Predomina la cautela entre usuarios de crédito bancario
Sólo se desaceleró muy fuerte el financiamiento al consumo
Entre 85 y 90 por ciento de quienes utilizan las tarjetas de crédito están al corriente de sus pagos. Hoy la gente es muy consciente de que el historial de crédito es universal, toma muy en serio su récord en el buró; antes no pensaba en el costo de no pagar, destaca el también director general de BBVA Bancomer
Roberto González Amador / Periódico La Jornada
Entre los usuarios de financiamiento bancario domina la cautela al momento de tomar decisiones de consumo. “La actividad económica va a entrar en una etapa de gradual y moderada recuperación”, consideró Ignacio Deschamps González, presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM). En los últimos meses, comentó, se ha dado un “estímulo importante” a la oferta de préstamos “y, sin embargo, todavía no se logra un crecimiento franco”.
Ignacio Deschamps, también presidente del consejo de administración y director general de BBVA Bancomer, el mayor grupo financiero del país, aseguró que en la actual crisis económica nueve de cada diez usuarios de tarjetas de crédito bancarias se mantuveron al corriente en sus pagos.
El sistema bancario que opera en México “no tuvo daños estructurales” a consecuencia de la crisis económica, la más pronunciada en siete décadas, afirmó en entrevista con La Jornada. Sostuvo que “no hay ninguna correlación” entre el origen del capital de los bancos que operan en el país –en el sistema 85 por ciento es de origen extranjero– y su desempeño en el otorgamiento de crédito en los últimos meses.
Esta semana, durante la convención nacional bancaria que se realizará el jueves y viernes en Acapulco, Guerrero, Ignacio Deschamps será ratificado para un segundo mandato de un año como presidente de la ABM.
A partir de que se agudizó la crisis financiera en el otoño de 2008 y la economía mexicana entró en recesión, “el principal riesgo que tuvo la banca en el país era su integridad, ése fue el objetivo central a cuidar”, dijo.
En el último año, la cartera vencida total se duplicó de 2 a 4 por ciento del total de préstamos otorgados, aunque ha comenzado a bajar, apuntó. “Pero durante los meses más agudos de la crisis, el índice de capital de los bancos estuvo arriba” de los niveles requeridos por la autoridad.
“A pesar que todavía vamos a entrar a etapas graduales, moderadas, de recuperación económica, realmente ha habido una fuerte resistencia del sistema financiero mexicano. No hay daños estructurales en la banca. Se reflejó la debilidad económica, pero desde el punto de vista de su solidez no hay daños estructurales”, consideró.
Deschamps apuntó que en los últimos meses sólo se dio una “desaceleración muy fuerte” en el crédito al consumo, que incluye la tarjeta. En cambio, aseguró, el dirigido a empresas y a la vivienda siguió en aumento, pues creció a una tasa anual de 9 por ciento, mientras la economía en conjunto se contrajo 6.7 por ciento. Incluso, el financiamiento total, incluido consumo, disminuyó uno por ciento, menos que la economía.
“El comportamiento del crédito en el último año reflejó fundamentalmente la precaución de las familias y las empresas para tomar financiamiento, ya sea porque no hay necesidad de incrementar el capital de trabajo porque hay un volumen más modesto de ventas o porque, aun cuando se adviertan oportunidades de crecimiento, hay cautela ante la falta de confianza sobre la actividad económica”, señaló.
Aseguró que, aun en este ambiente de cautela, “el crédito ya dio vuelta, tocó fondo en agosto de 2009”.
–¿Cómo explica que el crédito creciera el año pasado mientras la economía decrecía?
–Tiene mucho que ver con la calidad y administración del riesgo. El sistema en conjunto pudo controlar el riesgo y en ese sentido mantener la oferta de crédito abierta durante todo el periodo de la crisis. El caso del crédito al consumo es muy interesante porque desde 2009, y este año se ha intensificado, ha habido muchas ofertas hacia los clientes para utilizar más sus tarjeta. Ha habido desde el lado de la oferta un estímulo importante y sin embargo todavía no se logra un crecimiento franco en la tarjeta de crédito.
