SANDRO POZZI - EL PAÍS
El Fondo Monetario Internacional (FMI) insistió ayer en la necesidad de que las autoridades financieras de la eurozona movilicen los recursos necesarios para recapitalizar las instituciones con problemas de solvencia. El organismo cree que la debilidad del sistema bancario es ahora el reto más urgente al que hay que hacer frente, y por eso espera que la publicación mañana de las pruebas de resistencia contribuyan a rebajar la tensión. El Fondo reclama el anuncio inmediato de los remedios para las entidades sin suficiente capital. La salud del sistema financiero es "crucial" para asentar la recuperación, añade.
En la información suplementaria a su informe anual sobre la zona euro, el FMI aplaudió la extensión de las pruebas de resistencia o tests de estrés a la banca desde las 25 entidades iniciales a 91. En el cuerpo del informe, que ha quedado algo desfasado, el FMI reclamaba precisamente que las pruebas se ampliasen más allá de los grandes bancos y que se diese transparencia a sus resultados entidad por entidad, como va a suceder mañana. Con todo, el FMI señala que "es probable que persista cierta incertidumbre con respecto a la severidad de las pruebas", aunque en su informe no argumenta siquiera mínimamente por qué.
Apoyo público
El FMI también alerta del número de entidades europeas, sobre todo medianas, que "dependen en exceso" del apoyo público movilizado durante la crisis por el BCE y los Gobiernos. Por eso destacó la necesidad de que se adopten medidas para restaurar su viabilidad. El organismo admite que algunas instituciones necesitarán más apoyos, pero advierte que eso no debe significar que se aparque su reestructuración. Este compromiso, precisa el Fondo, "reducirá la incertidumbre".
Luc Evakaert, del departamento para Europa del FMI, dijo que hasta que el sector financiero "no se arregle", difícilmente la política monetaria y fiscal dará resultados por sí solas para apuntalar el crecimiento económico en la zona euro.Por otro lado, el Banco de Pagos de Basilea informó ayer de que la actividad interbancaria internacional ha crecido un 2% hasta marzo, lo que equivale a 645.000 millones de dólares. Es la primera vez que crece la actividad desde septiembre de 2008, cuando cayó Lehman Brothers.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) insistió ayer en la necesidad de que las autoridades financieras de la eurozona movilicen los recursos necesarios para recapitalizar las instituciones con problemas de solvencia. El organismo cree que la debilidad del sistema bancario es ahora el reto más urgente al que hay que hacer frente, y por eso espera que la publicación mañana de las pruebas de resistencia contribuyan a rebajar la tensión. El Fondo reclama el anuncio inmediato de los remedios para las entidades sin suficiente capital. La salud del sistema financiero es "crucial" para asentar la recuperación, añade.
En la información suplementaria a su informe anual sobre la zona euro, el FMI aplaudió la extensión de las pruebas de resistencia o tests de estrés a la banca desde las 25 entidades iniciales a 91. En el cuerpo del informe, que ha quedado algo desfasado, el FMI reclamaba precisamente que las pruebas se ampliasen más allá de los grandes bancos y que se diese transparencia a sus resultados entidad por entidad, como va a suceder mañana. Con todo, el FMI señala que "es probable que persista cierta incertidumbre con respecto a la severidad de las pruebas", aunque en su informe no argumenta siquiera mínimamente por qué.
Apoyo público
El FMI también alerta del número de entidades europeas, sobre todo medianas, que "dependen en exceso" del apoyo público movilizado durante la crisis por el BCE y los Gobiernos. Por eso destacó la necesidad de que se adopten medidas para restaurar su viabilidad. El organismo admite que algunas instituciones necesitarán más apoyos, pero advierte que eso no debe significar que se aparque su reestructuración. Este compromiso, precisa el Fondo, "reducirá la incertidumbre".
Luc Evakaert, del departamento para Europa del FMI, dijo que hasta que el sector financiero "no se arregle", difícilmente la política monetaria y fiscal dará resultados por sí solas para apuntalar el crecimiento económico en la zona euro.Por otro lado, el Banco de Pagos de Basilea informó ayer de que la actividad interbancaria internacional ha crecido un 2% hasta marzo, lo que equivale a 645.000 millones de dólares. Es la primera vez que crece la actividad desde septiembre de 2008, cuando cayó Lehman Brothers.
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