lunes, 26 de abril de 2010

EL FMI VATICINA QUE ESPAÑA NO VOLVERÁ A CRECER AL 2% AL MENOS HASTA 2016

El Fondo rebaja a la mitad la previsión del Gobierno para los próximos tres años
CLAUDI PÉREZ – EL PAÍS
El Fondo Monetario Internacional (FMI) tiene la costumbre de equivocarse con sus previsiones -algo sospechosamente habitual entre los economistas, salvo honrosas excepciones-, pero sus datos más recientes sobre España, más allá de los números, cuentan una historia fácil de resumir: la burbuja en el sector inmobiliario ha dejado, al explotar, un panorama desolador. La crisis española será mucho más prolongada y dejará profundas cicatrices. España no crecerá a tasas del 2% hasta al menos 2016, según el Fondo, lo que prácticamente deja en suspenso la recuperación del empleo. El aterrizaje fue duro, y el despegue será suave: lo contrario de lo que se perseguía. Porque las previsiones a partir de 2011 son mucho más sombrías que las del Gobierno. España crecerá la mitad de lo que dice el Ejecutivo, si el Fondo no se equivoca.
lleno de dificultades: problemas para el empleo (sólo a partir de ese 2% suele decirse que se crean puestos de trabajo); problemas fiscales (es complicado reducir el déficit si la economía no tira); problemas a los que hay que sumar las previsibles dificultades en las cajas de ahorros y sus implicaciones sobre la sequía del crédito. Y el magro crecimiento de la eurozona, que complica una salida a través de exportaciones.
"El Fondo se acerca mucho al consenso de los analistas para este año y el próximo; si se extrapola ese estado de ánimo es muy posible que tampoco lo haga en los años siguientes, pese a que es muy difícil elaborar previsiones fiables a tan largo plazo. A ese plazo prácticamente hay que adivinar qué va a pasar con la recuperación de Europa, con la situación fiscal y con la recuperación del crédito", explica Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros Internacionales (AFI).
El Gobierno no lo ve como el Fondo. La vicepresidenta Elena Salgado califica de "peculiar" el panel de pronósticos de la institución: "El FMI es optimista con la recuperación mundial, que está siendo rápida en EE UU y en los emergentes; si eso es así, las exportaciones serán incluso superiores a las que el Gobierno prevé". "El Fondo ya se ha equivocado otras veces y esperemos que podamos demostrar una vez más que nuestras estimaciones son las buenas y que los modelos del FMI tienen fallos", remachó el jueves.
Y en efecto, el historial de errores es extenso: sólo con España lleva tres revisiones sucesivas al alza que han dejado el dato de 2010 en una caída del 0,4%, muy cerca del 0,3% previsto por el Gobierno. Sucedía lo mismo en tiempos de vacas gordas: en general, el Fondo representa el lado más conservador de las previsiones, y ya cuando lo presidía Rodrigo Rato solía quedarse muy corto. Para 2011, 2012 y 2013, "lo que dicen los datos del Gobierno es que se va a recuperar la diferencia entre el crecimiento real y el crecimiento potencial de España; el Fondo sostiene que no va a ser así", señala el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa.
"España se enfrenta a dos desafíos importantes: pasar de un crecimiento basado en la demanda interna y el sector inmobiliario a una economía mucho más reforzada con la aportación del sector exterior, y eso con una dificultad añadida: reducir el déficit fiscal que se ha disparado con la crisis", asegura Jörg Decressin, economista del Fondo. Varios expertos consultados ven las cosas de forma parecida. Ricardo Haussmann, profesor de Harvard, explica que el pinchazo inmobiliario es el "plomo en las alas" que impide un despegue más rápido. "Eso obliga a que otros sectores en los que España tiene ventaja tomen el relevo. Pero eso toma tiempo: la sensación térmica de la economía española dependerá de esos otros sectores y de la reforma financiera. Sin una banca estabilizada es difícil que haya crédito en esas actividades de futuro", dijo.
Nicolás Verón, investigador en el Peterson Institute de Washington, afirma que el ajuste va a ser duro, "porque España debe recuperar competitividad y porque no ayuda la falta de transparencia relativa al sector financiero. España genera dudas por su modelo de crecimiento". Para Luis Servén, del Banco Mundial, Europa "vuelve a ver crecimientos de dos velocidades: Grecia, Portugal, Irlanda y España se quedan atrás".
"Son pronósticos demasiado sombríos durante demasiados años", apunta Santiago Carbó, consultor de la Reserva Federal estadounidense y catedrático de Economía en Granada, "y no tienen en cuenta las reformas que están sobre la mesa relativas a las pensiones y al mercado laboral".
Sin contar las reformas
Fuentes del Gobierno confirman que las estadísticas del Fondo "no recogerán las reformas hasta que estén firmadas", lo que deja cierto potencial de mejoría si al final el impulso reformista pasa de las musas al teatro. Y discuten la aproximación del FMI a la salida de la crisis. "Europa entró más tarde en recesión y tiene por delante los desafíos de estabilizar su sistema financiero y la crisis griega, junto a sus tradicionales rigideces. Pero es difícil pensar en una recuperación mundial en V, como propone el Fondo, sin que la economía europea se recupere".
Para España, el Fondo ve dificultades para exportar hacia Europa y un problema de competitividad: "Si hay recuperación mundial mejorarán las exportaciones, y si salen adelante las reformas mejorará la productividad", replican las mismas fuentes. Sobre el consumo, el Fondo cree que el fuerte crecimiento de la tasa de ahorro dificulta la salida de la crisis. Fuentes del Ejecutivo creen que buena parte de ese ahorro va a disolverse en cuanto mejore la confianza y empiecen a verse los primeros signos de recuperación.
Y por último, el Fondo considera difícil que la inversión mejore en España ante la carestía de crédito. "Históricamente, el crédito se recupera dos años más tarde que el PIB. El Fondo no tiene en cuenta los esfuerzos del ICO", asegura el portavoz del Gobierno, pendiente de una nueva visita de los economistas del FMI para tomarle la temperatura a la economía española. El pulso entre las previsiones del Fondo y el Gobierno promete: la salida de la crisis será fácil o difícil en función de quién esté en lo cierto.

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