Alberto Barranco / El Universal
Lanzadas las baterías electoreras a la búsqueda de clientela, vía la posibilidad de deducción fiscal de colegiaturas, el gobierno está soslayando el problema más urgente del país: rescatar del profundo agujero en que se encuentra al Instituto Mexicano del Seguro Social
Aunque la cantaleta pareciera trillada, el organismo que reivindica los ideales de justicia social enarbolados en diversas gestas históricas está al borde del colapso. Se diría en un tris. Al término de 2010 su déficit financiero alcanzó el escándalo de 3.16 billones de pesos, equivalentes a 28.3% del Producto Interno Bruto.
Durante el gobierno actual, en un patético intento de colocar curitas sobre las heridas, se han paliado los faltantes en los fondos de los servicios de salud con los superávits de los de prestaciones sociales, en un juego cuya cuerda se está agotando.
Comparados, los boquetes de los primeros son más profundos que los remanentes de los segundos. Así, el valor del déficit de los seguros médicos en Enfermedades, Maternidad, Salud para la Familia, Guardería y Prestaciones Sociales, ascendieron el año pasado a 5.8 billones de pesos, equivalentes a 45.3% del Producto Interno Bruto.
Del otro lado de la moneda, el superávit de los seguros de prestaciones económicas como Invalidez y Vida y Riesgos de Trabajo alcanzaba, al final de 2010, 2.12 billones de pesos, equivalente a 17% del PIB.
Las vacas gordas, pues, no empatan con las flacas.
La enésima alerta, al margen de los tradicionales informes anuales al Ejecutivo y al Legislativo sobre la situación financiera y riesgos del organismo, cuyo griterío desde hace una década ha naufragado en oídos de artillero, se plasma en un documento titulado El IMSS y el Seguro Popular: Coberturas, operaciones y resultados.
De acuerdo con éste, durante 2010, el organismo tripartita registró ingresos por 225 mil 479 millones de pesos, contra gastos por 225 mil 279, lo que le permitió un resultado de operación de 200 millones.
Sin embargo, si se reflejara en los estados financieros, como obligan los principios de contabilidad generalmente aceptados, el pasivo laboral que se arrastra, el resultado de operación tendría un déficit de 649 mil 777 millones de pesos.
Desde otro ángulo, aunque el patrimonio del Instituto ascendió a 74 mil 669 millones de pesos, si se registrara el pasivo laboral ya devengado, éste se iría a un saldo negativo de un billón 689 mil 582 millones de pesos.
¿Conoce usted alguna empresa privada en el planeta que soporte un escenario similar sin hacer explosión?
El documento, alerta además, de que a partir de 2009 y hasta 2012 los ingresos del IMSS serán inferiores a sus egresos.
Sin embargo, el panorama cambia radicalmente cuando se cumple la exigencia de la Secretaría de Hacienda de crear reservas.
Bajo ese prisma, el déficit del año pasado alcanzó 16 mil 707 millones de pesos.
De hecho, el organismo debió disponer, aparentemente con el visto bueno del Congreso, de recursos del Fondo para el Cumplimiento de Obligaciones Laborales y de Carácter Legal y Contractual y de la Reserva de Operación para Contingencias y Financiamiento.
Naturalmente, a contrapelo de las amañadas encuestas que hablan de un nivel alto de satisfacción de los derechohabientes, la grave situación financiera del Instituto repercute en la oportunidad y calidad de los servicios.
Si en 1980 el IMSS tenía 1.85 camas por cada mil afiliados y sus beneficiarios, en 2006 la cifra se había reducido a 0.83, para repuntar a 0.85 en 2008… y volver a caer a 0.84 en 2009.
De acuerdo a los estándares de la Organización para la Cooperación Económica (OCDE), el promedio ideal es de cuatro camas… ¡por cada 100 derechohabientes!
Ahora que el rezago es más evidente en el segundo nivel de atención: Si en 1986 se contaba con 1.85 camas por cada mil derechohabientes usuarios, el nivel se redujo a 0.62 en 2008, para llegar a 0.66 en 2009.
En la inopia, el organismo ha debido realizar malabares como el Programa de Hospitales sin Ladrillos, que consiste en reacomodar los espacios para meter más camas. De entrada, por ejemplo, los servicios de pediatría, ginecología y obstetricia se han minimizado por dar paso a los de medicina interna y cirugía con mayor demanda.
La ganancia, sin embargo, es de sólo mil 253 camas.
Como lee usted, pues, el colapso está a la vuelta de la esquina. ¿Les bajamos las cuotas a los patrones para ganar su voto?
