miércoles, 25 de agosto de 2010

EL VIDEO DE LA MUERTE DEL CANDIDATO

Carlos Loret de Mola / El Universal
Fue una jugada de pizarrón. Así definieron los enviados del Ejército Mexicano para investigar la ejecución del candidato priísta a la gubernatura de Tamaulipas, Rodolfo Torre Cantú: en 40 segundos, entre cuatro y seis vehículos de sicarios encerraron, bajaron y rafaguearon a quien, por su cómoda posición en las encuestas, fungía ya como gobernador electo.
Según el expediente judicial, minutos después de las diez de la mañana del lunes 28 de junio de este año, Rodolfo Torre salió de su casa para hacer su rutina de tres o cuatro veces a la semana: abordar su camioneta de campaña que lo llevaría al aeropuerto de Ciudad Victoria. Nunca llegaría a su destino.
Las cámaras de video de la policía de la capital tamaulipeca captaron cómo casi al dejar su vivienda dos camionetas lo empezaron a seguir. Los dos vehículos de Torre Cantú tomaron la carretera rumbo a la terminal aérea. Justo antes de un distribuidor vial, una camioneta que iba delante de la del político se frenó de golpe y originó que la del candidato chocara contra ella. Sus escoltas, en un vehículo atrás, evitaron el impacto girando de golpe el volante.
De inmediato, otros vehículos —entre dos y cuatro— cerraron el paso a las camionetas del priísta, lo cercaron. Del convoy de ataque descendieron hombres armados que obligaron a bajar al ex diputado federal y su equipo (hay versiones encontradas de los sobrevivientes sobre si los asesinos iban uniformados). Les gritaron que se tiraran al suelo y extendieran las manos. Rodolfo Torre no accedió. Lo tumbaron violentamente. Y sin mediar amenaza, palabra o mensaje, soltaron la ráfaga que asesinó al virtual gobernador electo de uno de los estados más golpeados por el crimen organizado y a cuatro de sus colaboradores.
Los ejecutores abordaron de vuelta sus camionetas. Unos siguieron hacia el aeropuerto. Otros tomaron el distribuidor vial y luego la carretera a Monterrey. Dos tomaron rumbo a Ciudad Victoria, donde al llegar se separaron (una se fue al norte y otra al sur). Las cámaras viales demuestran que el convoy de ataque se diluyó de inmediato.
Por tratarse de Tamaulipas la sospecha de botepronto de las autoridades apuntó a los narcos como probables autores del crimen. Revelan fuentes de alto nivel cercanas a la indagatoria que al paso de los días los dos cárteles que se disputan esa entidad —Los Zetas y el del Golfo— enviaron a las autoridades sendos mensajes deslindándose del crimen y expresando que no sabían quién lo había perpetrado, pero que ellos mismos estaban investigando.
Fueron 40 segundos desde el choque provocado hasta la huida de los asesinos. 40 segundos para matar al hombre que ya despachaba como futuro gobernador. Una jugada de pizarrón perpetrada, según las mismas fuentes, por personas con preparación militar que buscaban desestabilizar al Estado.
La PGR atrajo la averiguación previa. Hasta la fecha no ha dado luces.
SACIAMORBOS Y sospechan que está concatenado con otro expediente ejecutado con la misma precisión generando reacciones similares.






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