Los seis estados ribereños no están exentos de ser afectados por el continuo desplazamiento del hidrocarburo derramado en territorio estadounidense
Édgar Ávila, Silvia Hernández, Yazmín Rodríguez, Francisco Ynurreta, Roberto Aguilar y Roberto Barboza / Corresponsales / El Universal
La propagación de la “marea negra” en el litoral del golfo de México, producto de la explosión de una plataforma petrolera de Estados Unidos, no sólo amenaza a pescadores y pobladores que dependen de la flora y fauna de la región, también atenta contra zonas reservadas a lo largo de casi 3 mil kilómetros de costa frente al Atlántico.
A dos meses de que comenzó el derrame del crudo, autoridades estatales y municipales se mantienen en alerta y en coordinación con las secretarías de Marina y Medio Ambiente para monitorear el avance de la mancha de hidrocarburo, que en su desplazamiento ha causado la muerte de especies migratorias.
Tamaulipas y Veracruz son las dos entidades con mayores riesgos, las mismas en las que sus gobiernos anticiparon demandas contra la empresa British Petroleum, operadora de la plataforma Deepwater Horizon que estalló el 20 de abril.
Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo no están exentas de afectaciones, ya que de acuerdo con los especialistas, las corrientes marinas superficiales e internas estarán en constante cambio durante los próximos seis meses conforme se desarrollen los fenómenos meteorológicos pronosticados.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) estima que en la presente temporada de huracanes, que comenzó el pasado 1 de junio, podrían formarse de ocho a 14 meteoros, de los cuales hasta siete podrían ser fuertes, con vientos superiores a 180 kilómetros por hora. Además se esperan al menos ocho tormentas tropicales.
Las entidades más afectadas
La Subsecretaría de Medio Ambiente y Cambio Climático, en Veracruz, estima que las modificaciones de las corrientes marinas a consecuencia de los cambios de temperatura del agua provocarán que la mancha de crudo impacte el norte del golfo mexicano, que comprende la zona de Tuxpan y toda la costa tamaulipeca.
En esta región se ubican los humedales de los ríos Tuxpan y Pánuco, zonas de dunas costeras y manglares, así como las lagunas de Tampamachoco y Tamiahua. Entre la fauna que podría devastarse se encuentran delfines, tortugas, manatíes, pez totoaba, garzas, pelícanos, águila pescadora, cocodrilo y decenas de variedades de insectos. En la infraestructura bajo riesgo están la hidroeléctrica López Mateos, así como el puerto, comercios y hoteles de Tuxpan.
En Tamaulipas, los daños en la producción pesquera afectarían a más de 5 mil trabajadores, según datos censados por la delegación de la Sagarpa en la entidad. Este sector se dedica a capturar principalmente camarón, jaiba, lisa y trucha, especies que también se verían alteradas en sus ciclos de reproducción.
Entre las comunidades pesqueras con alto riesgo están Mezquital, Las Higuerillas, La Capilla y La Mano de León, en Matamoros; Media Luna, Barrancón de Tío Blas, Francisco J. Mujica, Carbonera, Punta de Alambre, Carbajal y Punta de Piedra, en la zona de San Fernando, y Enramadas, La Pesca, Miguel de la Madrid, Vista Hermosa y Tepehuajes, en Soto La Marina. En Aldama, peligran Barra del Tordo y Laguna de San Andrés, así como el sistema lagunario de Tampico.
Autoridades de ambas entidades alistan programas emergentes para atender a los sectores pesquero y turístico, para compensar los daños sufridos.
La Secretaría de Recursos Naturales y Protección Ambiental de Tabasco (Sernapam) mantiene un monitoreo del litoral para detectar anomalías. Silvia Whizar Lugo, titular de la dependencia, insistió que la problemática afecta “no sólo son los peces que se encuentran en el golfo, sino los sitios de alimento y reproducción”. Informó que aún más alarmantes son los efectos en el fondo marino.
