lunes, 21 de junio de 2010

LA DEBACLE DE BRITISH PETROLEUM

Ante la caída de sus acciones, la petrolera ya integró un fondo de 20 mil millones de dólares para enfrentar el desastre, que según expertos, se originó por una laxa regulación en EU por la operación de plataformas
Noé Cruz y Ricardo Jiménez / El Universal
Imaginar que un empleado, maestro o doctor tiene ahorrados 10 mil pesos y que un día amanece con la noticia de que sólo tiene la mitad, no está lejos de la realidad.
Eso es lo que le pasa a los inversionistas, pequeños, medianos que tiene participación en la gigante petrolera British Petroleum (BP), empresa que provocó un derrame petróleo en el golfo de México, cuyas acciones se vieron castigadas por el mercado financiero desde que explotó su plataforma petrolera Deepwater Horizon, en lo que se considera el peor desastre ambiental y petrolero en Estados Unidos.
No se trata de dos o tres personas, sino de cientos o tal vez miles de ellas, que están ubicadas en todas partes del mundo, ligadas a través de administradoras de fondos de pensiones o de inversiones al Imperio Británico y a una de sus compañías emblemáticas.
Esta empresa global, con presencia en los yacimientos petroleros más prolíferos del mundo, entró en una debacle financiera y ahora trata de remontar el problema a través de la creación de un fondo de 20 mil millones de dólares para hacer frente al derrame, suspender durante el resto del año el reparto de utilidades y destinar una partida de 100 millones de dólares más, para indeminizar a todos aquellos trabajadores afectados por el siniestro.
Sin embargo, BP se sigue moviendo en aguas contaminadas, porque aún está por evaluarse el daño económico y ecológico final del derrame de crudo en el golfo de México y la capacidad de la empresa para retomar el liderazgo, como una de las gigantes petroleras.
Hasta ahora la debacle está asociada al derrame de 40 mil barriles diarios de crudo, que le cuestan 2 mil millones de dólares por daños de recolección y ambientales, así como pérdidas en los mercados de valores del mundo, del orden de 41 mil 392.48 millones de dólares en los últimos 63 días, desde el 20 de abril en que se registro el siniestro.
En la caída financiera de BP, el gobierno estadounidense resulta ser uno de los principales afectados por un descuido, por una regulación petrolera laxa, y que ahora está sometido a una disyuntiva:
No puede castigar a la petrolera británica, porque castigaría a los mismos inversionistas estadounidenses que tienen su dinero depositado en acciones de esa empresa, muchos de ellos con presencia en fondos de pensiones como el de Los Ángeles, California, y porque dañaría a uno de los principales actores de la economía estadounidense.
Tampoco puede pasar por alto el incidente o premiarla, porque convalidería el mayor desastre petrolero en toda la historia de Estados Unidos.
A mediados de la semana pasada, según información originada en el mercado de valores de Londres, los títulos de la petrolera británica habían registrado una pérdida de 47.8%.
Impacto en su acción
Al inicio del derrame, el valor de capitalización de British Petroleum se encontraba en poco más de 125 mil 299.19 millones de libras, considerando que existen en el mercado 18.8 millones de acciones de la gigante petrolera.
Dos meses después, BP registró un valor de 64 mil 257.4 millones de libras esterlinas. El precio de esas acciones habría descendido de 655.4 peniques a 342.0 en 63 días.
Hoy, las acciones están tomando un respiro, pero difícilmente van a recuperar el terreno perdido en el corto plazo, porque todavía está latente el riesgo de que se agudice la crisis por diversos factores como la llega de los huracanes a la zona del desastre.
El cuerpo directivo de BP trabaja en una política de administración de daños con el apoyo velado del gobierno estadounidense, que busca evitar la crisis de la petrolera por el papel protagónico que juega en la economía de EU.
Analistas internacionales consideran que las acciones tomadas por BP buscan evitar a toda costa que el valor de sus acciones en los mercados financieros siga cayendo, “porque una reducción de 75% —tope técnico— colocaría a la petrolera en una situación delicada, que la podría obliga a tomar medidas como desprenderse de plantas (refinerías), equipos, plataformas y hasta reservas de crudo que tiene en varias partes del mundo”.
George Baker, de la firma consultora Energia.com con sede en Houston, Texas, consideró que no hay ninguna empresa que pueda soportar una caída en el valor de sus acciones de tal magnitud, “sobre todo si se considera que el daño financiero está afectando a miles de trabajadores de varias partes del mundo, que tienen su dinero en fondos de pensión invertidos en BP”.
La petrolera tomó algunas medidas antes de que sus acciones cayeran al umbral de 75%. El pasado miércoles 16 de junio, anunció que pondrá a la venta negocios no centrales vinculados a exploración y producción y que espera que sus socios Anadarko y Mitsui cumplan con sus obligaciones legales por el derrame de crudo en el golfo de México.
El presidente financiero, Byron Grote, reveló también que el incidente afectará la producción de la compañía y recortará inversiones en 2011.
Anunció también ante el Congreso de Estados Unidos la creación de un fondo por 20 mil millones de dólares para hacer frente al derrame, suspender durante el resto del año el reparto de utilidades y destinar una partida de 100 millones de dólares para indeminizar a aquellos trabajadores afectados por el siniestro.
Tras los anuncios, las acciones de BP empezaron a reaccionar, pero está latente el riesgo de que se agudice la crisis, porque si bien la empresa se ha comprometido a contener 90% del crudo derramado en el mar, la fuga continúa y se espera que aminore a finales de agosto con la perforación de dos pozos de alivio.
