El Observador
Samuel García / Milenio
Al empresario Carlos Slim se le ha puesto Emilio Azcárraga enfrente. La razón es de negocios: arrebatarle un trozo del enorme y suculento mercado de las telecomunicaciones que posee en México el dueño de Telmex y América Móvil, las dos líderes indiscutibles de la telefonía.
Para Slim la pelea tiene otro lado: utilizar la gigantesca y única infraestructura de su propiedad para competir con Televisa y sus aliados cableros en el poderoso y rentable mercado de la televisión.
Una pelea de gigantes en la que también participan el coloso español, Telefónica, bajo el mando de César Alierta y de Francisco Gil Díaz en México, y Megacable, la cablera de mayor crecimiento en el país de Enrique Yamuni.
Existen razones de sobra para que estos grandes empresarios se trencen en una verdadera guerra por el mercado local: México es un verdadero paraíso para las telecomunicaciones.
Las cifras de rentabilidad respecto de otros sectores de la economía y de otros mercados similares en el mundo, no dejan mentir.
El 27 de mayo pasado, El Semanario de Negocios y Economía publicó una edición especial denominada “Las empresas más rentables de México”. Allí se presenta el primer ranking de rentabilidad de las empresas mexicanas basado en el retorno sobre el capital invertido (Roc) para los últimos tres años.
El texto editorial de aquella edición resume bien lo que estamos diciendo: “En la mitad de los sectores analizados las empresas mexicanas son más rentables que sus pares en el mundo y en 9 de 16 sectores son más rentables que sus homólogas en América Latina.
En telecomunicaciones, por ejemplo, la rentabilidad sobre el capital invertido de las empresas mexicanas casi duplica a su competencia en América Latina. De hecho, la empresa mexicana líder en telecomunicaciones, América Móvil, presentó un Roc para los últimos tres años (2007-2009) de 23 por ciento, mientras que Telefónica de España obtuvo 10.6 por ciento, la estadounidense ATT (el líder mundial del sector) 7.7 por ciento, y el promedio de diez empresas comparables del sector apenas fue de 7.8 por ciento. Es decir, América Móvil tiene una tasa de rentabilidad que triplica a la del líder mundial”.
Además de América Móvil el ranking muestra a TV Azteca, Telmex, Megacable, Televisa y Telecom en los primeros 22 lugares con rentabilidades que van del 23 al 12.2 por ciento, por arriba de los líderes de su sector en el mundo.
El mercado mexicano —por su alto nivel de concentración— es un paraíso, no cabe duda, y eso atrae a grandes jugadores que ven, con todo y la nueva competencia, tasas de rentabilidad muy atractivas en comparación con mercados más maduros.
Una de las arenas del combate es la posesión y uso competitivo de la infraestructura —de las redes—que ahora mismo se disputa con uñas y dientes. Recientemente el gobierno adjudicó —en renta— un par de hilos de la red de fibra óptica de CFE a Televisa, Telefónica y Megacable, lo que les permitirá competir frontalmente con Telmex en grandes zonas del país. Esta segunda red en tamaño va a modificar las reglas del juego que hasta ahora han imperado.
Allí es donde Emilio Azcárraga y su gigantesca plataforma de contenidos, Televisa, junto a las redes de Cablevisión y Cablemás y las de su aliado Megacable, y en asociación con Nextel, de Peter Foyo, para entrar en la telefonía móvil, se convierten en un competidor formidable para los suculentos negocios de Telmex y de América Móvil en México. La guerra está en pie.
Samuel García / Milenio
Al empresario Carlos Slim se le ha puesto Emilio Azcárraga enfrente. La razón es de negocios: arrebatarle un trozo del enorme y suculento mercado de las telecomunicaciones que posee en México el dueño de Telmex y América Móvil, las dos líderes indiscutibles de la telefonía.
Para Slim la pelea tiene otro lado: utilizar la gigantesca y única infraestructura de su propiedad para competir con Televisa y sus aliados cableros en el poderoso y rentable mercado de la televisión.
Una pelea de gigantes en la que también participan el coloso español, Telefónica, bajo el mando de César Alierta y de Francisco Gil Díaz en México, y Megacable, la cablera de mayor crecimiento en el país de Enrique Yamuni.
Existen razones de sobra para que estos grandes empresarios se trencen en una verdadera guerra por el mercado local: México es un verdadero paraíso para las telecomunicaciones.
Las cifras de rentabilidad respecto de otros sectores de la economía y de otros mercados similares en el mundo, no dejan mentir.
El 27 de mayo pasado, El Semanario de Negocios y Economía publicó una edición especial denominada “Las empresas más rentables de México”. Allí se presenta el primer ranking de rentabilidad de las empresas mexicanas basado en el retorno sobre el capital invertido (Roc) para los últimos tres años.
El texto editorial de aquella edición resume bien lo que estamos diciendo: “En la mitad de los sectores analizados las empresas mexicanas son más rentables que sus pares en el mundo y en 9 de 16 sectores son más rentables que sus homólogas en América Latina.
En telecomunicaciones, por ejemplo, la rentabilidad sobre el capital invertido de las empresas mexicanas casi duplica a su competencia en América Latina. De hecho, la empresa mexicana líder en telecomunicaciones, América Móvil, presentó un Roc para los últimos tres años (2007-2009) de 23 por ciento, mientras que Telefónica de España obtuvo 10.6 por ciento, la estadounidense ATT (el líder mundial del sector) 7.7 por ciento, y el promedio de diez empresas comparables del sector apenas fue de 7.8 por ciento. Es decir, América Móvil tiene una tasa de rentabilidad que triplica a la del líder mundial”.
Además de América Móvil el ranking muestra a TV Azteca, Telmex, Megacable, Televisa y Telecom en los primeros 22 lugares con rentabilidades que van del 23 al 12.2 por ciento, por arriba de los líderes de su sector en el mundo.
El mercado mexicano —por su alto nivel de concentración— es un paraíso, no cabe duda, y eso atrae a grandes jugadores que ven, con todo y la nueva competencia, tasas de rentabilidad muy atractivas en comparación con mercados más maduros.
Una de las arenas del combate es la posesión y uso competitivo de la infraestructura —de las redes—que ahora mismo se disputa con uñas y dientes. Recientemente el gobierno adjudicó —en renta— un par de hilos de la red de fibra óptica de CFE a Televisa, Telefónica y Megacable, lo que les permitirá competir frontalmente con Telmex en grandes zonas del país. Esta segunda red en tamaño va a modificar las reglas del juego que hasta ahora han imperado.
Allí es donde Emilio Azcárraga y su gigantesca plataforma de contenidos, Televisa, junto a las redes de Cablevisión y Cablemás y las de su aliado Megacable, y en asociación con Nextel, de Peter Foyo, para entrar en la telefonía móvil, se convierten en un competidor formidable para los suculentos negocios de Telmex y de América Móvil en México. La guerra está en pie.
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