–¿A qué lo atribuye?
–La respuesta principal es que hay gran cantidad de clientes que tienen líneas de crédito que podrían ampliar hoy su nivel de consumo. Sin embargo, están siendo más cautelosos. Es un contraste muy importante con respecto a la crisis de 1995, donde no existía un buró de crédito y la gente no tenía conciencia del costo de no pagar. Hoy la gente es muy consciente de que el historial de crédito es universal, que se aplica para poder recibir crédito tanto en casas comerciales como en bancos, y en todo tipo de empresa que otorga financiamiento.
“Los usuarios de crédito han sido mucho más prudentes y han esperado un mejor momento para adquirir un bien de consumo duradero, pagar estudios adicionales o viajes. Creo que es muy interesante ese comportamiento. Creo que en el segundo trimestre ya veremos números positivos en el crédito al consumo”.
–En los últimos tres años la banca entregó tarjetas de crédito a miles de personas sin experiencia en el uso de este instrumento. Muchas personas están en el límite o ya no pueden pagar. ¿Qué evaluación hace de esa estrategia?
–Cada banco tiene su propia estrategia, pero en general en la banca atraemos clientes con todos los servicios financieros y algunos llegan por la tarjeta. Es verdad que hay que atender los casos de las familias con problemas de sobrendeudamiento por falta de educación financiera. Pero casi 90 por ciento de las familias han salido adelante, han aprendido a utilizar el crédito al consumo y los bancos siguen promoviendo y colocando millones de tarjetas de crédito. Creo que es un producto que debemos seguir impulsando con responsabilidad, pero también hacerlo accesible para más personas.
Detalló que los bancos hacen oferta de préstamos al consumo a personas con ingresos de entre 2 mil y 5 mil pesos mensuales, que anteriormente no eran consideradas. Esto, afirmó, es “muy importante para generar una clase media más amplia. Una de las pocas maneras de acceder a un nivel de bienestar social mayor es el ahorro a través del crédito, de poder adquirir un bien de consumo duradero como un coche, un aparato telefónico, la universidad para los hijos”. El crédito, aseguró, “es muy importante para generar bienestar a futuro”.
–¿Dice que 90 por ciento de usuarios de tarjeta de crédito están al corriente en sus pagos?
–Varía por banco, pero aproximadamente 85 o 90 por ciento de la gente ha logrado salir adelante, tiene líneas de crédito disponibles que, insisto, hoy las usan con más cautela. Los usuarios toman muy en serio su récord en el buró de crédito, pero han aprendido y saben que cuando hay oportunidad para comprar algo, para viajar y hacer algún gasto, pues ahí tienen esa línea disponible para inmediatamente acudir y pagar sin tener que hacer ningún trámite.
–¿Considera que hay riesgo para la banca en México por el hecho de que las matrices de algunas instituciones que operan aquí enfrentan un entorno difícil en sus países, por ejemplo los bancos españoles?
–Los bancos españoles han tenido una enorme resistencia. Hablando específicamente de los más grandes, incluyendo BBVA, han tenido un comportamiento ejemplar y siguen teniendo resultados muy positivos a pesar de la debilidad de la economía española. Eso es importante precisarlo. Segundo, el sistema regulatorio mexicano ha pasado una prueba muy importante y ha demostrado que tiene la estructura y el marco regulatorio para asegurar que las instituciones bancarias, independientemente del origen de su capital, tengan suficiente solvencia, liquidez y control del riesgo.
–¿La experiencia de esta crisis mostró que es relevante o irrelevante el origen del capital de los bancos?
–Ahí están los números. No hay ninguna correlación del desempeño de los bancos en función del origen de su capital. Hay bancos de capital extranjero que han aprovechado esta crisis, han tenido un gran crecimiento en su participación de mercado y ampliado su inversión en medio de la crisis; otros que no han podido hacerlo, y lo mismo pasa con los bancos de capital mexicano. No hay una correlación y yo creo que los bancos tenemos que juzgarlos por su compromiso con la inversión y el crecimiento del crédito.
