Samuel García / Milenio
A pesar de que leo en la prensa todos los días alguna nueva propuesta sobre qué hacer con los impuestos, francamente no veo manera de que a los legisladores, y al propio secretario de Hacienda, les interese enfrascarse en serio en lo que ya sería la reedición de una reforma fiscal en este gobierno.
MILENIO ha publicado en su portada de los dos últimos días notas de ocho columnas con la discusión al interior del PRD sobre gravar con IVA a medicinas y alimentos. Una discusión interminable —y ociosa— en la propia izquierda mexicana.
El propio Centro de Estudios Económicos del Sector Privado y los líderes de los gremios empresariales también han estado muy activos con declaraciones a los medios de comunicación para promover sus propuestas de reforma fiscal. Ayer mismo Gerardo Gutiérrez Candiani, de la Coparmex, decía a los medios que su gremio pretende un IVA de 15 por ciento generalizado excluyendo una canasta de artículos básicos, a la vez que piden fusionar ISR y IETU –eliminando exenciones y tasas cero— para concentrar el gravamen en una tasa de 25 por ciento.
En marzo pasado, ante la Concanaco, el senador Manlio Fabio Beltrones planteó una reforma con disminución del IVA de 16 a 12 por ciento y del ISR de 30 a 25 por ciento, eliminado los privilegios que ofrecen las exenciones; posición que ratificó recientemente a raíz del anuncio del presidente Calderón de eliminar el impuesto federal a la tenencia de vehículos nuevos.
Si propuestas no faltan. El asunto es que éstas se diluyen o se tuercen cuando se trata de llegar a acuerdos en el Congreso. Y hoy por hoy francamente no veo muchas posibilidades —por decir ninguna— de que estos acuerdos lleguen cuando se tiene enfrente una carrera electoral muy anticipada hacia las presidenciales del 2012. Carrera a la que, por cierto, el presidente Calderón ya le levantó la bandera de salida con los recientes cambios anunciados en su gabinete.
Sígale la pista...
PEGÁNDOLE AL AHORRO. A los lectores que han preguntado recientemente en dónde pueden invertir su dinero para no perderlo en términos reales, lamentablemente no hay muchas alternativas que ofrecer. Un par de datos ilustran el asunto. Los bancos que operan en México captaron del público un billón 955 mil millones de pesos —tanto en depósitos a la vista como en ahorros a diversos plazos— durante mayo pasado, según la última cifra que reporta el Banco de México. Por esa enorme masa de depósitos la banca pagó una tasa anual equivalente a 2.6 por ciento de intereses. Esta tasa fue 2.3 puntos menor que la inflación esperada para 2010 en el mismo mes de mayo. Así que olvídese de depositar su dinero allí para cuestiones de ahorro patrimonial. Si su alternativa son los fondos de inversión de renta fija, las opciones tampoco son muy halagüeñas. Al día de ayer el promedio de rendimiento anual de los fondos de deuda para personas físicas en lo que va del año fue de 2.41 por ciento. Claro que un puñado de fondos de deuda muestran rendimientos mucho mejores que ese promedio, pero el rango de rendimientos va de 3.5 a 4.5 por ciento, es decir, en línea con la inflación esperada. No más. No es por ser pesimista, pero en general no hay opciones rentables al alcance para el ahorro de las familias en México. Si quiere echarle un poco de culpa a la crisis global, tiene razón. La tiene.
A pesar de que leo en la prensa todos los días alguna nueva propuesta sobre qué hacer con los impuestos, francamente no veo manera de que a los legisladores, y al propio secretario de Hacienda, les interese enfrascarse en serio en lo que ya sería la reedición de una reforma fiscal en este gobierno.
MILENIO ha publicado en su portada de los dos últimos días notas de ocho columnas con la discusión al interior del PRD sobre gravar con IVA a medicinas y alimentos. Una discusión interminable —y ociosa— en la propia izquierda mexicana.
El propio Centro de Estudios Económicos del Sector Privado y los líderes de los gremios empresariales también han estado muy activos con declaraciones a los medios de comunicación para promover sus propuestas de reforma fiscal. Ayer mismo Gerardo Gutiérrez Candiani, de la Coparmex, decía a los medios que su gremio pretende un IVA de 15 por ciento generalizado excluyendo una canasta de artículos básicos, a la vez que piden fusionar ISR y IETU –eliminando exenciones y tasas cero— para concentrar el gravamen en una tasa de 25 por ciento.
En marzo pasado, ante la Concanaco, el senador Manlio Fabio Beltrones planteó una reforma con disminución del IVA de 16 a 12 por ciento y del ISR de 30 a 25 por ciento, eliminado los privilegios que ofrecen las exenciones; posición que ratificó recientemente a raíz del anuncio del presidente Calderón de eliminar el impuesto federal a la tenencia de vehículos nuevos.
Si propuestas no faltan. El asunto es que éstas se diluyen o se tuercen cuando se trata de llegar a acuerdos en el Congreso. Y hoy por hoy francamente no veo muchas posibilidades —por decir ninguna— de que estos acuerdos lleguen cuando se tiene enfrente una carrera electoral muy anticipada hacia las presidenciales del 2012. Carrera a la que, por cierto, el presidente Calderón ya le levantó la bandera de salida con los recientes cambios anunciados en su gabinete.
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PEGÁNDOLE AL AHORRO. A los lectores que han preguntado recientemente en dónde pueden invertir su dinero para no perderlo en términos reales, lamentablemente no hay muchas alternativas que ofrecer. Un par de datos ilustran el asunto. Los bancos que operan en México captaron del público un billón 955 mil millones de pesos —tanto en depósitos a la vista como en ahorros a diversos plazos— durante mayo pasado, según la última cifra que reporta el Banco de México. Por esa enorme masa de depósitos la banca pagó una tasa anual equivalente a 2.6 por ciento de intereses. Esta tasa fue 2.3 puntos menor que la inflación esperada para 2010 en el mismo mes de mayo. Así que olvídese de depositar su dinero allí para cuestiones de ahorro patrimonial. Si su alternativa son los fondos de inversión de renta fija, las opciones tampoco son muy halagüeñas. Al día de ayer el promedio de rendimiento anual de los fondos de deuda para personas físicas en lo que va del año fue de 2.41 por ciento. Claro que un puñado de fondos de deuda muestran rendimientos mucho mejores que ese promedio, pero el rango de rendimientos va de 3.5 a 4.5 por ciento, es decir, en línea con la inflación esperada. No más. No es por ser pesimista, pero en general no hay opciones rentables al alcance para el ahorro de las familias en México. Si quiere echarle un poco de culpa a la crisis global, tiene razón. La tiene.
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