Los universitarios se movilizan contra la corrupción y
los partidos
La protesta irrumpe por primera vez en la campaña
presidencial
Luis Prados México / El País
Manifestación
del sábado contra Peña Nieto / SÁSHENKA GUTIÉRREZ (EFE)
Un total de
24 millones de jóvenes menores de 29 años forman parte del censo electoral, y
14 millones nunca han votado en unas elecciones presidenciales. De pronto estos
números han cobrado vida e irrumpido en la campaña electoral mexicana con una
fuerza nunca vista. Son los enojados, los engañados, los ignorados, los
estudiantes, sobre todo, de las universidades privadas que, hartos de una
democracia devaluada, se han echado a la calle para protestar contra la
corrupción, los partidos políticos y la “manipulación” informativa de las
grandes cadenas de televisión.
El detonante
que ha puesto en marcha una cadena de manifestaciones -la próxima este miércoles- estalló el pasado día 11,
cuando el candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional
(PRI), Enrique Peña Nieto, acudió a un acto de campaña en la Universidad
Iberoamericana, fundada por los jesuitas y situada en una de las zonas más
exclusivas de la capital mexicana. Los estudiantes pronto se cansaron de las
vaguedades del político y comenzaron a reprocharle su gestión como gobernador
del Estado de México. Sin posibilidad de réplica, Peña Nieto acabó huyendo entre
gritos de “¡fuera, fuera!” y “¡asesino!”. El PRI reaccionó acusando a los universitarios de
dejarse manipular por un grupo de provocadores e infiltrados. Televisa, la
cadena con mayor audiencia y a la que se acusa de apoyar al líder priísta, solo
dio una versión de los hechos favorable al viejo partido hegemónico.
La chispa se convirtió en explosión cuando los
estudiantes se movilizaron en las redes sociales. Grabaron un vídeo en el que
131 de ellos mostraban su carné universitario y desmentían las
descalificaciones. El vídeo motivó la simpatía de muchos más jóvenes que
crearon la página Yo soy 132, invitando a otros a unirse a la
protesta. A la velocidad de un clic, el enojo se convirtió en trending
topic,
revolucionando la campaña electoral y sorprendiendo a toda la clase política.
Una semana
después del incidente con Peña Nieto, a los estudiantes de la Ibero se unieron
otros del Tecnológico de Monterrey del campus del Distrito Federal, la Anáhuac
(universidad fundada por los Legionarios de Cristo), La Salle y el Instituto
Tecnológico Autónomo de México (ITAM) en una protesta contra Televisa y el
sábado, miles de jóvenes se
manifestaron en el DF y
otras ciudades coreando consignas como “¡Ni un voto al PRI!” o “¡No somos uno,
no somos cien, prensa vendida, cuéntanos bien!”
José
Woldenberg, expresidente del Instituto Federal
Electoral (IFE), da
la bienvenida a “esta expresión de rechazo, de distancia crítica” hacia el
establishment, y espera “que se traduzca en las urnas”. “En una campaña
electoral aburrida y sin novedades, ha pasado algo que no estaba en el guion”,
apunta. Pero Woldenberg hace dos salvedades: “Lo que ocurre en los centros de
educación superior no es extrapolable al resto de jóvenes y el DF no es
representativo del país”.
“Es algo
nuevo. La clase media alta solo se había expresado públicamente hasta ahora por
causas universales como la seguridad o la paz”, comenta el sociólogo y
periodista Jorge Zepeda, quien se muestra sorprendido “por los errores
cometidos por el PRI en la contención de daños”. “Los priístas han sido muy
hábiles en la campaña en términos convencionales, pero las redes sociales son
un terreno muy nuevo que no saben procesar y al que llegaron tarde. La
izquierda está mucho mejor posicionada en ellas debido en parte a la
desconfianza de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) hacia los medios
tradicionales”. En su opinión, el incipiente movimiento juvenil está tomando
más partido que el 15M español y, de continuar, restará votos a Peña Nieto,
pero no provocará un vuelco electoral.
Para el escritor y politólogo Federico Reyes Heroles,
la protesta es “un arma política del Partido de la Revolución Democrática
(PRD)”. “Se está cumpliendo la profecía que advertía que si AMLO no remontaba
con su república del amor se radicalizaría”, y añade con sorna: “La confusión
política no es privativa de las universidades públicas”. Sin embargo, celebra
que el movimiento suponga “un tirón de orejas para los priístas” y critica la
actitud de la candidata del Partido Acción Nacional (PAN), Josefina Vázquez
Mota, quién ha llamado a las movilizaciones contra Peña Nieto: “Parece un rugido
de desesperación”.
Roy Campos,
director de la consultora electoral Mitofsky, una de las
más respetadas, apunta que la queja estudiantil podrá traducirse en una mayor
participación, pero que ésta “dependerá, más que del movimiento en sí mismo, de
cómo reaccionen y lo gestionen los políticos. Quien lo sepa leer mejor subirá
en los sondeos”.
Los jóvenes
han entrado en la campaña y reclaman un cambio, convirtiéndose en una suerte de
quinto poder. Y de momento van ganando. Televisa emitió por primera vez en la
mañana del lunes, diez días después de los incidentes, nueve minutos sobre lo
que ocurrió en la Universidad Iberoamericana.
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