Alemania,
Francia y Holanda cobran por financiarse. España e Italia pagan intereses
récord
Los
bancos sacan medio billón en un día del BCE por el interés cero
Los inversores también admiten
intereses negativos a Austria y Finlandia
La prima de riesgo española
vuelve a crecer pese al duro plan de recortes
Amanda Mars Madrid / El País
Europa es
hoy tierra dividida entre virtuosos y malditos, entre buenos y malos
estudiantes, entre acreedores y deudores. El cacareo político no deja de
invocar una mayor unión, pero los mercados resultan mucho más
elocuentes y en esta fase de la crisis han abierto una brecha enorme entre
norte y sur. Alemania, Francia, Holanda, Austria y Finlandia gozan de tal
credibilidad entre los inversores que, en este clima de miedo, están logrando
toda una anomalía financiera en toda regla: que los inversores paguen intereses
por cobrar sus títulos de deuda en lugar de cobrarlos. Mientras, a España,
Italia, Grecia, Portugal e Irlanda les exigen los intereses más altos de la historia del euro por
prestarles dinero.
Esta es
la Europa de la aversión al riesgo, la de las dos velocidades. “El euro solo es
un antipasto”, decía Romano Prodi hace 10 años, un entrante que se toma antes
del plato principal, un paso totalmente político tras el cual seguirían muchos
más para construir un mundo con dos grandes polos económicos: el del euro y el
del dólar. Pero una década después de la creación de la moneda única, las
decisiones de mayor integración se hicieron remolonas y es la propia Europa la
que tiene una economía bipolar. El Tesoro francés logró subastar el pasado
lunes un total de 4.110 millones de euros en letras a tres meses a interés negativo del 0,005% y 2.120 millones en
letras a seis meses con un interés también negativo del 0,006%. Hay
comparaciones odiosas: en la última subasta de letras con el mismo vencimiento,
el Tesoro español tuvo que pagar un tipo de interés medio del 2,5%.
El país francés se unió así a un selecto club en el que ya figuran Alemania y Holanda, dentro de la
Eurozona, y Suiza y Dinamarca fuera. Eso supone que cuando emiten deuda, luego han de
devolver algo menos de lo que recibieron prestado. Finlandia y Austria también
están en condiciones de emitir a tipos negativos, pues ya cotizan así en los
mercados secundarios, es decir, en la compraventa entre inversores de bonos ya
emitidos. Alemania fue el primer país del euro en financiarse gratis, o menos
que gratis. Este jueves, con la salida del BCE de casi medio billón de euros
en depósitos, los
tipos de interés hasta dos años de plazo de los bonos de países refugio se
pasaron al negativo.
Los
grandes fondos han dado el espaldarazo al Gobierno de François Hollande pese a
que el país perdió el pasado enero la máxima nota de solvencia, la triple A,
por parte de la agencia de calificación de riesgos Standard & Poor’s,
aunque las otras dos (Fitch y Moody’s) le mantuvieron el sobresaliente. Fue el
mazazo final tras una escalada de tensión para Francia y Bélgica en los
mercados, que empezaron a verse contagiados por los problemas de los países
periféricos y los intereses de su deuda a crecer. Pero, finalmente, ambos
países han caído del lado de los buenos.
Las dos caras de la moneda
Estas
eran el jueves las dos Europa del mercado de la deuda: mientras los inversores
reclamaban un interés de un 1% a España por las letras a tres meses, y el 0,60%
a Italia, a Alemania y Francia les regalaban una rentabilidad del 0,15% y el
0,02%, respectivamente. En los bonos a 10 años, el interés alemán (1,24%), en
mínimos históricos, quedaba también a años luz del español (6,5%) o el italiano
(5,8%). El diferencial entre la rentabilidad que pagan respecto al bund
germano, considerado la referencia por su solvencia, es la prima de riesgo y
este jueves —un día después de anunciarse el plan de recortes más duro de la
democracia, de 65.000 millones —, subió para España.
Los
mercados piden a Madrid disciplina presupuestaria y garantías de que cumplirá
los objetivos de reducción de déficit, pero al mismo tiempo abominan de la
recesión económica en que se encuentra (la segunda en dos años) y ven cada vez
más lejana la recuperación. La prima española subió casi ocho puntos básicos,
hasta los 538, mientras que la italiana alcanzó los 466, con un aumento de 12
respecto a la jornada anterior. La bolsa española, que se dejó un 2,58% lideró
las pérdidas en Europa, donde todos los grandes parqués cerraron con números
rojos.
Roma también acaba de aprobar un duro programa de
ajustes, de 26.000 millones, pero este jueves salió airosa de su primera
subasta de deuda tras el anuncio y logró colocar hoy el máximo previsto de
7.500 millones en bonos a 12 meses con un interés del 2,6%, muy inferior al del
3,9% que se pagó en junio, última emisión comparable.
Tuvo
mucho que ver en ello el hecho de que el Banco Central Europeo (BCE) haya reducido al del 0,25% al 0% la remuneración a
los bancos por
depositar dinero en sus arcas. El órgano que dirige Mario Draghi lo decidió con
el fin de que las entidades tengan más incentivos para otorgar crédito en lugar
de dejar sus fondos en el cuartel de invierno.
El
miércoles, primer día que entró en vigor la medida, los bancos aparcaron en el
BCE hasta 324.900 millones menos que la jornada anterior, cuando habían dejado
808.500 millones. Se trata de la cifra más baja desde el 21 de diciembre.
Grandes bancos como JPMorgan, Goldman Sachs y BlackRock han decidido cerrar la
entrada de nuevos inversores en sus fondos europeos tras esta rebaja en la
remuneración de los depósitos, según informó Bloomberg. “Es un milagro que los
bancos dejen dinero en la facilidad de depósito”, en palabras Christoph Rieger,
jefe de renta fija de Commerzbank. “La mayor parte de bancos están destinando
su dinero en cuentas de reserva en lugar de eso”, añadió.
Deuda pública en lugar de préstamos
“Lo ideal
es que todo ese dinero que no va a los depósitos se destinase a otorgar
créditos, pero me temo que no es eso lo que ocurre y se está invirtiendo en
deuda pública”, apunta Alfonso García Mora, de Analistas Financieros
Internacionales (AFI).
Pero no
fue desde luego España la beneficiada, el dinero sigue prefiriendo los
refugios. La demanda hizo bajar la rentabilidad para los bonos alemanes en dos
puntos básicos (quedó en el 1,4%) y en siete los franceses (hasta el 2,2%).
Aunque
una parte del dinero también están empezando a abandonar la zona euro. El
último informe del BCE constata una caída de la demanda de acciones, deuda
soberana y billetes. El euro tocó este jueves su cotización más baja respecto
al dólar en los últimos dos años. Cada moneda europea se cambiaba por 1,219
billetes verdes en una tendencia que tiene todos los números para persistir
después de la histórica rebaja de tipos de interés de un cuarto de punto
aprobada la semana pasada por el BCE, que deja el precio del dinero en Europa
en el 0,75%.
Un
miembro del consejo de gobierno del órgano el holandés Klaas Kont, dio alas a
la posibilidad de nuevas rebajas en adelante. “Si la situación se deteriora, no
hay ningún artículo que nos impida ir por debajo del 0,75%”, dijo en una
entrevista en la edición alemana de Financial Time
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