martes, 22 de febrero de 2011

DINAMISMO CHINO, UN DESAFÍO PARA MÉXICO

Naciones de AL han aprendido a lidiar con este ascenso, afirman analistas

IMPULSO. China se ha convertido en el exportador número uno a EU, así como en el segundo socio comercial de Canadá y México (Foto: ARCHIVO EL UNIVERSAL )


Rubén Migueles Tenorio / El Universal
El hecho de que China sea la economía número dos en el orbe implica un gran desafío para todo el mundo en desarrollo porque de alguna forma empezará, como ya lo ha hecho, a ocupar segmentos de mercado en los países desarrollados, en lo que será una competencia muy dura, por ejemplo, para países de desarrollo medio como México, coinciden especialistas del Tecnológico de Monterrey, ITAM, UNAM y Colegio de México,

A nivel internacional, el dinamismo económico del gigante implica que todos los países en general aprendan a lidiar con este ascenso desde varios frentes, algunos países latinoamericanos han visto a China más que como una amenaza como una oportunidad, advierte Laura Rubio, coordinadora del Programa de Estudios Asia Pacífico del ITAM.

En México ha predominado la visión de que es una amenaza y que los productos chinos han desplazado a los nacionales en el mercado interno y estadounidense en varias actividades sin ver en el fondo que la verdadera razón de la perdida de competitividad es la falta de una serie de reforma estructurales en la economía mexicana, comenta la académica.

Cada país, dependiendo de sus propias ventajas comparativas, tiene que aprender a lidiar con este ascenso de productos asiáticos, esto puede dejar de ser una amenaza y convertirse en una oportunidad como lo han hecho Brasil y Chile que han sabido capitalizar esta nueva presencia China, señala Rubio.

En el mediano y corto plazo China es un excelente mercado para todos los vendedores de commodities, petróleo, metales, cereales. Para los que constituye un riesgo son los países donde China escaló en niveles de producción de manufacturas de mediana y alta tecnología, advierte Alejandro Díaz Quiroz, investigador del departamento de Economía Internacional del Tecnológico de Monterrey.

La competitividad de China ya está pasando de la típica competitividad por costos a una por mayor calidad, ya empiezan a inundar el mundo con productos más sofisticados que les genera un mayor ingreso, comenta el académico.

Hay que quitarnos la idea del chino barato, es un empresario o un comerciante de características globales. El hecho de ser la punta de lanza de los BRIC sitúa muy bien ese esquema de negocios. ¿Por que no está México?, porque la gran dependencia que tiene de EU, lo que no tienen chinos, advierte Díaz.

Antes se veía a China como el patito feo del mundo desarrollado, ahora se prevé que para 2030 o 2040 será la economía número uno. El desafío es para todos, tanto para economías desarrolladas como las de desarrollo.

La gran cantidad de reservas internacionales con que cuenta China, (2.85 billones de dólares) le dan un poder de negociación sin precedentes, principalmente frente a Estados Unidos. China utiliza eso como un arma, primero en tener un beneficio comercial en términos de apertura de productos a Estados Unidos; y segundo, en términos políticos, es decir, los chinos son de los países que más viola derechos humanos, pero teniendo riquezas como las que tiene, Estados Unidos se hacen de la vista gorda, comenta Díaz Quiroz.

Si China sigue creciendo a ritmos de 8% o 9%, el mundo tiene que preocuparse en términos por ejemplo de medio ambiente, la gran cantidad de recursos naturales que va a demandar. El problema de China tiene que ver con la sostenibilidad de crecimiento.

En menos de 30 años China pasó de 2% a 8% del consumo mundial, representando en muchos productos el principal consumidor, sobre todo en commodities. El problema latente de China es el enorme consumo y como satisfacer a su población que es gigantesca, sin presionar a su vez los precios de productos como petróleo o alimentos.

Para Romer Cornejo Bustamante, director de la revista Asia y África del Colegio de México, el hecho de que China se haya ubicado en la segunda economía a nivel mundial le otorga a su gobierno un elemento más para avalar su modelo ante la comunidad internacional, sin embargo por otra parte el fuerte dinamismo de su crecimiento ha agudizado una serie de contradicciones internas cómo es la profunda desigualdad social.

China lleva dos años planeando su décimo segundo plan quinquenal dónde se pretendería dar solución a enormes conflictos de desigualdad económica que padece, de fomento del ingreso de la población para impulsar el mercado interno y reducir la dependencia de la exportación de mercados internacionales que amenazan al país en caso de crisis externas que no están en sus manos, dice Cornejo.

Para que China mantenga los actuales niveles de crecimiento tiene que mirar a tres o cuatro áreas que podrían generar problemas serios en el futuro. Uno sería como seguir sacando a más chinos de la pobreza extrema y evitar que esta desigualdad se pudiera convertir en un catalizador de conflicto; otro es el tema de la degradación ambiental también y muy importante es el tema de la corrupción, advierte Laura Rubio.

Hay algunas áreas donde el tema de la corrupción ha generado —aún dentro del gobierno chino— la preocupación de que pudiera generar problemas de gobernabilidad. La corrupción es endémica que se ha dado a todos los niveles y en la que tenemos evidencias de trasnacionales europeas y estadounidenses que han formado parte de este ciclo corruptivo en el que se dan mordidas para tener acceso a ciertos negocios, es un tema que está generando un problema de credibilidad importante, comenta la académica.

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