Sólo se desaceleró muy fuerte el financiamiento al consumo
Entre 85 y 90 por ciento de quienes utilizan las tarjetas de crédito están al corriente de sus pagos. Hoy la gente es muy consciente de que el historial de crédito es universal, toma muy en serio su récord en el buró; antes no pensaba en el costo de no pagar, destaca el también director general de BBVA Bancomer
Roberto González Amador / Periódico La Jornada
Entre los usuarios de financiamiento bancario domina la cautela al momento de tomar decisiones de consumo. “La actividad económica va a entrar en una etapa de gradual y moderada recuperación”, consideró Ignacio Deschamps González, presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM). En los últimos meses, comentó, se ha dado un “estímulo importante” a la oferta de préstamos “y, sin embargo, todavía no se logra un crecimiento franco”.
Ignacio Deschamps, también presidente del consejo de administración y director general de BBVA Bancomer, el mayor grupo financiero del país, aseguró que en la actual crisis económica nueve de cada diez usuarios de tarjetas de crédito bancarias se mantuveron al corriente en sus pagos.
El sistema bancario que opera en México “no tuvo daños estructurales” a consecuencia de la crisis económica, la más pronunciada en siete décadas, afirmó en entrevista con La Jornada. Sostuvo que “no hay ninguna correlación” entre el origen del capital de los bancos que operan en el país –en el sistema 85 por ciento es de origen extranjero– y su desempeño en el otorgamiento de crédito en los últimos meses.
Esta semana, durante la convención nacional bancaria que se realizará el jueves y viernes en Acapulco, Guerrero, Ignacio Deschamps será ratificado para un segundo mandato de un año como presidente de la ABM.
A partir de que se agudizó la crisis financiera en el otoño de 2008 y la economía mexicana entró en recesión, “el principal riesgo que tuvo la banca en el país era su integridad, ése fue el objetivo central a cuidar”, dijo.
En el último año, la cartera vencida total se duplicó de 2 a 4 por ciento del total de préstamos otorgados, aunque ha comenzado a bajar, apuntó. “Pero durante los meses más agudos de la crisis, el índice de capital de los bancos estuvo arriba” de los niveles requeridos por la autoridad.
“A pesar que todavía vamos a entrar a etapas graduales, moderadas, de recuperación económica, realmente ha habido una fuerte resistencia del sistema financiero mexicano. No hay daños estructurales en la banca. Se reflejó la debilidad económica, pero desde el punto de vista de su solidez no hay daños estructurales”, consideró.
Deschamps apuntó que en los últimos meses sólo se dio una “desaceleración muy fuerte” en el crédito al consumo, que incluye la tarjeta. En cambio, aseguró, el dirigido a empresas y a la vivienda siguió en aumento, pues creció a una tasa anual de 9 por ciento, mientras la economía en conjunto se contrajo 6.7 por ciento. Incluso, el financiamiento total, incluido consumo, disminuyó uno por ciento, menos que la economía.
“El comportamiento del crédito en el último año reflejó fundamentalmente la precaución de las familias y las empresas para tomar financiamiento, ya sea porque no hay necesidad de incrementar el capital de trabajo porque hay un volumen más modesto de ventas o porque, aun cuando se adviertan oportunidades de crecimiento, hay cautela ante la falta de confianza sobre la actividad económica”, señaló.
Aseguró que, aun en este ambiente de cautela, “el crédito ya dio vuelta, tocó fondo en agosto de 2009”.
–¿Cómo explica que el crédito creciera el año pasado mientras la economía decrecía?
–Tiene mucho que ver con la calidad y administración del riesgo. El sistema en conjunto pudo controlar el riesgo y en ese sentido mantener la oferta de crédito abierta durante todo el periodo de la crisis. El caso del crédito al consumo es muy interesante porque desde 2009, y este año se ha intensificado, ha habido muchas ofertas hacia los clientes para utilizar más sus tarjeta. Ha habido desde el lado de la oferta un estímulo importante y sin embargo todavía no se logra un crecimiento franco en la tarjeta de crédito.
