John Saxe Fernández / La Jornada
La base macroeconómica del diseño vigente desde 1982, ahora bajo el Proyecto 2030 de Calderón, urdido con mente de Estado fallido y su mutación en protectorado de facto de EU, al inducir la subrogación o extinción de funciones esenciales para una nación soberana, como las de seguridad interna, defensa nacional y política exterior, se ha sustentado en la austeridad fiscal, el abatimiento inflacionario y del déficit, promovidos por el FMI-BM-BID y aplicados selectivamente por los hacendistas locales. Los resultados fueron ruinosos: un cálculo moderado registra en 2009 una colapso del –7 por ciento del PIB, de los peores del mundo, y la mayor generación de pobreza de América Latina, para no mencionar más desempleo, informalidad económica, criminalidad y la devastación de la clase media. Aún así, ¿por qué se profundiza el modelo sostenido 28 años por EU (FMI-BM-BID) y los gobiernos del PRI-AN?
El Executive Board del FMI, al autorizar en 2009 una Línea de Crédito Flexible (LCF) por 48 mil millones de dólares (mmdd), renovada en 2010, (PR 10-114) nos da la respuesta. En la LCF, un arreglo cautelar, se afirma que el gobierno mexicano “ha mantenido un récord de políticas económicas sanas y tiene fundamentales y marcos de referencia muy sólidos” (sic), gracias a “la “austeridad” y la estabilidad presupuestal. El FMI anuncia su diktat a México a los cuatro vientos y sin rubor: “Este arreglo sucesor de la LCF continuará jugando un papel cardinal en apoyo de la estrategia macroeconómica de las autoridades (¿mexicanas?) y para sostener la confianza, hasta que las condiciones mejoren, complementando el financiamiento de otras multilaterales” (sic).
A Hacienda la persuade más la LCF que advertencias de decenas de especialistas del más alto nivel: en medio del peor huracán económico mundial en 80 años, el mensaje de la LCF es: ¡no toquen el recetario de austeridad ni la desregulación financiera!; ¡aumenten el gasto en seguridad interna (y luego subróguenla). Cuando la economía estalle, ¡vendan todo, criminalicen la protesta social y subroguen el sistema carcelari! Ello porque la fijación anti-inflacionaria, el rigor fiscal y el abatimiento del déficit en un contexto en que a nivel mundial el riesgo es deflacionario (Bloomberg/BW 6/VI/2010) son medidas óptimas para ahondar el saqueo oligárquico-imperial del país, como se explicita en el “Plan 2030”, que marcha al finiquito del proyecto nacional por la vía de la privatización y extranjerización económica, la extinción sindical y de los entes públicos estratégicos, el ahogo presupuestal de la demanda agregada y del sector productivo, de la educación media-superior y superior: cuando se recorta el gasto público y se acota el ingreso del consumidor (vía aumentos al IVA, gasolinas, etcétera), se azuza la recesión, el cierre de empresas y más desempleo, gestándose el círculo vicioso que induce una reducción drástica de los ingresos fiscales –con aumentos en el déficit–, la especulación y la privatización. “Los recortes del déficit durante una contracción”, dice Mike Whitney”,… crean más déficit, desempleo y recesión… país que siga el recetario del FMI… sufre una mini-depresión: al debilitar al Estado, el sector privado y los especuladores esperan apoderarse de empresas públicas a precio vil e inducir la privatización de los servicios públicos: esos son los objetivos reales detrás de la austeridad”.
No sólo se impulsan así las privatizaciones a todo nivel. También se “sujeta” a México en el perímetro de seguridad de EU, por medio del Comando Norte/Iniciativa Mérida y se induce el Estado “subrogado”: aquel donde se hace el outsourcing de todo lo que huela a negocios, incluyendo el futuro del país. Ya la codicia por el estratégico sector petro-eléctrico lo hizo con el destino de más de 44 mil familias del SME y la irresponsabilidad e incompetencia lo hicieron con el de miles de mineros y el de los 49 infantes calcinados en la subrogada guardería ABC.
El Executive Board del FMI, al autorizar en 2009 una Línea de Crédito Flexible (LCF) por 48 mil millones de dólares (mmdd), renovada en 2010, (PR 10-114) nos da la respuesta. En la LCF, un arreglo cautelar, se afirma que el gobierno mexicano “ha mantenido un récord de políticas económicas sanas y tiene fundamentales y marcos de referencia muy sólidos” (sic), gracias a “la “austeridad” y la estabilidad presupuestal. El FMI anuncia su diktat a México a los cuatro vientos y sin rubor: “Este arreglo sucesor de la LCF continuará jugando un papel cardinal en apoyo de la estrategia macroeconómica de las autoridades (¿mexicanas?) y para sostener la confianza, hasta que las condiciones mejoren, complementando el financiamiento de otras multilaterales” (sic).
A Hacienda la persuade más la LCF que advertencias de decenas de especialistas del más alto nivel: en medio del peor huracán económico mundial en 80 años, el mensaje de la LCF es: ¡no toquen el recetario de austeridad ni la desregulación financiera!; ¡aumenten el gasto en seguridad interna (y luego subróguenla). Cuando la economía estalle, ¡vendan todo, criminalicen la protesta social y subroguen el sistema carcelari! Ello porque la fijación anti-inflacionaria, el rigor fiscal y el abatimiento del déficit en un contexto en que a nivel mundial el riesgo es deflacionario (Bloomberg/BW 6/VI/2010) son medidas óptimas para ahondar el saqueo oligárquico-imperial del país, como se explicita en el “Plan 2030”, que marcha al finiquito del proyecto nacional por la vía de la privatización y extranjerización económica, la extinción sindical y de los entes públicos estratégicos, el ahogo presupuestal de la demanda agregada y del sector productivo, de la educación media-superior y superior: cuando se recorta el gasto público y se acota el ingreso del consumidor (vía aumentos al IVA, gasolinas, etcétera), se azuza la recesión, el cierre de empresas y más desempleo, gestándose el círculo vicioso que induce una reducción drástica de los ingresos fiscales –con aumentos en el déficit–, la especulación y la privatización. “Los recortes del déficit durante una contracción”, dice Mike Whitney”,… crean más déficit, desempleo y recesión… país que siga el recetario del FMI… sufre una mini-depresión: al debilitar al Estado, el sector privado y los especuladores esperan apoderarse de empresas públicas a precio vil e inducir la privatización de los servicios públicos: esos son los objetivos reales detrás de la austeridad”.
No sólo se impulsan así las privatizaciones a todo nivel. También se “sujeta” a México en el perímetro de seguridad de EU, por medio del Comando Norte/Iniciativa Mérida y se induce el Estado “subrogado”: aquel donde se hace el outsourcing de todo lo que huela a negocios, incluyendo el futuro del país. Ya la codicia por el estratégico sector petro-eléctrico lo hizo con el destino de más de 44 mil familias del SME y la irresponsabilidad e incompetencia lo hicieron con el de miles de mineros y el de los 49 infantes calcinados en la subrogada guardería ABC.
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