México SA
El dream-team económico
Del “catarrito” al CESF
Brewer y el KKK de Arizona
Carlos Fernández-Vega / La Jornada
Con tan sólo 33 meses de retraso, y luego de que el zorro arrasó con el gallinero, el inquilino de Los Pinos decidió la creación de un Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero”, con el fin de “hacer más precisa y oportuna la evaluación y el análisis de la situación financiera, así como agilizar las decisiones que nos permitan evitar los problemas y los riesgos sistémicos, y resolverlos antes de que puedan causar un mal mayor”, según sus propias palabras.
Cuando menos desde octubre de 2007, a partir del derrumbe hipotecario estadunidense, se anunció la proximidad de una nueva sacudida económico-financiera, el más reciente capítulo de la crisis, pero a pesar de lo obvio de su proximidad y de las dolorosas consecuencias que para México acarrearía, tal hecho no tuvo la menor consideración para el inquilino de Los Pinos y su “muy buen equipo económico, tal vez el mejor” (según su propia definición). Por el contrario, el susodicho y su dream-team económico se dedicaron a minimizar el acontecimiento, “porque es externo”, y a presumir una virtual “solidez” de un inexistente “navío de gran calado”, que zozobró a la primera de cambios.
A tal grado llegó la indolencia del pastor y sus ovejas, que el propio Calderón prometió (una más) a los mexicanos que “nunca más una crisis” los afectaría, mientras el entonces secretario de Hacienda, Agustín Carstens, presumía sus dotes de galeno y diagnosticaba, en el peor escenario, un simple “catarrito” para el país, porque las cosas habían cambiado diametralmente, según dijo, y ahora la pulmonía le daba al vecino del norte. Para rematar, otro amigo del inquilino de Los Pinos, cómodamente instalado en la Secretaría de Economía, Gerardo Ruiz Mateos, daba cátedra: “es ocioso tomar medidas ante la crisis en Estados Unidos… no vale la pena anticiparnos sobre algo que todavía no pasa”. Y tirados en la hamaca los agarró el terremoto, mientras la economía mexicana se desplomaba como no lo había hecho en ocho décadas.
Pues bien, después del desastre económico-social de 2009, con la casa en el suelo, ahora se le ocurre crear el citado Consejo para “identificar con anticipación los riesgos potenciales de la estabilidad financiera del país y, en consecuencia, coordinar las acciones pertinentes que deban realizarse por cada una de las autoridades que lo integren. Fungirá como un órgano de consulta en materia de estabilidad financiera para el Poder Ejecutivo Federal y, en particular, para el Presidente de la República, que permitirá dotar al Ejecutivo Federal de mayores herramientas para toma de decisiones mucho más oportunas”. Con esa rapidez institucionalizada, México para qué quiere enemigos.
En vía de mientras, el Banco de México ofreció su versión del comportamiento económico nacional, el cual, “no está exento de riesgos”. El único “motor” de la economía mexicana, la estadunidense, parece no agarrar paso, y por ello el organismo advierte que en el vecino del norte “el panorama parecería ser inusualmente incierto. En particular, destaca la debilidad que prevalece en el mercado laboral y que la incipiente mejoría en las condiciones financieras todavía no ha significado un factor de apoyo para el gasto privado. Así, persiste el riesgo de que una mejoría lenta del consumo podría eventualmente reflejarse en una demanda menos vigorosa de productos de exportación mexicanos”.
Otro punto que el Banco de México destaca es el relativo a la zona euro: “la coyuntura que enfrentan varios países europeos sugiere que los riesgos a la baja para el crecimiento de la economía global se han acrecentado; existe la percepción de que el crecimiento de la economía mundial, en especial el de las economías avanzadas, ha dependido de manera esencial de las políticas de apoyo a la demanda agregada implementadas como respuesta a la recesión generada por la crisis financiera de 2008. En este contexto, existe incertidumbre sobre el impacto que pudiese tener el inminente retiro de dichos estímulos sobre la demanda privada en dichas economías”. De igual forma, advierte que la reciente “volatilidad” en los mercados financieros internacionales hasta ahora no ha afectado sustancialmente las perspectivas de crecimiento en las economías emergentes. “Sin embargo, un deterioro adicional en dichos mercados pudiera afectar las condiciones de acceso al financiamiento de estas economías.
