Recorta también la de Portugal y desata fuerte nerviosismo en los mercados mundiales
La degradación no corresponde a los verdaderos datos de la economía, replica el gobierno
Los griegos deben tomar una “medicina amarga” y aceptar ayuda externa, advierte el FMI
La agencia Standard and Poor’s rebajó tres niveles la calificación de la deuda soberana de Grecia a terreno “basura”, y también recortó la de Portugal. La medida desató fuerte nerviosismo en el país, mientras Atenas la calificó de “inexplicable”, al tiempo que provocó el desplome de los mercados bursátiles mundiales.
S&P rebajó tres escalones su calificación de la deuda a largo plazo del gobierno griego, de BBB+ a BB+, relegándola a la categoría de inversiones especulativas. El panorama es negativo, lo que significa que la agencia podría recortar la nota nuevamente.
La rebaja pone a Grecia a la par de países como Rumania y por debajo de Kazajstán, Hungría e Islandia. Esta última impactó a los mercados globales cuando sus principales bancos se derrumbaron a comienzos de la crisis financiera global.
S&P citó los desafíos políticos, económicos y presupuestarios que afronta el gobierno griego para poner la deuda pública en una trayectoria de baja sostenida. La agencia asignó una calificación de recuperación de “4” a la deuda griega, lo que indica que se espera una recuperación “promedio” de entre 30 y 50 por ciento para los tenedores de bonos, en caso de una restructuración o una moratoria.
La iniciativa de la agencia dificulta más el acceso al crédito de Grecia, castigada por un déficit fiscal que en 2009 ascendió a 13.6 por ciento del producto interno bruto (PIB) y una deuda pública de 115.1 por ciento.
El gobierno griego reaccionó afirmando que la degradación de su deuda soberana “no corresponde a los verdaderos datos de la economía, ni a los progresos de sus principales indicadores financieros”.
La crisis de confianza que afrontan las finanzas griegas empezó a extenderse a Portugal, cuya deuda soberana a largo plazo también fue degradada este martes por Standard and Poor’s de A+ a A-.
El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, advirtió que los griegos deben tomar una “medicina amarga” y sugirió que acepten la ayuda externa si quieren superar su crisis de deuda.
En una entrevista con el diario francés La Tribune, Strauss-Kahn dijo que Grecia enfrenta muchos años dolorosos, pero sin el apoyo del FMI “entraría en una situación insostenible”. Consideró necesario “que los griegos tengan en cuenta que la recuperación de sus cuentas públicas, tras muchos años de errores irresponsables, va a ser dolorosa y difícil”.
El presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, quiso tranquilizar el ambiente, al descartar que Grecia o cualquier otro país de los 16 que conforman la eurozona declare una suspensión de pagos. Sin embargo, en el mercado de obligaciones, en los que se negocia la deuda de los estados, los intereses del bono griego a diez años batieron un nuevo récord este martes, en torno a 9.6 por ciento.
En estas condiciones, Grecia no puede acceder a los mercados, que le ofrecen tasas “prohibitivas”, dijo el ministro griego de Finanzas, Giorgos Papaconstantinou, presionando a la Unión Europea (UE) y al FMI para que desbloqueen el dinero prometido antes del 19 de mayo, fecha en la que Atenas afronta un vencimiento de 9 mil millones de euros.
Dirigentes de los países de la zona euro piensan reunirse el 10 de mayo para aprobar la entrega de la ayuda, según una fuente cercana a la presidencia española de la Unión. El mecanismo, en el que participa también el FMI, es por tres años y prevé préstamos bilaterales por 45 mil millones de euros en 2010.
De ese monto, la UE asegurará dos tercios a una tasa de 5 por ciento. Sin embargo, los mercados dudan que el plan de ayuda resuelva los problemas de endeudamiento de Grecia a largo plazo, sobre todo luego que el banco central de ese país dijo que la contracción del PIB en 2010 podría ser superior a 2 por ciento.
Unidad nacional, pide Papandreou; paro el 5 de mayo
El primer ministro griego, George Papandreou llamó a sus conciudadanos a la “unidad nacional” para afrontar “una de las fases más difíciles” en la historia del país, en un emotivo discurso pronunciado en el Parlamento y transmitido por televisión.
“Grecia atraviesa una de las fases más difíciles de su historia. Las decisiones que hay que tomar ahora tendrán mucho peso incluso para las próximas generaciones”, afirmó Papandreou ante su grupo parlamentario, el Movimiento Socialista Panhelénico.
Sin embargo, el llamado no mermó el ánimo de los sectores de la población que se oponen al severo programa de austeridad y este martes trabajadores del transporte público suspendieron actividades durante seis horas.
Cientos de trabajadores se manifestaron frente al Parlamento, por lo que autobuses, tranvías y trenes de metro dejaron de funcionar. Con banderas rojas y pancartas los manifestantes decían: “¡A la calle!” y “¡Fuera el FMI!”
En tanto, las dos centrales sindicales del país, la del sector público (Adedy) y la del privado (GSEE), convocaron a un paro nacional para el 5 de mayo, lo que aumenta la presión para el gobierno en su lucha contra su crisis de deuda.
La protesta generalizada desde que Grecia se doblegó ante la presión del mercado el pasado viernes y solicitó la activación de un paquete de ayuda hasta de 45 millones de euros de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional ha puesto nerviosos a los inversionistas, pues temen que los esfuerzos de reforma puedan fracasar si el malestar crece al punto de los disturbios que paralizaron Atenas durante semanas en diciembre de 2008.