En Campeche, según instancias estatales, los daños se registrarían hasta después de los próximos cuatro meses. En estas costas se captura el camarón de siete barbas y de altura, así como jaiba, cangrejo, acamaya, pulpo, calamar, ostión, caracol, tiburón, raya, cazón, además de especies de escama en general, como pargo, mero, boquinete, entre otros.
También estarían en riesgo las tortugas marinas de Carey, Caguama, Lora y Laud, las cuales arriban a las costas campechanas, en Xpicob y Punta Xen, en Champotón. A estas especies se suman los delfines, que se encuentran en las aguas del Carmen. Del mismo modo se afectarían los manglares de la región.
Río Lagartos y Celestún son los dos municipios con mayor riesgo de los ocho que integran la franja costera de Yucatán. Además del daño ambiental, ya que ambos cuentan con biosferas y zonas protegidas, el derrame acabaría con las expectativas en la pesca de escama y ribera, de pulpo y mero, que tiene amplia demanda en mercados locales y nacional.
El litoral yucateco en peligro
La fauna silvestre del litoral yucateco cuenta con especies reservadas como flamingos rosa, pelícanos, gavilanes y cocodrilos. En Celestún existen zonas reservadas, porque resguardan flora en vías de extinción; ahí se encuentra la reserva ecológica de El Palmar.
Río Lagartos es un santuario de aves como la fragata, el gavilán, los pontóes, las garzas y otras especies que ya no se encuentran con facilidad como parte de la fauna de Yucatán. De ahí la importancia de que esta zona esté libre de riesgos por huracanes, derrames petroleros o efectos bruscos del cambio climático.
Estimaciones señalan que en octubre y noviembre próximos se registrarían los mayores daños por la mancha negra. “Todo dependerá de las corrientes marinas, los vientos y los cambios climatológicos”, aseguró el secretario de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente, Eduardo Batllori Sampedro.
El presidente de la Federación de Cooperativas Pesqueras del Centro-Poniente, José Luis Carrillo Galaz, dijo que “sería un drama para la pesca ribereña”.
Quintana Roo es la entidad del golfo mexicano más alejada de la zona de conflicto; no obstante, el director estatal de Protección Civil, Luis Carlos Rodríguez Hoy, reconoció que se toman previsiones mediante un comité permanente de vigilancia, que sesiona cada viernes. Informó que las ondas tropicales alejan el residuo de petróleo y lo arrastran a la zona sur de Estados Unidos.
Agregó que en el remoto caso de que las corrientes marinas “trajeran residuos”, se presentarían en una densidad muy baja, ya que el petróleo se va disgregando por el golfo de México. “Mediante un proceso de evaporación del petróleo, las partículas se van directamente al fondo del océano, en donde se sedimenta”.
Chiquilá y Holbox son los puntos costeros que registrarían daños; en particular los arrecifes coralinos, especies que con sólo tocarlas se rompen. Además de los 17 grandes arrecifes —localizados en las Zonas Naturales Protegidas de Quintana Roo—, las especies marinas que predominan son los “cuernos de alce” y “cuernos de ciervo”, así como gorgóneos, los corales blancos y esponjas.
María del Carmen García, de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas de la Semarnat, explicó que ya cuentan con los protocolos de valoración de daños que pudieran sufrir los arrecifes coralinos, ya que es considerado delito grave en la entidad, por lo que se podría proceder penalmente.
Acciones de limpieza
El secretario de Desarrollo Social y Medio Ambiente (Sedesma), Ranulfo Márquez Hernández, informó que de llegar la mancha a las costas veracruzanas se contaría con el apoyo del personal de la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex), debido a que 30% de las instalaciones de la compañía se encuentran en Veracruz.
Aseguró que se disponen de seis técnicas de limpieza, como la contención, que sería la primera operación a realizar. “La contención consiste en rodear la marea negra, por lo general con barreras flotantes o cercos. Más tarde se procede a la recolección del petróleo mediante sistemas de succión (raseras o espumaderas)”.