La institución señala que el “escenario macroeconómico base” previsto los próximos meses se sustenta en gran parte en el pronóstico de que la actividad industrial en Estados Unidos continuará mostrando una tendencia positiva, “si bien a un menor ritmo que el observado durante el primer semestre del año. En particular, el promedio de las proyecciones de los analistas para el crecimiento de la actividad industrial y del PIB de ese país en el presente año se ubica en 5.4 y 3.1 por ciento, respectivamente. Para 2011 se estima un crecimiento ligeramente más moderado de estos renglones (4.7 y 3 por ciento)”.
Es previsible que durante el resto del año y en 2011 continúe observándose un impulso a la economía mexicana proveniente de la demanda externa, aunado a un gradual restablecimiento de mayores niveles de gasto interno, de tal suerte que mantiene su expectativa de que el PIB real de México crezca entre 4 y 5 por ciento anual en 2010, y entre 3.2 y 4.2 por ciento en 2011. “Anticipamos que el producto registre en el resto del año y en 2011 una evolución positiva, si bien a un ritmo más moderado que en el segundo trimestre de 2010, para el cual se proyecta una elevada variación trimestral. Este escenario sugiere que la brecha del producto permanecerá en terreno negativo durante la totalidad del año. Para 2011, no obstante, la brecha podría, con una probabilidad todavía modesta, tornarse positiva en el primer semestre”.
Por lo que toca al empleo formal, el Banco de México estima que al cierre de 2010 el número de trabajadores asegurados en el IMSS muestre un incremento anual de entre 525 mil y 625 mil personas, y para 2011 entre 500 mil y 600 mil adicionales, es decir tan sólo la mitad de la demanda real.
Ése es el panorama, pero cuidado: dichas estimaciones provienen de Agustín Carstens, el mismo del “catarrito”.
Las rebanadas del pastel
De este lado de la frontera algunos políticos cantan victoria, porque la juez federal de Estados Unidos Susan Bolton suspendió temporalmente algunas disposiciones de la ley racista SB 1070, pero es obvio que el KKK de Arizona, encabezado por la gobernadora Jan Brewer, se pasará por el arco del triunfo tal determinación.
El dream-team económico
Del “catarrito” al CESF
Brewer y el KKK de Arizona
Carlos Fernández-Vega / La Jornada
Con tan sólo 33 meses de retraso, y luego de que el zorro arrasó con el gallinero, el inquilino de Los Pinos decidió la creación de un Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero”, con el fin de “hacer más precisa y oportuna la evaluación y el análisis de la situación financiera, así como agilizar las decisiones que nos permitan evitar los problemas y los riesgos sistémicos, y resolverlos antes de que puedan causar un mal mayor”, según sus propias palabras.
Cuando menos desde octubre de 2007, a partir del derrumbe hipotecario estadunidense, se anunció la proximidad de una nueva sacudida económico-financiera, el más reciente capítulo de la crisis, pero a pesar de lo obvio de su proximidad y de las dolorosas consecuencias que para México acarrearía, tal hecho no tuvo la menor consideración para el inquilino de Los Pinos y su “muy buen equipo económico, tal vez el mejor” (según su propia definición). Por el contrario, el susodicho y su dream-team económico se dedicaron a minimizar el acontecimiento, “porque es externo”, y a presumir una virtual “solidez” de un inexistente “navío de gran calado”, que zozobró a la primera de cambios.
A tal grado llegó la indolencia del pastor y sus ovejas, que el propio Calderón prometió (una más) a los mexicanos que “nunca más una crisis” los afectaría, mientras el entonces secretario de Hacienda, Agustín Carstens, presumía sus dotes de galeno y diagnosticaba, en el peor escenario, un simple “catarrito” para el país, porque las cosas habían cambiado diametralmente, según dijo, y ahora la pulmonía le daba al vecino del norte. Para rematar, otro amigo del inquilino de Los Pinos, cómodamente instalado en la Secretaría de Economía, Gerardo Ruiz Mateos, daba cátedra: “es ocioso tomar medidas ante la crisis en Estados Unidos… no vale la pena anticiparnos sobre algo que todavía no pasa”. Y tirados en la hamaca los agarró el terremoto, mientras la economía mexicana se desplomaba como no lo había hecho en ocho décadas.
