martes, 3 de julio de 2012

UNA NUEVA MIRADA AL FUTURO.... VERDE


Andamios
Oscar Pimentel / Eje Central
   
Cuando se reflexiona en el futuro, como ahora que la decisión por quién votar fue una motivación importante, la primera conclusión es que no se necesita un análisis muy profundo para reconocer el enorme malestar que nos aqueja a los mexicanos con la situación actual del país.
Nuestro presente está saturado de demasiadas cosas que están mal. El recuento de los problemas es ya reiterativo e innecesario; la incertidumbre cotidiana y el miedo lo expresan todo. El presente se ha vuelto indeseable, obsoleto. Necesitamos imaginar el futuro que queremos y ponernos de acuerdo en lo que tenemos qué hacer para hacerlo posible.
La gran inestabilidad que afecta a la economía de una gran parte del planeta es resultado de una crisis cuyos alcances van mucho más allá de los problemas financieros provocados por políticas gubernamentales equivocadas.
Europa se encuentra al borde del abismo y la economía norteamericana con un bajo crecimiento, en lo que parece ser una fractura del modo de producir cada día más ineficiente, menos rentable y menos competitivo. La destrucción de los recursos naturales, el cambio climático y la crítica situación de desigualdad que prevalece en el mundo presionan cada día más a una respuesta global que renueve las bases del crecimiento económico mediante la innovación tecnológica, un indispensable compromiso con el medio ambiente y la adopción de nuevas políticas públicas que hagan posible un desarrollo sustentable.
No obstante el regocijo oficial con la estabilidad de los indicadores macroeconómicos en México, la transmisión de los efectos negativos de esta crisis no tardarán en hacerse sentir en el comportamiento de nuestra economía, ya de por sí maltratada por una década de crecimiento mediocre, desempleo y pobreza. La onda de choque es inevitable. Estamos ante el riesgo inminente de otra disminución del ritmo de crecimiento y la consecuente agudización de los problemas sociales y de inseguridad.
Las respuestas a esta tendencia no pueden ser las mismas de siempre. El propósito central de la equidad social de la nueva estrategia para el desarrollo y la gobernabilidad democrática, que seguramente adoptará el próximo gobierno, debe articular una política de corto plazo para reactivar el crecimiento y el empleo, con la adopción de una serie de decisiones estratégicas a largo plazo que permita construir un futuro sustentable, basado en lo que ya se reconoce como la economía verde.
En el contexto de la crisis global, la estabilización económica y las tan debatidas reformas estructurales en materia energética, fiscal,laboral, social y política, con todo y el esfuerzo de negociación que implicará su aprobación, serán ya completamente insuficientes para construir las bases de bienestar y prosperidad que requerimos.
Necesitamos anticiparnos e incorporar el tipo de soluciones que los países europeos ensayarán en estos años
para reactivar y reconstruir sus economías, y para remodelar la organización de sus sociedades. Ir a la zaga del desarrollo de EUA, en espera de que sus ciclos económicos nos favorezcan, siempre ha sido una apuesta que nos condena al atraso. Necesitamos dar un gran salto hacia adelante.
Es hora de pensar en las soluciones de fondo. Es necesario imaginar las salidas a la crisis que vivimos y alinear nuestras decisiones a las iniciativas globales que surgirán desde los países mas avanzados para generar la economía del futuro, fincada en la innovación y la sustentabilidad, la asimilación generalizada de las nuevas fuentes de energía – como la eólica y la solar-, tecnologías de nueva generación en los campos de la información y la comunicación, el desarrollo verde de las ciudades, el cambio de los estilos de vida para lograr una conciencia responsable en el consumo del agua, el manejo y aprovechamiento de los residuos, el ahorro energético y mejores formas de organización y convivencia comunitaria.
La escasez de recursos, el aumento de los precios de los alimentos y las materias primas, y los efectos del cambio climático, nos obligarán a desarrollar nuevos modelos de producción, comercio, transporte, distribución y consumo sostenibles. Será una prioridad alentar una economía con un bajo nivel de emisiones de carbono, para lo cual habrá que desplegar programas de acción medioambiental, de eficiencia energética y de incremento del uso de energías renovables. Para todo esto, habrá que tomar decisiones clave en materia fiscal para sancionar las actividades contaminantes e incentivar las inversiones que permitan el desarrollo de una infraestructura verde y de un mercado de bienes y servicios verdes. Habrá que abrir paso a una fiscalidad ambiental como el instrumental más importante para conducir el desarrollo verde.
Tenemos mucho que hacer en el campo de las políticas públicas, la educación, la cultura y la organización social e institucional para construir el futuro que queremos. El desarrollo verde es la salida a la crisis global, y también nuestro camino para crecer, generar empleo y sentar las bases de nuestra prosperidad en el futuro.
Las decisiones ciudadanas del domingo de ayer, con la elección del próximo Presidente de México y los integrantes de la siguiente legislatura del Congreso de la Unión, pueden ser un paso muy importante en este camino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario