Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana.
México necesita refundarse, y su actual modelo económico, social y político tiene que ser replanteado, ya que en la actualidad no cuenta con un proyecto claro de nación, afirmó el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Gerardo Gutiérrez Candiani.
Durante su participación en la ceremonia inaugural del Encuentro Empresarial Nacional, el dirigente expresó que más que producto de situaciones coyunturales, el estancamiento que vive nuestro país procede de la ausencia de un proyecto de nación claro, que nos dé a todos un rumbo fijo y en el que "podamos coincidir más allá de nuestras diferencias".
Ante el gobernador del estado, Leonel Godoy, el dirigente empresarial mencionó que no se pueden lograr transformaciones a fondo si sólo existe disposición para modificaciones superficiales, para que el fondo permanezca igual, mientras que otras naciones avanzan aceleradamente en todos los campos. Precisó que en la planeación de nuestro porvenir debe pesar más lo que sí podemos hacer que los límites que nos hemos impuesto en función de mitos, inercias, temas y sectores que se resisten a cualquier transformación.
El país requiere cambios profundos que le den una nueva proyección acorde a las necesidades, aspiraciones y el potencial de todos los mexicanos, porque construir una nación requiere realismo, pero también ambición, voluntad y confianza en nuestra capacidad de renovarnos.
Insistió en la necesidad de reformas económicas a fondo que se requieren en materia hacendaria, laboral, energética y de la banca de desarrollo, las cuales son una prioridad en la agenda legislativa, a la vez que pidió eliminar las barreras que limitan la competitividad y el crecimiento sostenible.
Es perfectamente posible crecer a tasas superiores de cinco por ciento anual, pero se necesitan acuerdos que se pueden alcanzar con voluntad y visión de Estado.
Sobre el particular aseveró que, de acuerdo con encuestas recientes, sólo el seis por ciento de los mexicanos le tiene confianza a sus diputados, y 5.7 por ciento a los partidos políticos; mientras que únicamente 28 por ciento se muestra satisfecho con la democracia, lo cual implica, señaló, un riesgo que debe hacer reaccionar a la clase política y a la ciudadanía.
Durante su participación en la ceremonia inaugural del Encuentro Empresarial Nacional, el dirigente expresó que más que producto de situaciones coyunturales, el estancamiento que vive nuestro país procede de la ausencia de un proyecto de nación claro, que nos dé a todos un rumbo fijo y en el que "podamos coincidir más allá de nuestras diferencias".
Ante el gobernador del estado, Leonel Godoy, el dirigente empresarial mencionó que no se pueden lograr transformaciones a fondo si sólo existe disposición para modificaciones superficiales, para que el fondo permanezca igual, mientras que otras naciones avanzan aceleradamente en todos los campos. Precisó que en la planeación de nuestro porvenir debe pesar más lo que sí podemos hacer que los límites que nos hemos impuesto en función de mitos, inercias, temas y sectores que se resisten a cualquier transformación.
El país requiere cambios profundos que le den una nueva proyección acorde a las necesidades, aspiraciones y el potencial de todos los mexicanos, porque construir una nación requiere realismo, pero también ambición, voluntad y confianza en nuestra capacidad de renovarnos.
Insistió en la necesidad de reformas económicas a fondo que se requieren en materia hacendaria, laboral, energética y de la banca de desarrollo, las cuales son una prioridad en la agenda legislativa, a la vez que pidió eliminar las barreras que limitan la competitividad y el crecimiento sostenible.
Es perfectamente posible crecer a tasas superiores de cinco por ciento anual, pero se necesitan acuerdos que se pueden alcanzar con voluntad y visión de Estado.
Sobre el particular aseveró que, de acuerdo con encuestas recientes, sólo el seis por ciento de los mexicanos le tiene confianza a sus diputados, y 5.7 por ciento a los partidos políticos; mientras que únicamente 28 por ciento se muestra satisfecho con la democracia, lo cual implica, señaló, un riesgo que debe hacer reaccionar a la clase política y a la ciudadanía.
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