Campo petrolero de Cantarell. Bloomberg
El
país necesita 'despetrolizar' sus finanzas públicas, pero a falta de
una reforma fiscal profunda, esa tarea quedará pendiente para el próximo
gobierno.
Francisco Muciño / El Financiero
El
petróleo en México se está acabando, o al menos eso es lo que se
piensa. Lo cierto es que desde que alcanzó su pico en 2004, la
producción en Cantarell, el mayor yacimiento en el país, ha ido
decreciendo y no hay otro campo del mismo tamaño para compensarlo.
Los ingresos petroleros componen alrededor de una tercera parte del total de los ingresos del gobierno,
por lo que si en los próximos años se mantiene esta dependencia,
mientras siguen disminuyendo las reservas de crudo, el financiamiento se
complicará cada vez más.
Más inversión en nuevas
tecnologías de extracción y una reforma fiscal profunda son las medidas a
tomar, pero los cambios necesarios aun no se llevan a cabo.
Mina de oro negro
Tras
la Expropiación Petrolera en 1938, México extraía petróleo para su
propio consumo. Cuando fue avanzando la urbanización, se convirtió en un
importador neto de barriles, hasta que en 1972 un pescador en la Sonda
de Campeche, a unos 70 kilómetros de la costa, vio una mancha negra de
aceite que brotaba de las profundidades del mar.
En honor a su descubridor, Rudesindo Cantarell, se nombró así al súper yacimiento que disparó la producción petrolera del país. De
748,000 barriles diarios que se producían en el país en la década de
los setenta, Cantarell incrementó la producción hasta 3.2 millones de
barriles en el periodo 2000-2007, de acuerdo a cifras de Petróleos Mexicanos (Pemex).
En
ese mismo lapso, los ingresos petroleros del país crecieron de 603,800
millones de pesos (mdp), hasta 911,300 mdp, significando 35% del total
de los ingresos, de acuerdo a cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Pero
en 2004, Cantarell alcanzó su pico de producción y, a partir de
entonces, ha venido disminuyendo. El principal campo del yacimiento,
Akal, llegó a producir en promedio un millón 741,000 barriles diarios de
aceite en promedio. A abril de 2012, la producción se encuentra en
244,000 barriles diarios, de acuerdo a estadísticas de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH).
“Cuando
tienes un campo súper gigante que llega a un pico de producción, como
todos los campos del mundo, viene una declinación. En el caso de
Cantarell, cuando empiezas a sufrir la declinación, es difícil
compensarlo. No tenemos otros campos súper gigantes”, explica Edgar
Rangel, comisionado de la CNH.
Finanzas 'petrolizadas'
Este
boom en la producción petrolera hizo que el petróleo, un recurso no
renovable, fuera una de las principales fuentes de ingresos para el
país, en detrimento de una recaudación fiscal más amplia. Seguir
teniendo unas finanzas 'petrolizadas' es más cómodo que hacer las
reformas necesarias, explica Aroa de la Fuente, investigadora del centro
de análisis Fundar.
“Seguir con los recursos
petroleros como buena parte del financiamiento de las finanzas públicas
es cómodo y no tiene ningún costo político. A pesar de que el petróleo
es un bien nacional, la gente no siente que esos recursos salen de su
bolsillo”, dice.
Por el lado de los ingresos petroleros,
el país registra excedentes debido a los incrementos en los precios del
barril por encima del fijado en la Ley de Ingresos de la Federación. Sin
embargo, en los ingresos por concepto de recaudación de impuestos se
obtiene menos de lo esperado.
Para 2011, el
estimado de ingresos tributarios era de un billón 464 mil mdp, pero los
ingresos finales fueron de un billón 294,000 mdp, 170,000 mdp menos. Y
en el primer trimestre de 2012, los ingresos tributarios fueron de
354,541 mdp, 30,240 mdp menos que lo previsto en la Ley de Ingresos de
este año, según el ‘Informe sobre la situación económica, las finanzas públicas y la deuda pública de la SHCP’.
La
baja recaudación tributaria ha sido un problema para el país que lo
deja mal parado comparado con otras economías. En el informe de ‘Recaudación de impuestos 1965-2009’,
de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE),
México se encuentra en el último lugar de todos los países que componen
la zona.
Estos faltantes en recaudación son sustituidos con los ingresos excedentes por venta de petróleo,
llamados así cuando el barril de crudo se vende por arriba del fijado
en el presupuesto. En 2011, los excedentes en ingresos petroleros fueron
por 152,794 mdp, y en el primer trimestre de 2012 fueron de 40,959 mdp.
Estos recursos se destinan, de acuerdo a la Ley Federal de
Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria (LFRPH), a compensar el
incremento en el gasto no programable respecto del presupuestado.
Esos
recursos serían más útiles si se destinaran a inversión, en vez de
usarlos para gasto corriente, considera Francisco Cravioto, investigador
de Fundar.
“¿Qué es lo que va a hacer México en
los próximos años? Vamos a seguir tirando todo este dinero en gasto
corriente del gobierno federal. Los ingresos extraordinarios deberían
considerarse como un bono extra, pero no depender de ellos como si
fueran una muleta”, cuestiona.
Las dos salidas
Edgar Rangel, comisionado de la CNH, indica que México cuenta con 10 años de reservas probadas de petróleo,
una correlación sana, considera el funcionario, teniendo en cuenta que
países como Estados Unidos e Inglaterra tienen niveles similares de
reservas.
El funcionario asegura que con más inversión en tecnología, puede explotarse el crudo remanente de los yacimientos.
“¿Cuánto durará Cantarell? Tanto como se incorpore nueva tecnología.
Hay nueva tecnología de perforación no convencional, pozos
horizontales, que ya lo está haciendo Pemex, recuperación secundaria,
más efectiva. Se puede extender la vida del yacimiento y con la
experiencia internacional, puede ser hasta décadas”, agrega.
También
es necesario considerar a qué velocidad de producción se quiere ir,
porque en caso de querer hacerlo más rápido, se necesita más inversión.
Pero los recursos están disponibles.
“No comparto la
opinión de que el petróleo ya se acabó porque el volumen sobre el que
estamos parados está esperando ser sacado a la superficie”, afirma Edgar
Rangel.
También el avance en una reforma fiscal
profunda es necesario para disminuir la dependencia de México de los
ingresos petroleros, aunque esta tarea no se hizo en el gobierno que termina, coinciden los especialistas de Fundar.
“La
tarea más urgente es una reforma fiscal, que no sólo amplíe la base de
contribuyentes, sino que debe ser progresiva y que ayude la distribución
fiscal, y que combata regímenes fiscales especiales en grandes
contribuyentes (empresas) en ISR. Por ahí se debe empezar”, indica Aroa
de la Fuente.
Ahora, cuando el país dispone de recursos petroleros, es cuando deben hacerse estos cambios, y no cuando comiencen a terminarse. “México tiene que vivir de sus impuestos”, insiste Francisco Cravioto.
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