MARÍA DE LAS HERAS / EL PAÍS
En entrevista radiofónica, el martes pasado el presidente Felipe Calderón fue cuestionado sobre si considera que Andrés Manuel López Obrador es aún un peligro para México, como lo aseguró su propaganda electoral en 2006, y Calderón respondió que sí, que lo era entonces y que lo es ahora. Al día siguiente, López Obrador le respondía en un acto público diciendo que la frase "es tan burda y ofensiva" que ni siquiera se atrevía a usarla contra el propio Calderón, "a pesar de que han perdido la vida cerca de 30.000 mexicanos por su irresponsabilidad e ineptitud", y dijo que "en lugar de seguir optando por la mentira, la confrontación y la ofensa", debería pedir perdón a los mexicanos por el desastre al que ha llevado al país.
Por lo visto, Calderón piensa gobernar como si siempre estuviera en campaña. Una y otra vez llama a la unidad golpeando al adversario. Si los humores no se han desbordado ha sido más por la prudencia de sus opositores, no porque el presidente haya sido capaz de mostrar una mínima señal de grandeza.
La apuesta de Calderón es dividir y lo está consiguiendo, pero al hacerlo es él y su proyecto los que van perdiendo espacios. Tras un año de campaña y cuatro de Gobierno señalando a López Obrador como un peligro para México, hoy un 33% de los encuestados lo considera cierto, mientras que un 29% piensa que el peligro ha sido Calderón.
Un 51% de las personas que entrevistamos considera que, si López Obrador hubiera sido el presidente, México estaría igual o mejor que como estamos ahora con Calderón, casi la misma proporción que piensa que Calderón, lejos de comportarse como presidente nacional, lo hace como líder de su partido, que, dicho sea de paso y de acuerdo con las últimas encuestas de preferencia electoral, apenas levanta el favor de la cuarta parte de los electores.
María de las Heras es directora de la encuestadora Demotecnia.
En entrevista radiofónica, el martes pasado el presidente Felipe Calderón fue cuestionado sobre si considera que Andrés Manuel López Obrador es aún un peligro para México, como lo aseguró su propaganda electoral en 2006, y Calderón respondió que sí, que lo era entonces y que lo es ahora. Al día siguiente, López Obrador le respondía en un acto público diciendo que la frase "es tan burda y ofensiva" que ni siquiera se atrevía a usarla contra el propio Calderón, "a pesar de que han perdido la vida cerca de 30.000 mexicanos por su irresponsabilidad e ineptitud", y dijo que "en lugar de seguir optando por la mentira, la confrontación y la ofensa", debería pedir perdón a los mexicanos por el desastre al que ha llevado al país.
Por lo visto, Calderón piensa gobernar como si siempre estuviera en campaña. Una y otra vez llama a la unidad golpeando al adversario. Si los humores no se han desbordado ha sido más por la prudencia de sus opositores, no porque el presidente haya sido capaz de mostrar una mínima señal de grandeza.
La apuesta de Calderón es dividir y lo está consiguiendo, pero al hacerlo es él y su proyecto los que van perdiendo espacios. Tras un año de campaña y cuatro de Gobierno señalando a López Obrador como un peligro para México, hoy un 33% de los encuestados lo considera cierto, mientras que un 29% piensa que el peligro ha sido Calderón.
Un 51% de las personas que entrevistamos considera que, si López Obrador hubiera sido el presidente, México estaría igual o mejor que como estamos ahora con Calderón, casi la misma proporción que piensa que Calderón, lejos de comportarse como presidente nacional, lo hace como líder de su partido, que, dicho sea de paso y de acuerdo con las últimas encuestas de preferencia electoral, apenas levanta el favor de la cuarta parte de los electores.
María de las Heras es directora de la encuestadora Demotecnia.
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