Balance general
La noticia es que en afán de hacer más atractiva la posibilidad de tratados de libre comercio con Brasil y con Perú, además de ampliar el existente con Colombia, la Secretaría de Economía le está ofreciendo a sus gobiernos un regalito adicional como el otorgado olímpicamente a la Casa Blanca.
Estamos hablando de homologar, por decreto, las Normas Oficiales Mexicanas con las existentes a nivel privado en los tres países, lo que desde el punto de vista práctico implicaría hacer válida, para efectos de su internación al país, la revisión de las mercancías de exportación realizada en las tres naciones.
¿A quién le importa el que ninguna de ellas tenga fama de producir con los estándares de calidad y seguridad con que cuenta México?
¿A quién le importa, además, el que esté en espera la respuesta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a la Controversia Constitucional planteada por el Senado contra la medida que le abrió la cancha a los productos electrónicos e insumos médicos procedentes de Estados Unidos?
Más Pastas de Conchos
Enfocados los reflectores hacia el quinto aniversario del accidente en la mina de carbón de Pasta de Conchos, que le costó la vida a 65 trabajadores, de los cuales sólo se recuperaron dos cuerpos, hete aquí que el escenario en Coahuila sigue idéntico.
El pasado 2 de febrero se produjo un accidente similar en la mina carbonífera “Lulú”, propiedad del empresario Salvador Kamar Apud, provocando la muerte de dos mineros.
En agosto de 2009 se había dado una primera advertencia, con una explosión en la que murieron otros dos mineros.
Lo inaudito del caso es que la mina fue clausurada hasta el segundo evento.
Llama la atención, además, el que en este caso no haya habido griterío del sindicato minero, pese a que los trabajadores de la mina “Lulú” estaban obligados a afiliarse a su causa.
Ahora que éste no es el único foco rojo en la zona carbonífera de Coahuila.
Jugada de MVS
La reinstalación de la conductora Carmen Aristegui en la cadena MVS coloca en el mejor de los mundos a ésta, al capitalizar, de entrada, la reacción popular hacia su causa, y al colocar al gobierno en una posición difícil de cara a la renovación de sus concesiones en la banda de 2.5 gigahercios.
Si se le negara la posibilidad, la opinión pública tendría la certeza de que la periodista sí se había utilizado como moneda de cambio para el refrendo.
La objeción de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes era que el espectro estaba subaprovechado, lo que atacaría MVS ampliando su canasta de servicios… y de pasadita extendiendo su sociedad con el magnate Carlos Slim.
Lanzadas las baterías electoreras a la búsqueda de clientela, vía la posibilidad de deducción fiscal de colegiaturas, el gobierno está soslayando el problema más urgente del país: rescatar del profundo agujero en que se encuentra al Instituto Mexicano del Seguro Social
Aunque la cantaleta pareciera trillada, el organismo que reivindica los ideales de justicia social enarbolados en diversas gestas históricas está al borde del colapso. Se diría en un tris. Al término de 2010 su déficit financiero alcanzó el escándalo de 3.16 billones de pesos, equivalentes a 28.3% del Producto Interno Bruto.
Durante el gobierno actual, en un patético intento de colocar curitas sobre las heridas, se han paliado los faltantes en los fondos de los servicios de salud con los superávits de los de prestaciones sociales, en un juego cuya cuerda se está agotando.
Comparados, los boquetes de los primeros son más profundos que los remanentes de los segundos. Así, el valor del déficit de los seguros médicos en Enfermedades, Maternidad, Salud para la Familia, Guardería y Prestaciones Sociales, ascendieron el año pasado a 5.8 billones de pesos, equivalentes a 45.3% del Producto Interno Bruto.
Del otro lado de la moneda, el superávit de los seguros de prestaciones económicas como Invalidez y Vida y Riesgos de Trabajo alcanzaba, al final de 2010, 2.12 billones de pesos, equivalente a 17% del PIB.
Las vacas gordas, pues, no empatan con las flacas.
La enésima alerta, al margen de los tradicionales informes anuales al Ejecutivo y al Legislativo sobre la situación financiera y riesgos del organismo, cuyo griterío desde hace una década ha naufragado en oídos de artillero, se plasma en un documento titulado El IMSS y el Seguro Popular: Coberturas, operaciones y resultados.
De acuerdo con éste, durante 2010, el organismo tripartita registró ingresos por 225 mil 479 millones de pesos, contra gastos por 225 mil 279, lo que le permitió un resultado de operación de 200 millones.
Sin embargo, si se reflejara en los estados financieros, como obligan los principios de contabilidad generalmente aceptados, el pasivo laboral que se arrastra, el resultado de operación tendría un déficit de 649 mil 777 millones de pesos.
Desde otro ángulo, aunque el patrimonio del Instituto ascendió a 74 mil 669 millones de pesos, si se registrara el pasivo laboral ya devengado, éste se iría a un saldo negativo de un billón 689 mil 582 millones de pesos.
