Congresistas y Senadores acuerdan en la madrugada estadounidense los mayores cambios en Wall Street desde la gran Depresión
Tras dos semanas negociando y una maratoniana sesión de 20 horas a puerta cerrada como colofón, un comité reunido en la Cámara de Representantes estadounidense ha pactado a las 5.30 horas (aproximadamente a las 11.30 hora peninsular) una versión definitiva sobre la reforma financiera. Representantes del Congreso y del Senado han acordado, tras una noche de discusiones, un histórico y definitivo proyecto de ley que acarreará los mayores cambios conocidos en las reglas que rigen Wall Street desde la Gran Depresión de los años 30 del siglo pasado.
El acuerdo ha germinado a pesar del duro (y caro) embate de lobbys financieros en los últimos meses. El pacto supone además un triunfo para Obama antes de acudir, hoy y el fin de semana, a la doble cita canadiense, el G-8 y el G-20. Los miembros de la negociación han aprobado, entre otras acciones, propuestas que impidan a los bancos arriesgar operaciones comerciales por cuenta propia. Además, las entidades bancarias y sus filiales deberán dar parte a los supervisores de sus actividades en el mercado de derivados. También establece más medidas de protección para los consumidores y regula una serie de transacciones financieras, que van desde la compra con tarjeta de crédito a las enrevesadas operaciones intramuros que tienen lugar en Wall Street.
Se trata de una medida que Barack Obama emprendió decididamente hace un año, y cuyo cometido es evitar el colapso financiero que vivió el país hace menos de dos. Al recorrido no le han faltado trabas. Los republicanos llegaron a bloquear dos veces en el Senado la reforma, hasta que el 20 de mayo pasado los demócratas pudieron sacarla adelante en esta cámara. Su votación definitiva se llevará a cabo, casi con toda seguridad, la semana que viene.
La regla (conocida como regla Volcker, por el impulso que el ex presidente de la Reserva Federal y actual asesor de Obama Paul Volcker dio a la norma) restringe asimismo la capacidad de los bancos para comerciar ventajosamente con depósitos asegurados por el Tesoro. Hay más límites: limita al 3% las inversiones de los bancos en los fondos de alto riesgo y en los fondos de capital-riesgo. Y crea nuevos mecanismos: uno, aún por definir, como alarma para prevenir sobresaltos financieros como el de septiembre de 2008; otro, en aras de favorecer al consumidor, en forma de oficina de protección a esta figura.
Varias firmas de Wall Street, como Goldman Sachs o Morgan Stanley, han captado durante mucho tiempo cantidades ingentes de operaciones de riesgo realizadas con sus propios fondos. Sin embargo, el presunto fraude de Goldman Sachs, destapado en abril, sobre el negocio con hipotecas basura ayudó al presidente Obama a rescatar e imprimir más ritmo a la idea de revisar el mundo financiero, entonces atrancada en el Senado.
"Una de las metas de estos límites es reducir la participación en las actividades de alto riesgo que causan tantas pérdidas a instituciones que son capitales para el sistema financiero", ha recalcado el senador demócrata por Connecticut, Christopher Dodd. "Creemos que hemos hecho algo necesario para mucho tiempo", ha añadido Dodd.
El secretario del Tesoro norteamericano, Timothy Geithner, se ha mostrado satisfecho por el acuerdo. "La meta está a la vista", ha proclamado solemnemente. "Todos los americanos tienen interés en esta ley", ha continuado. "Ofrecerá a las familias la protección que merecen; ayudará a salvaguardar la seguridad financiera;y dará a todos los negocios que se emprendan en nuestro país acceso al crédito que necesitan para expandirse e innovar".
Fuente: El País
Tras dos semanas negociando y una maratoniana sesión de 20 horas a puerta cerrada como colofón, un comité reunido en la Cámara de Representantes estadounidense ha pactado a las 5.30 horas (aproximadamente a las 11.30 hora peninsular) una versión definitiva sobre la reforma financiera. Representantes del Congreso y del Senado han acordado, tras una noche de discusiones, un histórico y definitivo proyecto de ley que acarreará los mayores cambios conocidos en las reglas que rigen Wall Street desde la Gran Depresión de los años 30 del siglo pasado.
El acuerdo ha germinado a pesar del duro (y caro) embate de lobbys financieros en los últimos meses. El pacto supone además un triunfo para Obama antes de acudir, hoy y el fin de semana, a la doble cita canadiense, el G-8 y el G-20. Los miembros de la negociación han aprobado, entre otras acciones, propuestas que impidan a los bancos arriesgar operaciones comerciales por cuenta propia. Además, las entidades bancarias y sus filiales deberán dar parte a los supervisores de sus actividades en el mercado de derivados. También establece más medidas de protección para los consumidores y regula una serie de transacciones financieras, que van desde la compra con tarjeta de crédito a las enrevesadas operaciones intramuros que tienen lugar en Wall Street.
Se trata de una medida que Barack Obama emprendió decididamente hace un año, y cuyo cometido es evitar el colapso financiero que vivió el país hace menos de dos. Al recorrido no le han faltado trabas. Los republicanos llegaron a bloquear dos veces en el Senado la reforma, hasta que el 20 de mayo pasado los demócratas pudieron sacarla adelante en esta cámara. Su votación definitiva se llevará a cabo, casi con toda seguridad, la semana que viene.
La regla (conocida como regla Volcker, por el impulso que el ex presidente de la Reserva Federal y actual asesor de Obama Paul Volcker dio a la norma) restringe asimismo la capacidad de los bancos para comerciar ventajosamente con depósitos asegurados por el Tesoro. Hay más límites: limita al 3% las inversiones de los bancos en los fondos de alto riesgo y en los fondos de capital-riesgo. Y crea nuevos mecanismos: uno, aún por definir, como alarma para prevenir sobresaltos financieros como el de septiembre de 2008; otro, en aras de favorecer al consumidor, en forma de oficina de protección a esta figura.
Varias firmas de Wall Street, como Goldman Sachs o Morgan Stanley, han captado durante mucho tiempo cantidades ingentes de operaciones de riesgo realizadas con sus propios fondos. Sin embargo, el presunto fraude de Goldman Sachs, destapado en abril, sobre el negocio con hipotecas basura ayudó al presidente Obama a rescatar e imprimir más ritmo a la idea de revisar el mundo financiero, entonces atrancada en el Senado.
"Una de las metas de estos límites es reducir la participación en las actividades de alto riesgo que causan tantas pérdidas a instituciones que son capitales para el sistema financiero", ha recalcado el senador demócrata por Connecticut, Christopher Dodd. "Creemos que hemos hecho algo necesario para mucho tiempo", ha añadido Dodd.
El secretario del Tesoro norteamericano, Timothy Geithner, se ha mostrado satisfecho por el acuerdo. "La meta está a la vista", ha proclamado solemnemente. "Todos los americanos tienen interés en esta ley", ha continuado. "Ofrecerá a las familias la protección que merecen; ayudará a salvaguardar la seguridad financiera;y dará a todos los negocios que se emprendan en nuestro país acceso al crédito que necesitan para expandirse e innovar".
Fuente: El País
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