Durante los últimos 20 años, las últimas tres administraciones siempre indujeron una desaceleración económica en su quinto año de gobierno.
Alfredo Coutiño, director de la consultoría económica de Moody's, advirtió que México carece de fundamentos estructurales de crecimiento y esa situación limitará el despegue del Producto Interno Bruto (PIB) en 2010, a no más de 4 por ciento, además de que en 2011 se registrará una desaceleración, debido a que el país no tiene la capacidad para crecer arriba de 3.5 por ciento.
"Dada la ausencia de cambio estructural y de ideas nuevas que impulsen la capacidad productiva del país, en el 2011 la economía tenderá a crecer sólo de acuerdo a su tasa potencial, que es de alrededor de 3.5 por ciento", indicó Coutiño.
El especialista señaló que a pesar del optimismo que muestran las autoridades mexicanas sobre las previsiones económicas, en 2011 no habrá más expansión que este año, es más, aclaró que "el crecimiento del próximo año será política y estructuralmente menor que el de 2010 y 2012".
Esta situación se debe a que la falta de ahorro, inversión, productividad y cambio tecnológico hacen que la economía continúe sin fuentes de crecimiento sostenido, y eso provoca que los pronósticos mayores a 4 ciento sólo sean "euforia y optimismo" del mercado.
Coutiño envió un documento a inversionistas titulado "México se desacelerará en el 2011", donde destaca que este panorama se presenta debido a que se acercan las elecciones presidenciales, por lo que es muy probable que la economía sufra una inducida desaceleración económica, acorde al "ciclo político".
Explica también que "existe razón para pensar que la presente administración estará más interesada en que el mayor crecimiento se dé en el año 2012 a cambio de moderar el del 2011... Durante los últimos 20 años, las últimas tres administraciones siempre indujeron una desaceleración económica en su quinto año de gobierno, lo cual dejó a la economía en forma para despegar con mayor fuerza durante el último año de cada sexenio, y eso deliberadamente coincidió con el año de elecciones presidenciales", indicó.
"Desafortunadamente las fuentes fundamentales del crecimiento (ahorro-inversión, productividad y, cambio tecnológico) permanecerán debilitadas en el 2011, por lo cual la economía no podrá crecer más allá de su capacidad", advierte, ya que de lo contrario se corre el riesgo de que se generen desequilibrios que amenazarían la estabilidad hacia finales del sexenio.
Añade que histórica y estratégicamente los motores de crecimiento tienden a enfriarse en el penúltimo año de cada administración, no sólo para corregir desequilibrios potenciales, sino incluso para dejar en forma a la economía en preparación para el año electoral.
En el caso de 2012, Coutiño espera un crecimiento de 4.5 por ciento, aunque advierte que "hasta ahora no hay razones para pensar que la historia de la realidad económica mexicana podría ser diferente en esta ocasión".
"Dada la ausencia de cambio estructural y de ideas nuevas que impulsen la capacidad productiva del país, en el 2011 la economía tenderá a crecer sólo de acuerdo a su tasa potencial, que es de alrededor de 3.5 por ciento", indicó Coutiño.
El especialista señaló que a pesar del optimismo que muestran las autoridades mexicanas sobre las previsiones económicas, en 2011 no habrá más expansión que este año, es más, aclaró que "el crecimiento del próximo año será política y estructuralmente menor que el de 2010 y 2012".
Esta situación se debe a que la falta de ahorro, inversión, productividad y cambio tecnológico hacen que la economía continúe sin fuentes de crecimiento sostenido, y eso provoca que los pronósticos mayores a 4 ciento sólo sean "euforia y optimismo" del mercado.
Coutiño envió un documento a inversionistas titulado "México se desacelerará en el 2011", donde destaca que este panorama se presenta debido a que se acercan las elecciones presidenciales, por lo que es muy probable que la economía sufra una inducida desaceleración económica, acorde al "ciclo político".
Explica también que "existe razón para pensar que la presente administración estará más interesada en que el mayor crecimiento se dé en el año 2012 a cambio de moderar el del 2011... Durante los últimos 20 años, las últimas tres administraciones siempre indujeron una desaceleración económica en su quinto año de gobierno, lo cual dejó a la economía en forma para despegar con mayor fuerza durante el último año de cada sexenio, y eso deliberadamente coincidió con el año de elecciones presidenciales", indicó.
"Desafortunadamente las fuentes fundamentales del crecimiento (ahorro-inversión, productividad y, cambio tecnológico) permanecerán debilitadas en el 2011, por lo cual la economía no podrá crecer más allá de su capacidad", advierte, ya que de lo contrario se corre el riesgo de que se generen desequilibrios que amenazarían la estabilidad hacia finales del sexenio.
Añade que histórica y estratégicamente los motores de crecimiento tienden a enfriarse en el penúltimo año de cada administración, no sólo para corregir desequilibrios potenciales, sino incluso para dejar en forma a la economía en preparación para el año electoral.
En el caso de 2012, Coutiño espera un crecimiento de 4.5 por ciento, aunque advierte que "hasta ahora no hay razones para pensar que la historia de la realidad económica mexicana podría ser diferente en esta ocasión".
Fuente: El Sol de México
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