Con el uso de dispersantes químicos, que rompen los hidrocarburos en partículas más pequeñas, y la incineración del petróleo se pretenderá eliminar un 95% del vertido, aunque el funcionario alertó que un efecto contraproducente del quemado es el humo negro que se produce.
Además contemplan la “biodegradación” mediante microorganismos petroleolíticos capaces de utilizar los hidrocarburos como fuente de carbono, es decir, como alimento. La “limpieza de playas”, que se realizaría con palas, que estarían a cargo de cientos de efectivos responsables de recoger el vertido y lanzar arena a presión sobre rocas para “lavarlas”.
Incluso, afirmó el funcionario estatal que “no hacer nada” también ayudaría, pues en los vertidos que se producen en alta mar se suele dejar que actúen los procesos naturales, como las olas y la fotooxidación, para que el hidrocarburo se degrade de forma natural.
Ante el avance del derrame en el golfo de México, el gobierno veracruzano presentó una denuncia contra de la compañía British Petroleum por la inminente afectación de playas y ecosistemas por el derrame de una de sus plataformas.
El gobernador Fidel Herrera dijo que de acuerdo a los estudios que realizan los expertos, la empresa no podrá contener la fuga antes de agosto, por lo que para ese entonces ya se habrán derramado más de 7 millones de barriles de petróleo en las aguas del golfo de México.
“Dicha situación tendería a agravarse debido a que con la llegada de los frentes fríos las manchas de petróleo se dirigirían hacia las costas nacionales afectando a cientos de hectáreas no sólo de Veracruz sino también de Tamaulipas, Tabasco, Campeche y hasta Yucatán”.
Dijo que como parte del Programa de Monitoreo Preventivo en Veracruz dependencias estatales realizarán este monitoreo en las regiones de Tuxpan, Playa Norte, Acuario, La gallega, Isla de Sacrificio, Anton Lizardo y Coatzacoalcos.
Édgar Ávila, Silvia Hernández, Yazmín Rodríguez, Francisco Ynurreta, Roberto Aguilar y Roberto Barboza / Corresponsales / El Universal
La propagación de la “marea negra” en el litoral del golfo de México, producto de la explosión de una plataforma petrolera de Estados Unidos, no sólo amenaza a pescadores y pobladores que dependen de la flora y fauna de la región, también atenta contra zonas reservadas a lo largo de casi 3 mil kilómetros de costa frente al Atlántico.
A dos meses de que comenzó el derrame del crudo, autoridades estatales y municipales se mantienen en alerta y en coordinación con las secretarías de Marina y Medio Ambiente para monitorear el avance de la mancha de hidrocarburo, que en su desplazamiento ha causado la muerte de especies migratorias.
Tamaulipas y Veracruz son las dos entidades con mayores riesgos, las mismas en las que sus gobiernos anticiparon demandas contra la empresa British Petroleum, operadora de la plataforma Deepwater Horizon que estalló el 20 de abril.
Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo no están exentas de afectaciones, ya que de acuerdo con los especialistas, las corrientes marinas superficiales e internas estarán en constante cambio durante los próximos seis meses conforme se desarrollen los fenómenos meteorológicos pronosticados.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) estima que en la presente temporada de huracanes, que comenzó el pasado 1 de junio, podrían formarse de ocho a 14 meteoros, de los cuales hasta siete podrían ser fuertes, con vientos superiores a 180 kilómetros por hora. Además se esperan al menos ocho tormentas tropicales.
Las entidades más afectadas
La Subsecretaría de Medio Ambiente y Cambio Climático, en Veracruz, estima que las modificaciones de las corrientes marinas a consecuencia de los cambios de temperatura del agua provocarán que la mancha de crudo impacte el norte del golfo mexicano, que comprende la zona de Tuxpan y toda la costa tamaulipeca.
