viernes, 30 de julio de 2010

¡HASTA QUE SE LE HIZO AL INEGI¡

Eduardo Torreblanca Jacques / El Financiero
El INEGI lanza producto de algo que encierra un enorme valor estratégico para la vida empresarial: la información. Merece aplausos una iniciativa que ubica a México en el terreno de la vanguardia frente a muchas otras naciones. Luego de 25 años, un sueño es posible.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía, que encabeza Eduardo Sojo, lanza el Directorio Estadístico de Unidades Económicas, una herramienta fundamental para reconocer la realidad empresarial mexicana.
Es un producto, podría decirse, que tiene más de 25 años amasándose en el INEGI, pero no se pudo concretar antes debido a que las circunstancias legales del instituto y otras más de diversa naturaleza lo impidieron. Pero se le hizo, y se le hizo a Sojo, quien conoce bien la institución porque en ella se formó el economista.
Se trata sólo de una punta del iceberg que permitirá ofrecer datos concretos de una serie importante de detalles de la actividad económica nacional en las 32 entidades federativas del país y sus municipios, todos, e incluso con detalles de manzanas, colonias, ubicaciones, etcétera.
En muchos sentidos, el esfuerzo del INEGI supera lo que se ha logrado en otros países del mundo, por lo que no es tardío pensar que los datos estadísticos confiables que surjan de la actividad del instituto servirán al capital nacional y extranjero para la toma de decisiones.
En otras naciones la información se tiene, pero no se publica. En otros casos se publica pero sólo de manera estadística. Ahora se puede no sólo tener acceso libre, sino también, en su caso, corregirle la plana al INEGI.
Si Pito Pérez (un personaje de la literatura mexicana, por si alguien lo desconoce) nota que Pérez lo escriben con S y no le colocan su segundo nombre o el de la empresa no está correctamente escrita, hay mecanismos ágiles para que el ciudadano cambie la información o ayude al INEGI a ser preciso.
Regreso: el capital orienta su recurso hacia aquellas naciones que ofrecen detalles concretos que reduzcan el nivel de riesgo que está implícito en todas las decisiones empresariales.
Hay cuatro formas de acceder a la información: por actividad económica, por zona geográfica, por estrato de personal contratado por la empresa e incluso por nombre del establecimiento.
Para su mayor información le digo que sólo 0.2 por ciento de las empresas al final de 2009 son grandes, con más de 250 empleados. Para que no se diga que este país es grande por lo grandotas de sus empresas.
El INEGI plantea hacer actualizaciones permanentes, pero se darían a conocer en el sistema dos veces al año o en ocasiones que lo amerite el caso.
Por lo pronto, a reserva de darle detalles más concretos que le permitan a usted conocer a detalle el enorme esfuerzo que implica ofrecer este y otros directorios, le comento que los primeros datos del censo de 2009 arrojan el reconocimiento de cuatro millones 331 mil 203 unidades económicas dentro de 962 actividades.
El 47 por ciento de esas unidades están vinculadas con el comercio, 39 por ciento con los servicios y 11 por ciento con la industria manufacturera.
La primera pregunta que se ocurre plantear al conocer estos datos es si la clara orientación de servicio y la baja actividad de la industria manufacturera es la más sana para la proyección de la actividad económica nacional.
Puede usted discutir si es o no recomendable esta proporción, pero la verdad es que no podría llegar a la pertinencia de esta pregunta si no existieran los datos que avanza el INEGI, lo que habla de la importancia de tener a la mano esa información.
El asunto va mucho más allá, porque planteado el dato frío se agregan también imágenes vía satélite y la posibilidad de navegar por las distintas zonas del país donde se han recogido y documentado las informaciones que hará públicas el INEGI.
De tin marín
Alivimex es una empresa que tiene dos productos de los que hemos escrito antes. Se trata de un suplemento alimenticio que contiene los aminoácidos elementales necesarios para una adecuada nutrición del hígado (Bioaliv 1).
Se complementa con minerales en gotas que se toman diariamente (Bioaliv 2).
El resultado es que en menos de dos meses, y muchas veces en 15 días, los consumidores de la dupla de Alivimex comienzan a experimentar una muy notoria mejora del estado general de salud.
Los responsables de este negocio, peculiarmente su director general, Hugo Varga, poblano, lleva en esto más de 31 años. El producto no sólo no es nuevo, sino muy eficaz, sobre todo para quienes están conscientes del papel del hígado, el único órgano que logra una regeneración dentro del organismo.
Curas hay muchas, pero la Pyme insiste en que el producto no cura, pues el que logra avances en el estado de salud es el organismo de cada consumidor.
Es muy recomendable para diversos padecimientos, en primer nivel lo relacionado con el hígado, el páncreas y el sistema digestivo, pero el asunto llega a la trata eficiente de cataratas, carnosidades, problemas articulares y otras calamidades derivadas de la edad o de los excesos que dan los años o los años mal administrados.
Ahora la Pyme ha iniciado un proceso de ventas mediante el modelo de multinivel garantizando ingresos importantes para quien llene parte del árbol básico de este esquema de venta o comercialización.


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