberg. La Bolsa de Tokio cerró con un avance del 1,8% después de ir perdiendo más del 3%, pero en el mercado de divisas las medidas no impidieron que el yen siguiera apreciándose ligeramente ayer.
Japón vive bajo el fantasma de la deflación y el desempleo desde hace más de una década. Los precios volvieron a caer en julio por decimoséptimo mes respecto a un año antes -bajaron el 1,1%, excluidos los alimentos frescos-, mientras que el gasto familiar tan solo subió en torno al 1%, menos de lo esperado: al igual que las exportaciones, el consumo interno no consigue sacar a Japón de ese largo flirteo con la deflación.
Las medidas llegan después de que el pasado 16 de agosto Tokio anunciara que China desplazó a Japón en el segundo trimestre de la posición de segunda mayor economía del mundo después de Estados Unidos. El producto interior bruto (PIB) nominal -es decir, antes de ajuste de precios y variaciones estacionales- japonés alcanzó 1,288 billones de dólares en el segundo trimestre, frente a los 1,337 billones del PIB chino. La tasa de crecimiento anualizada del PIB japonés fue del 0,4%, frente al 4,4% en el primer trimestre. Se prevé que la economía de Japón aumente entre el 2% y el 3% este año, mientras que la China lleva años creciendo a una media de alrededor del 10%.
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