En esta región se ubican los humedales de los ríos Tuxpan y Pánuco, zonas de dunas costeras y manglares, así como las lagunas de Tampamachoco y Tamiahua. Entre la fauna que podría devastarse se encuentran delfines, tortugas, manatíes, pez totoaba, garzas, pelícanos, águila pescadora, cocodrilo y decenas de variedades de insectos. En la infraestructura bajo riesgo están la hidroeléctrica López Mateos, así como el puerto, comercios y hoteles de Tuxpan.
En Tamaulipas, los daños en la producción pesquera afectarían a más de 5 mil trabajadores, según datos censados por la delegación de la Sagarpa en la entidad. Este sector se dedica a capturar principalmente camarón, jaiba, lisa y trucha, especies que también se verían alteradas en sus ciclos de reproducción.
Entre las comunidades pesqueras con alto riesgo están Mezquital, Las Higuerillas, La Capilla y La Mano de León, en Matamoros; Media Luna, Barrancón de Tío Blas, Francisco J. Mujica, Carbonera, Punta de Alambre, Carbajal y Punta de Piedra, en la zona de San Fernando, y Enramadas, La Pesca, Miguel de la Madrid, Vista Hermosa y Tepehuajes, en Soto La Marina. En Aldama, peligran Barra del Tordo y Laguna de San Andrés, así como el sistema lagunario de Tampico.
Autoridades de ambas entidades alistan programas emergentes para atender a los sectores pesquero y turístico, para compensar los daños sufridos.
La Secretaría de Recursos Naturales y Protección Ambiental de Tabasco (Sernapam) mantiene un monitoreo del litoral para detectar anomalías. Silvia Whizar Lugo, titular de la dependencia, insistió que la problemática afecta “no sólo son los peces que se encuentran en el golfo, sino los sitios de alimento y reproducción”. Informó que aún más alarmantes son los efectos en el fondo marino.
En Campeche, según instancias estatales, los daños se registrarían hasta después de los próximos cuatro meses. En estas costas se captura el camarón de siete barbas y de altura, así como jaiba, cangrejo, acamaya, pulpo, calamar, ostión, caracol, tiburón, raya, cazón, además de especies de escama en general, como pargo, mero, boquinete, entre otros.
También estarían en riesgo las tortugas marinas de Carey, Caguama, Lora y Laud, las cuales arriban a las costas campechanas, en Xpicob y Punta Xen, en Champotón. A estas especies se suman los delfines, que se encuentran en las aguas del Carmen. Del mismo modo se afectarían los manglares de la región.
Río Lagartos y Celestún son los dos municipios con mayor riesgo de los ocho que integran la franja costera de Yucatán. Además del daño ambiental, ya que ambos cuentan con biosferas y zonas protegidas, el derrame acabaría con las expectativas en la pesca de escama y ribera, de pulpo y mero, que tiene amplia demanda en mercados locales y nacional.
El litoral yucateco en peligro
La fauna silvestre del litoral yucateco cuenta con especies reservadas como flamingos rosa, pelícanos, gavilanes y cocodrilos. En Celestún existen zonas reservadas, porque resguardan flora en vías de extinción; ahí se encuentra la reserva ecológica de El Palmar.
Río Lagartos es un santuario de aves como la fragata, el gavilán, los pontóes, las garzas y otras especies que ya no se encuentran con facilidad como parte de la fauna de Yucatán. De ahí la importancia de que esta zona esté libre de riesgos por huracanes, derrames petroleros o efectos bruscos del cambio climático.
Estimaciones señalan que en octubre y noviembre próximos se registrarían los mayores daños por la mancha negra. “Todo dependerá de las corrientes marinas, los vientos y los cambios climatológicos”, aseguró el secretario de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente, Eduardo Batllori Sampedro.
El presidente de la Federación de Cooperativas Pesqueras del Centro-Poniente, José Luis Carrillo Galaz, dijo que “sería un drama para la pesca ribereña”.
