martes, 29 de junio de 2010

CRISIS PEGA EN VESTIDO, ALIMENTACIÓN Y RECREACIÓN

Ir al cine, a restaurantes o salir de vacaciones ya es un lujo, consideraron xalapeños.
Celia Gayosso/Diario de Xalapa
Amas de casa quisieran tener dinero para comer como "Dios manda", aunque no tengan para estrenar ropa o zapatos.
Explicaron que ante la crisis que les ha pegado este año, en el que se ha escaseado el trabajo, la ropa y artículos que no sean de primera necesidad han tenido que esperar.
Otro de los motivos que les ha impedido tener dinero disponible para destinarlo a la compra de ropa, ha sido la inflación y los altos precios de la canasta básica, por lo que por destinar los recursos a ésta y al pago de los servicios, no les ha quedado mucho para cubrir ese rubro.
En esas condiciones, asentaron que aunque hay ofertas y los precios de algunas prendas estén accesibles, "nomás no da".
Sobre los precios se pudo observar que los más bajos son los de los tianguis donde hay blusas desde 35 pesos, pantalones desde 79, blusones desde 89 pesos. Hay vestidos para niña de entre 60 y 90 pesos, los más económicos, así como conjuntos de blusón y mallón infantiles desde 90 hasta 145 pesos.
Hay pantalones de mezclilla para niños y bebés desde 50 pesos y camisetas infantiles desde 30 pesos.
Las playeras y camisas para caballero se encuentran desde 49 hasta 99 pesos y de ahí hacia arriba, pero hay promociones que ofrecen tres por cien pesos.
En los almacenes del centro no es mucha la diferencia, ya que se puede encontrar una diversidad de prendas como blusas y conjuntos de short y playera desde 29, 34 y 49 pesos. Las playeras de novedad para niñas con los personajes de moda cuestan desde 50 a 70 pesos. Los pantalones de mezclilla para niña y niño van desde 79 hasta 179, de acuerdo a la figura, dibujo, aplicaciones, brillos y demás adornos.
También hay blusas y faldas para dama desde 70 pesos, pantalones cortos y largos de entre 99 hasta 119 y 240 pesos. Los pantalones de mezclilla para caballero están desde 79 los más económicos hasta 800 los de marca.
Las playeras y camisas van desde los 79 hasta los 340 pesos.
Entrevistadas afuera de los comercios, donde se paraban a preguntar precios, a ver las prendas y "sólo a contemplar", dijeron que no hay dinero porque este año en particular escaseó el trabajo.
Marina Pérez indicó que no hay dinero para ropa porque la crisis está muy dura, por lo que no le ha quedado de otra que aguantarse y quedarse sólo con las ganas, porque aunque haya prendas baratas y con descuentos, "nomás no alcanza".
Con ella coincidió Rosa Isela Hernández, quien agregó que la ropa y otros productos que no sean estrictamente necesarios tendrán que esperar para una mejor ocasión, ya que lo más importante es cubrir las necesidades básicas, como son la leche de su bebé y los alimentos.
Gloria Vivanco y Florinda Casas aseguraron que quisieran que el dinero les alcanzara para comer como es debido y que están tan ocupadas en hacer rendir los recursos en lo meramente indispensable, que no se han ocupado ni de mirar los precios de la ropa.
Paloma Rendón coincidió al asentar que el dinero no alcanza debido a que cada vez suben más los gastos del presupuesto, porque los alimentos de la canasta básica se han ido hacia arriba sin que el salario se iguale.
En ese contexto, añadió que prácticamente todo el salario se va en la compra de la comida y pago de servicios como agua, luz, teléfono y la renta, por lo que "de dónde va a haber para ropa. Cada quincena es lo mismo, decimos ahora sí voy a comprar tal o cual cosa, pero cuando ves ya no te queda más que para lo indispensable, para frijoles, arroz, huevos y tortillas y con eso nos damos por bien servidos porque hay gente que la está pasando mucho peor".
Javier Jácome, por su parte, comentó que se debe trabajar más para poder comprar ropa o zapatos.
Explicó que para ello ha tenido que trabajar algunas horas de más e incluso no tomar el día de descanso. "Pues hay que trabajar más, si uno quiere comprarse algo hay que invertir más tiempo al trabajo", comentó.
Erika López Martínez aseguró que para poder comprarse una prenda tiene que ajustar su presupuesto y prescindir de algunas cosas. "Pues por ejemplo, no compro refrescos y me llevo agua de mi casa. A veces en lugar de tomar camión me vengo caminando y me ahorro como 90 pesos a la semana, con eso ya me puedo comprar una blusa", aseguró.
Micaela Sangabriel, quien buscaba ropa para su hijo, dijo que no se puede invertir en ropa porque los gastos de la escuela y de la casa no dejaban dinero para eso, por lo que para comprarle una prenda a él dejaba ella de comprarse algo.
Concluyó que la crisis del año pasado, que se alargó a éste, redujo considerablemente la capacidad de compra de las familias, por lo que a veces optaban por dejar apartada la prenda y pagarla en dos o tres quincenas, o definitivamente sacarla en "paguitos" en algún almacén.

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