¿Conoce usted alguna empresa privada en el planeta que soporte un escenario similar sin hacer explosión?
El documento, alerta además, de que a partir de 2009 y hasta 2012 los ingresos del IMSS serán inferiores a sus egresos.
Sin embargo, el panorama cambia radicalmente cuando se cumple la exigencia de la Secretaría de Hacienda de crear reservas.
Bajo ese prisma, el déficit del año pasado alcanzó 16 mil 707 millones de pesos.
De hecho, el organismo debió disponer, aparentemente con el visto bueno del Congreso, de recursos del Fondo para el Cumplimiento de Obligaciones Laborales y de Carácter Legal y Contractual y de la Reserva de Operación para Contingencias y Financiamiento.
Naturalmente, a contrapelo de las amañadas encuestas que hablan de un nivel alto de satisfacción de los derechohabientes, la grave situación financiera del Instituto repercute en la oportunidad y calidad de los servicios.
Si en 1980 el IMSS tenía 1.85 camas por cada mil afiliados y sus beneficiarios, en 2006 la cifra se había reducido a 0.83, para repuntar a 0.85 en 2008… y volver a caer a 0.84 en 2009.
De acuerdo a los estándares de la Organización para la Cooperación Económica (OCDE), el promedio ideal es de cuatro camas… ¡por cada 100 derechohabientes!
Ahora que el rezago es más evidente en el segundo nivel de atención: Si en 1986 se contaba con 1.85 camas por cada mil derechohabientes usuarios, el nivel se redujo a 0.62 en 2008, para llegar a 0.66 en 2009.
En la inopia, el organismo ha debido realizar malabares como el Programa de Hospitales sin Ladrillos, que consiste en reacomodar los espacios para meter más camas. De entrada, por ejemplo, los servicios de pediatría, ginecología y obstetricia se han minimizado por dar paso a los de medicina interna y cirugía con mayor demanda.
La ganancia, sin embargo, es de sólo mil 253 camas.
Como lee usted, pues, el colapso está a la vuelta de la esquina. ¿Les bajamos las cuotas a los patrones para ganar su voto?
Balance general
La noticia es que en afán de hacer más atractiva la posibilidad de tratados de libre comercio con Brasil y con Perú, además de ampliar el existente con Colombia, la Secretaría de Economía le está ofreciendo a sus gobiernos un regalito adicional como el otorgado olímpicamente a la Casa Blanca.
Estamos hablando de homologar, por decreto, las Normas Oficiales Mexicanas con las existentes a nivel privado en los tres países, lo que desde el punto de vista práctico implicaría hacer válida, para efectos de su internación al país, la revisión de las mercancías de exportación realizada en las tres naciones.
¿A quién le importa el que ninguna de ellas tenga fama de producir con los estándares de calidad y seguridad con que cuenta México?
¿A quién le importa, además, el que esté en espera la respuesta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a la Controversia Constitucional planteada por el Senado contra la medida que le abrió la cancha a los productos electrónicos e insumos médicos procedentes de Estados Unidos?
Más Pastas de Conchos
Enfocados los reflectores hacia el quinto aniversario del accidente en la mina de carbón de Pasta de Conchos, que le costó la vida a 65 trabajadores, de los cuales sólo se recuperaron dos cuerpos, hete aquí que el escenario en Coahuila sigue idéntico.
El pasado 2 de febrero se produjo un accidente similar en la mina carbonífera “Lulú”, propiedad del empresario Salvador Kamar Apud, provocando la muerte de dos mineros.
En agosto de 2009 se había dado una primera advertencia, con una explosión en la que murieron otros dos mineros.
Lo inaudito del caso es que la mina fue clausurada hasta el segundo evento.
Llama la atención, además, el que en este caso no haya habido griterío del sindicato minero, pese a que los trabajadores de la mina “Lulú” estaban obligados a afiliarse a su causa.
Ahora que éste no es el único foco rojo en la zona carbonífera de Coahuila.
Jugada de MVS
La reinstalación de la conductora Carmen Aristegui en la cadena MVS coloca en el mejor de los mundos a ésta, al capitalizar, de entrada, la reacción popular hacia su causa, y al colocar al gobierno en una posición difícil de cara a la renovación de sus concesiones en la banda de 2.5 gigahercios.
Si se le negara la posibilidad, la opinión pública tendría la certeza de que la periodista sí se había utilizado como moneda de cambio para el refrendo.
La objeción de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes era que el espectro estaba subaprovechado, lo que atacaría MVS ampliando su canasta de servicios… y de pasadita extendiendo su sociedad con el magnate Carlos Slim.
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