Quintana Roo es la entidad del golfo mexicano más alejada de la zona de conflicto; no obstante, el director estatal de Protección Civil, Luis Carlos Rodríguez Hoy, reconoció que se toman previsiones mediante un comité permanente de vigilancia, que sesiona cada viernes. Informó que las ondas tropicales alejan el residuo de petróleo y lo arrastran a la zona sur de Estados Unidos.
Agregó que en el remoto caso de que las corrientes marinas “trajeran residuos”, se presentarían en una densidad muy baja, ya que el petróleo se va disgregando por el golfo de México. “Mediante un proceso de evaporación del petróleo, las partículas se van directamente al fondo del océano, en donde se sedimenta”.
Chiquilá y Holbox son los puntos costeros que registrarían daños; en particular los arrecifes coralinos, especies que con sólo tocarlas se rompen. Además de los 17 grandes arrecifes —localizados en las Zonas Naturales Protegidas de Quintana Roo—, las especies marinas que predominan son los “cuernos de alce” y “cuernos de ciervo”, así como gorgóneos, los corales blancos y esponjas.
María del Carmen García, de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas de la Semarnat, explicó que ya cuentan con los protocolos de valoración de daños que pudieran sufrir los arrecifes coralinos, ya que es considerado delito grave en la entidad, por lo que se podría proceder penalmente.
Acciones de limpieza
El secretario de Desarrollo Social y Medio Ambiente (Sedesma), Ranulfo Márquez Hernández, informó que de llegar la mancha a las costas veracruzanas se contaría con el apoyo del personal de la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex), debido a que 30% de las instalaciones de la compañía se encuentran en Veracruz.
Aseguró que se disponen de seis técnicas de limpieza, como la contención, que sería la primera operación a realizar. “La contención consiste en rodear la marea negra, por lo general con barreras flotantes o cercos. Más tarde se procede a la recolección del petróleo mediante sistemas de succión (raseras o espumaderas)”.
Con el uso de dispersantes químicos, que rompen los hidrocarburos en partículas más pequeñas, y la incineración del petróleo se pretenderá eliminar un 95% del vertido, aunque el funcionario alertó que un efecto contraproducente del quemado es el humo negro que se produce.
Además contemplan la “biodegradación” mediante microorganismos petroleolíticos capaces de utilizar los hidrocarburos como fuente de carbono, es decir, como alimento. La “limpieza de playas”, que se realizaría con palas, que estarían a cargo de cientos de efectivos responsables de recoger el vertido y lanzar arena a presión sobre rocas para “lavarlas”.
Incluso, afirmó el funcionario estatal que “no hacer nada” también ayudaría, pues en los vertidos que se producen en alta mar se suele dejar que actúen los procesos naturales, como las olas y la fotooxidación, para que el hidrocarburo se degrade de forma natural.
Ante el avance del derrame en el golfo de México, el gobierno veracruzano presentó una denuncia contra de la compañía British Petroleum por la inminente afectación de playas y ecosistemas por el derrame de una de sus plataformas.
El gobernador Fidel Herrera dijo que de acuerdo a los estudios que realizan los expertos, la empresa no podrá contener la fuga antes de agosto, por lo que para ese entonces ya se habrán derramado más de 7 millones de barriles de petróleo en las aguas del golfo de México.
“Dicha situación tendería a agravarse debido a que con la llegada de los frentes fríos las manchas de petróleo se dirigirían hacia las costas nacionales afectando a cientos de hectáreas no sólo de Veracruz sino también de Tamaulipas, Tabasco, Campeche y hasta Yucatán”.
Dijo que como parte del Programa de Monitoreo Preventivo en Veracruz dependencias estatales realizarán este monitoreo en las regiones de Tuxpan, Playa Norte, Acuario, La gallega, Isla de Sacrificio, Anton Lizardo y Coatzacoalcos.
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