–¿A qué lo atribuye?
–La respuesta principal es que hay gran cantidad de clientes que tienen líneas de crédito que podrían ampliar hoy su nivel de consumo. Sin embargo, están siendo más cautelosos. Es un contraste muy importante con respecto a la crisis de 1995, donde no existía un buró de crédito y la gente no tenía conciencia del costo de no pagar. Hoy la gente es muy consciente de que el historial de crédito es universal, que se aplica para poder recibir crédito tanto en casas comerciales como en bancos, y en todo tipo de empresa que otorga financiamiento.
“Los usuarios de crédito han sido mucho más prudentes y han esperado un mejor momento para adquirir un bien de consumo duradero, pagar estudios adicionales o viajes. Creo que es muy interesante ese comportamiento. Creo que en el segundo trimestre ya veremos números positivos en el crédito al consumo”.
–En los últimos tres años la banca entregó tarjetas de crédito a miles de personas sin experiencia en el uso de este instrumento. Muchas personas están en el límite o ya no pueden pagar. ¿Qué evaluación hace de esa estrategia?
–Cada banco tiene su propia estrategia, pero en general en la banca atraemos clientes con todos los servicios financieros y algunos llegan por la tarjeta. Es verdad que hay que atender los casos de las familias con problemas de sobrendeudamiento por falta de educación financiera. Pero casi 90 por ciento de las familias han salido adelante, han aprendido a utilizar el crédito al consumo y los bancos siguen promoviendo y colocando millones de tarjetas de crédito. Creo que es un producto que debemos seguir impulsando con responsabilidad, pero también hacerlo accesible para más personas.
Detalló que los bancos hacen oferta de préstamos al consumo a personas con ingresos de entre 2 mil y 5 mil pesos mensuales, que anteriormente no eran consideradas. Esto, afirmó, es “muy importante para generar una clase media más amplia. Una de las pocas maneras de acceder a un nivel de bienestar social mayor es el ahorro a través del crédito, de poder adquirir un bien de consumo duradero como un coche, un aparato telefónico, la universidad para los hijos”. El crédito, aseguró, “es muy importante para generar bienestar a futuro”.
–¿Dice que 90 por ciento de usuarios de tarjeta de crédito están al corriente en sus pagos?
–Varía por banco, pero aproximadamente 85 o 90 por ciento de la gente ha logrado salir adelante, tiene líneas de crédito disponibles que, insisto, hoy las usan con más cautela. Los usuarios toman muy en serio su récord en el buró de crédito, pero han aprendido y saben que cuando hay oportunidad para comprar algo, para viajar y hacer algún gasto, pues ahí tienen esa línea disponible para inmediatamente acudir y pagar sin tener que hacer ningún trámite.
–¿Considera que hay riesgo para la banca en México por el hecho de que las matrices de algunas instituciones que operan aquí enfrentan un entorno difícil en sus países, por ejemplo los bancos españoles?
–Los bancos españoles han tenido una enorme resistencia. Hablando específicamente de los más grandes, incluyendo BBVA, han tenido un comportamiento ejemplar y siguen teniendo resultados muy positivos a pesar de la debilidad de la economía española. Eso es importante precisarlo. Segundo, el sistema regulatorio mexicano ha pasado una prueba muy importante y ha demostrado que tiene la estructura y el marco regulatorio para asegurar que las instituciones bancarias, independientemente del origen de su capital, tengan suficiente solvencia, liquidez y control del riesgo.
–¿La experiencia de esta crisis mostró que es relevante o irrelevante el origen del capital de los bancos?
–Ahí están los números. No hay ninguna correlación del desempeño de los bancos en función del origen de su capital. Hay bancos de capital extranjero que han aprovechado esta crisis, han tenido un gran crecimiento en su participación de mercado y ampliado su inversión en medio de la crisis; otros que no han podido hacerlo, y lo mismo pasa con los bancos de capital mexicano. No hay una correlación y yo creo que los bancos tenemos que juzgarlos por su compromiso con la inversión y el crecimiento del crédito.
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