La degradación no corresponde a los verdaderos datos de la economía, replica el gobierno
Los griegos deben tomar una “medicina amarga” y aceptar ayuda externa, advierte el FMI
La agencia Standard and Poor’s rebajó tres niveles la calificación de la deuda soberana de Grecia a terreno “basura”, y también recortó la de Portugal. La medida desató fuerte nerviosismo en el país, mientras Atenas la calificó de “inexplicable”, al tiempo que provocó el desplome de los mercados bursátiles mundiales.
S&P rebajó tres escalones su calificación de la deuda a largo plazo del gobierno griego, de BBB+ a BB+, relegándola a la categoría de inversiones especulativas. El panorama es negativo, lo que significa que la agencia podría recortar la nota nuevamente.
La rebaja pone a Grecia a la par de países como Rumania y por debajo de Kazajstán, Hungría e Islandia. Esta última impactó a los mercados globales cuando sus principales bancos se derrumbaron a comienzos de la crisis financiera global.
S&P citó los desafíos políticos, económicos y presupuestarios que afronta el gobierno griego para poner la deuda pública en una trayectoria de baja sostenida. La agencia asignó una calificación de recuperación de “4” a la deuda griega, lo que indica que se espera una recuperación “promedio” de entre 30 y 50 por ciento para los tenedores de bonos, en caso de una restructuración o una moratoria.
La iniciativa de la agencia dificulta más el acceso al crédito de Grecia, castigada por un déficit fiscal que en 2009 ascendió a 13.6 por ciento del producto interno bruto (PIB) y una deuda pública de 115.1 por ciento.
El gobierno griego reaccionó afirmando que la degradación de su deuda soberana “no corresponde a los verdaderos datos de la economía, ni a los progresos de sus principales indicadores financieros”.
La crisis de confianza que afrontan las finanzas griegas empezó a extenderse a Portugal, cuya deuda soberana a largo plazo también fue degradada este martes por Standard and Poor’s de A+ a A-.
El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, advirtió que los griegos deben tomar una “medicina amarga” y sugirió que acepten la ayuda externa si quieren superar su crisis de deuda.
En una entrevista con el diario francés La Tribune, Strauss-Kahn dijo que Grecia enfrenta muchos años dolorosos, pero sin el apoyo del FMI “entraría en una situación insostenible”. Consideró necesario “que los griegos tengan en cuenta que la recuperación de sus cuentas públicas, tras muchos años de errores irresponsables, va a ser dolorosa y difícil”.
El presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, quiso tranquilizar el ambiente, al descartar que Grecia o cualquier otro país de los 16 que conforman la eurozona declare una suspensión de pagos. Sin embargo, en el mercado de obligaciones, en los que se negocia la deuda de los estados, los intereses del bono griego a diez años batieron un nuevo récord este martes, en torno a 9.6 por ciento.
En estas condiciones, Grecia no puede acceder a los mercados, que le ofrecen tasas “prohibitivas”, dijo el ministro griego de Finanzas, Giorgos Papaconstantinou, presionando a la Unión Europea (UE) y al FMI para que desbloqueen el dinero prometido antes del 19 de mayo, fecha en la que Atenas afronta un vencimiento de 9 mil millones de euros.
Dirigentes de los países de la zona euro piensan reunirse el 10 de mayo para aprobar la entrega de la ayuda, según una fuente cercana a la presidencia española de la Unión. El mecanismo, en el que participa también el FMI, es por tres años y prevé préstamos bilaterales por 45 mil millones de euros en 2010.
De ese monto, la UE asegurará dos tercios a una tasa de 5 por ciento. Sin embargo, los mercados dudan que el plan de ayuda resuelva los problemas de endeudamiento de Grecia a largo plazo, sobre todo luego que el banco central de ese país dijo que la contracción del PIB en 2010 podría ser superior a 2 por ciento.
Unidad nacional, pide Papandreou; paro el 5 de mayo
El primer ministro griego, George Papandreou llamó a sus conciudadanos a la “unidad nacional” para afrontar “una de las fases más difíciles” en la historia del país, en un emotivo discurso pronunciado en el Parlamento y transmitido por televisión.
“Grecia atraviesa una de las fases más difíciles de su historia. Las decisiones que hay que tomar ahora tendrán mucho peso incluso para las próximas generaciones”, afirmó Papandreou ante su grupo parlamentario, el Movimiento Socialista Panhelénico.
Sin embargo, el llamado no mermó el ánimo de los sectores de la población que se oponen al severo programa de austeridad y este martes trabajadores del transporte público suspendieron actividades durante seis horas.
Cientos de trabajadores se manifestaron frente al Parlamento, por lo que autobuses, tranvías y trenes de metro dejaron de funcionar. Con banderas rojas y pancartas los manifestantes decían: “¡A la calle!” y “¡Fuera el FMI!”
En tanto, las dos centrales sindicales del país, la del sector público (Adedy) y la del privado (GSEE), convocaron a un paro nacional para el 5 de mayo, lo que aumenta la presión para el gobierno en su lucha contra su crisis de deuda.
La protesta generalizada desde que Grecia se doblegó ante la presión del mercado el pasado viernes y solicitó la activación de un paquete de ayuda hasta de 45 millones de euros de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional ha puesto nerviosos a los inversionistas, pues temen que los esfuerzos de reforma puedan fracasar si el malestar crece al punto de los disturbios que paralizaron Atenas durante semanas en diciembre de 2008.
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