MARÍA DE LAS HERAS / EL PAÍS 
Como lo venimos haciendo semestralmente para EL PAÍS, en la encuesta de esta semana pedimos a los entrevistados que nos dijeran cómo consideraban que hacen su trabajo distintos actores políticos y líderes sociales de México. Al igual que en ocasiones anteriores, evaluamos a las personas, no a las instituciones en las que trabajan o a las que representan, porque consideramos que eso nos permite reflejar de manera más real el estado de ánimo imperante en la opinión pública mexicana con respecto a la labor que desempeñan esos personajes.
La tendencia en las opiniones no puede ser más clara. Años de conflictos, problemas económicos, errores y descalificaciones mutuas han afectado a la imagen de prácticamente todos los actores evaluados.
La opinión pública mexicana está desencantada y así lo manifiesta. Aunque la labor de los militares sigue siendo la mejor evaluada de entre todos los listados, también se mantiene a la baja y llega a perder 14 puntos desde que el presidente, Felipe Calderón, decidió involucrarlos en la lucha contra el narcotráfico. Junto con los militares, solo los periodistas superan el 50% de opiniones positivas, aunque también en este caso la caída respecto a lo que se opinaba de ellos en 2007 es dramática.
Destaca por decepcionante la calificación obtenida por los consejeros del Instituto Federal Electoral, otrora una de las instituciones que más confianza merecía a los ciudadanos y a la que hoy apenas el 38% califica positivamente. Ni qué decir de lo que opina la gente del trabajo que están haciendo los miembros del Gabinete del presidente Calderón, a los que solo el 19% otorgó una calificación positiva, apenas cinco puntos por arriba del porcentaje obtenido por los diputados. Y de este desgaste general no se salvan ni los príncipes de la Iglesia, cuya labor calificó positivamente solo el 34% de los entrevistados, en un país donde más del 90% de la población se reconoce católica.
Mientras los problemas nos agobian, los ciudadanos somos simples espectadores en una comedia de enredos, insultos y descalificaciones entre los que, se supone, velan por la cosa pública. Ellos seguirán con su sainete porque parece que lo que opinamos de su trabajo les tiene sin cuidado. Nosotros seguiremos semestre tras semestre haciendo la evaluación a ver hasta dónde puede llegar el desánimo.
María de las Heras es directora de la encuestadora Mercadotecnia.
Como lo venimos haciendo semestralmente para EL PAÍS, en la encuesta de esta semana pedimos a los entrevistados que nos dijeran cómo consideraban que hacen su trabajo distintos actores políticos y líderes sociales de México. Al igual que en ocasiones anteriores, evaluamos a las personas, no a las instituciones en las que trabajan o a las que representan, porque consideramos que eso nos permite reflejar de manera más real el estado de ánimo imperante en la opinión pública mexicana con respecto a la labor que desempeñan esos personajes.La tendencia en las opiniones no puede ser más clara. Años de conflictos, problemas económicos, errores y descalificaciones mutuas han afectado a la imagen de prácticamente todos los actores evaluados.
La opinión pública mexicana está desencantada y así lo manifiesta. Aunque la labor de los militares sigue siendo la mejor evaluada de entre todos los listados, también se mantiene a la baja y llega a perder 14 puntos desde que el presidente, Felipe Calderón, decidió involucrarlos en la lucha contra el narcotráfico. Junto con los militares, solo los periodistas superan el 50% de opiniones positivas, aunque también en este caso la caída respecto a lo que se opinaba de ellos en 2007 es dramática.
Destaca por decepcionante la calificación obtenida por los consejeros del Instituto Federal Electoral, otrora una de las instituciones que más confianza merecía a los ciudadanos y a la que hoy apenas el 38% califica positivamente. Ni qué decir de lo que opina la gente del trabajo que están haciendo los miembros del Gabinete del presidente Calderón, a los que solo el 19% otorgó una calificación positiva, apenas cinco puntos por arriba del porcentaje obtenido por los diputados. Y de este desgaste general no se salvan ni los príncipes de la Iglesia, cuya labor calificó positivamente solo el 34% de los entrevistados, en un país donde más del 90% de la población se reconoce católica.
Mientras los problemas nos agobian, los ciudadanos somos simples espectadores en una comedia de enredos, insultos y descalificaciones entre los que, se supone, velan por la cosa pública. Ellos seguirán con su sainete porque parece que lo que opinamos de su trabajo les tiene sin cuidado. Nosotros seguiremos semestre tras semestre haciendo la evaluación a ver hasta dónde puede llegar el desánimo.
María de las Heras es directora de la encuestadora Mercadotecnia.
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