Por ello, está latente el que la empresa pueda tomar decisiones mucho más profundas, como vender otra clase de activos, ya sea refinerías o hasta reservas de petróleo crudo, para resolver en el menor tiempo posible su situación financiera provocada por el derrame.
Su presencia en EU
Actualmente, la petrolera británica tiene presencia en seis refinerías en Estados Unidos: BP Products North America Inc, en Texas City, con capacidad de 455 mil 790 barriles diarios; en Whiting, Indiana con capacidad de 405 mil barriles diarios; BP West Coast Products LLC en los Angeles, California con 265 mil barriles por día; en Ferndale, Washington con 225 mil; BP-Husky Refining LLC en Toledo, Ohio; y, BP Exploration Alaska Inc en Prudhoe Bay, Alaska.
Además, la empresa tiene participación en los principales regiones productoras del mundo, como Angola, Asia, Sudamérica, África, Medio Oriente y Caspian, mar del Norte, Unión Soviética y golfo de México.
Esta situación abriría una oportunidad de negocio para países como México, toda vez que analistas, como Jaime Brito considera que es más barato comprar una refinería en Estados Unidos que construir una en México, con un costo de 10 mil millones de dólares.
La empresa británica enfrenta también la embestida de las grandes petroleras que operan en Estados Unidos.
El diario USA Today reveló que tras una reunión de ejecutivos de compañías, como ExxonMobil, ChevronTexaco, Conoco y Shell, entre otras, se llegó a la conclusión de que en el incidente de la plataforma Deepwater Horizon, BP “no reunió los estándares de seguridad y cometió errores graves”.
Las petroleras se deslindaron e incluso ExxonMobil habría comentado que en su caso no hubiera perforado.
Sugirieron a representantes del gobierno estadounidense que asistieron a la reunión, “si hay que castigar a alguien, que sea a BP”, pero no a todos porque compañías Shell o Exxon tienen Planes de Desarrollo e Inversión en Aguas Profundas, ubicadas en el golfo de México.
Algunas de las críticas que ha recibido BP y que han complicado su situación financiera, es la relacionada con el manejo de información confusa para reducir el impacto del accidente, sobre sus números e imagen, pues inicialmente, dijo que se trataba de un derrame de 5 mil litros diarios y hoy el gobierno estadounidense ha confirmado que se trata de por lo menos 40 mil barriles diarios, casi el mismo nivel de producción que registra Chicontepec, considerado uno de los activos más prometedores de México.
Especialistas del Instituto Mexicano del Petróleo (IMP), consultados por EL UNIVERSAL y que solicitaron el anonimato, consideraron que el problema se derivo de la laxa regulación en materia petrolera y explicaron que hay tres mecanismos para enfrentar un accidente como el de la plataforma Deepwater Horizon: el primero y que todos los equipos tienen es la válvula neumática que se activa inmediatamente después de una explosión: si está no funciona una segunda válvula de respaldo se activa posteriormente.
Si ambas llegarán a fallar, la industria petrolera de cualquier parte del mundo utiliza y se exige establecer un mecanismo sónico, que resulta caro y eleva los costos de perforación. Aprovechando la escasa regulación en la Unión Americana, dado que no exige este mecanismo, BP no dispuso de la última opción para evitar el accidente que costo la vida de 11 trabajadores del pozo.
BP, clave en economía
Con todo, el gobierno de Barak Obama venía enfrentando la disyuntiva de cómo sancionar a un importante actor de la economía de ese país, que genera 29 mil plazas de trabajo.
Un jugador que, según el Centro para la Política Responsiva (CRP), grupo de investigación independiente fundado en 1983 para dar seguimiento a los recursos económicos en la política y su efecto en las elecciones estadounidense, es uno de los principales contribuyentes a las diversas campañas políticas en Estados Unidos.
Entre 1990 y 2004, BP contribuyó con donaciones por más 50 millones de dólares a las campañas políticas de candidatos republicanos y demócratas.
En tareas de cabildeo y para manejar sus relaciones con el Congreso estadounidenses para obtener exenciones ha llegado a gastar hasta 160 mil dólares por año, de acuerdo con el CRP.
Además, BP comenzó operaciones en el golfo de México, en aguas profunda (del lado estadounidense) a mediados de los 80 y ha invertido más de 14 mil millones de dólares en proyectos de 1994 a la fecha, lo que la ha convertido en el productor de crudo más importante de la zona, con 20% de la extracción en la región.
En la década pasada fue el responsable de 30% de los grandes campos descubiertos a nivel internacional.
Su participación no se circunscribe a la extracción de crudo y gas de campos petroleros. La familia de marcas de BP incluye gasolinas de Amoco, de ARCO, y de British Petroleum, así como la distribución minorista de aceites y lubricantes en la cadena am/pm.
Esta cadena de almacenes se extiende en varios estados de la Unión Americana, incluyendo Arizona, California, Nevada, Oregón, Washington, Illinois, Indiana, Georgia y la Florida, y en varios países asiáticos, como Japón.
También ha invertido más de 35 mil millones de dólares en la nación asiática, para aumentar fuentes de energía existentes, para ampliar suministros de energía y para desarrollar nuevas tecnologías con poco carbono.
Tiene 48 mil millones de dólares en activos fijos en ese país y vende más de 15 mil millones galones de gasolina anualmente en el país asiático.
Participa en la generación de energía solar y tiene más de mil megawatts en operación comercial y más de mil megawatts en etapa avanzada de desarrollo. Es propietaria y opera 10 mil millas de ductos, por lo que es la segunda mayor compañía de ductos en EU, así como 11 mil 700 gasolinerías.
El arreglo final de crear un fondo para solventar la crisis provocada por el derrame, parecer estar dirigido a evitar la confrontación entre el gobierno de Obama y uno de los jugadores más importantes en la economía de EU

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