Pues bien, después del desastre económico-social de 2009, con la casa en el suelo, ahora se le ocurre crear el citado Consejo para “identificar con anticipación los riesgos potenciales de la estabilidad financiera del país y, en consecuencia, coordinar las acciones pertinentes que deban realizarse por cada una de las autoridades que lo integren. Fungirá como un órgano de consulta en materia de estabilidad financiera para el Poder Ejecutivo Federal y, en particular, para el Presidente de la República, que permitirá dotar al Ejecutivo Federal de mayores herramientas para toma de decisiones mucho más oportunas”. Con esa rapidez institucionalizada, México para qué quiere enemigos.
En vía de mientras, el Banco de México ofreció su versión del comportamiento económico nacional, el cual, “no está exento de riesgos”. El único “motor” de la economía mexicana, la estadunidense, parece no agarrar paso, y por ello el organismo advierte que en el vecino del norte “el panorama parecería ser inusualmente incierto. En particular, destaca la debilidad que prevalece en el mercado laboral y que la incipiente mejoría en las condiciones financieras todavía no ha significado un factor de apoyo para el gasto privado. Así, persiste el riesgo de que una mejoría lenta del consumo podría eventualmente reflejarse en una demanda menos vigorosa de productos de exportación mexicanos”.
Otro punto que el Banco de México destaca es el relativo a la zona euro: “la coyuntura que enfrentan varios países europeos sugiere que los riesgos a la baja para el crecimiento de la economía global se han acrecentado; existe la percepción de que el crecimiento de la economía mundial, en especial el de las economías avanzadas, ha dependido de manera esencial de las políticas de apoyo a la demanda agregada implementadas como respuesta a la recesión generada por la crisis financiera de 2008. En este contexto, existe incertidumbre sobre el impacto que pudiese tener el inminente retiro de dichos estímulos sobre la demanda privada en dichas economías”. De igual forma, advierte que la reciente “volatilidad” en los mercados financieros internacionales hasta ahora no ha afectado sustancialmente las perspectivas de crecimiento en las economías emergentes. “Sin embargo, un deterioro adicional en dichos mercados pudiera afectar las condiciones de acceso al financiamiento de estas economías.
La institución señala que el “escenario macroeconómico base” previsto los próximos meses se sustenta en gran parte en el pronóstico de que la actividad industrial en Estados Unidos continuará mostrando una tendencia positiva, “si bien a un menor ritmo que el observado durante el primer semestre del año. En particular, el promedio de las proyecciones de los analistas para el crecimiento de la actividad industrial y del PIB de ese país en el presente año se ubica en 5.4 y 3.1 por ciento, respectivamente. Para 2011 se estima un crecimiento ligeramente más moderado de estos renglones (4.7 y 3 por ciento)”.
Es previsible que durante el resto del año y en 2011 continúe observándose un impulso a la economía mexicana proveniente de la demanda externa, aunado a un gradual restablecimiento de mayores niveles de gasto interno, de tal suerte que mantiene su expectativa de que el PIB real de México crezca entre 4 y 5 por ciento anual en 2010, y entre 3.2 y 4.2 por ciento en 2011. “Anticipamos que el producto registre en el resto del año y en 2011 una evolución positiva, si bien a un ritmo más moderado que en el segundo trimestre de 2010, para el cual se proyecta una elevada variación trimestral. Este escenario sugiere que la brecha del producto permanecerá en terreno negativo durante la totalidad del año. Para 2011, no obstante, la brecha podría, con una probabilidad todavía modesta, tornarse positiva en el primer semestre”.
Por lo que toca al empleo formal, el Banco de México estima que al cierre de 2010 el número de trabajadores asegurados en el IMSS muestre un incremento anual de entre 525 mil y 625 mil personas, y para 2011 entre 500 mil y 600 mil adicionales, es decir tan sólo la mitad de la demanda real.
Ése es el panorama, pero cuidado: dichas estimaciones provienen de Agustín Carstens, el mismo del “catarrito”.
Las rebanadas del pastel
De este lado de la frontera algunos políticos cantan victoria, porque la juez federal de Estados Unidos Susan Bolton suspendió temporalmente algunas disposiciones de la ley racista SB 1070, pero es obvio que el KKK de Arizona, encabezado por la gobernadora Jan Brewer, se pasará por el arco del triunfo tal determinación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario