lunes, 28 de mayo de 2012

CONTINÚA DEBATE PARA SALVAR LAS ECONOMÍAS

En la gran discusión entre austeridad y crecimiento, todo apuntaba a que el liderazgo de Alemania podía inclinar la balanza hacia la austeridad.
Jesús Alberto Cano Vélez / Excelsior




Los últimos diez días vieron debates de política económica —quizás los más importantes de las últimas décadas— provocados por la amenaza de derrumbe de las economías europeas y, con ellas, muchas otras en diversas partes del mundo, entre ellas la mexicana.
La primera reunión en nuestro continente fue en Guadalajara el 15 y 17 de mayo, donde se congregaron los ministros de trabajo y empleo de los países del G20, de las principales economías del orbe.
Su preocupación era buscar la manera de proteger la generación de empleos, salarios decentes y el mantenimiento de la red de protección social, actuando los países en forma coordinada para resolver la crisis que flagela al mundo desde 2008, y amenaza de nuevo.
Todo ello fue en anticipación a las presiones de políticas de austeridad que podrían proponer algunos de los presidentes de los países del G20 en la Cumbre Económica programada para el próximo junio en Los Cabos, México.
En el gran debate entre austeridad y crecimiento, todo apuntaba a que el liderazgo de Alemania podía inclinar la balanza hacia la austeridad, peligrando con llevar a sus economías a un proceso de deflación económica, con los gravísimos efectos recesivos sobre la actividad económica y el empleo en los países.
Luego, como parte de la misma preocupación, el jueves y viernes de la semana pasada el presidente estadunidense, Barack Obama, convocó a Washington para una reunión en el Campo David a los jefes de Estado del G8, el grupo de países con las ocho economías más importantes del mundo.
Ahí los grandes debates giraron en torno a la insistencia del flamante presidente francés, el socialista François Hollande –recientemente electo en sustitución de Sarkozy–, para que los países de la Comunidad Europea acuerden aplicar políticas promotoras de crecimiento, posición que se confrontó con la igualmente insistente postura de Angela Merkel, la canciller alemana, que insistía en favorecer la estabilidad.
La propuesta francesa de que el banco europeo emitiera eurobonos para generar recursos de apoyo a los países de la comunidad que se encuentran en problemas, como son Grecia, España, Portugal, Italia y quizás también, Francia, enfrentó el problema —que no era menor— de que tanto Grecia como España fueron excesivamente laxos en cumplir los acuerdos europeos de cuidar la sanidad de sus finanzas públicas y la posición alemana de no utilizar la emisión de eurobonos para hacer actos de rescate, ya que se emiten estos valores financieros con la garantía solidaria de todos los países europeos y Alemania no quería subsidiar el mal manejo de las políticas económicas de otros países.
Nosotros hemos analizado el fenómeno del euro, la moneda única de muchos de los países agrupados en la comunidad europea, y la intrínseca inestabilidad que lo caracteriza, y estamos presenciando la crisis que temíamos. Es muy lamentable, porque durante los años que ha durado ha sido de un gran apoyo para sus países. Y resulta ahora muy peligroso porque no hay forma fácil de salir del embrollo, ya que circulan en todo el mundo instrumentos financieros de ahorro y de crédito denominados en euros y todavía no surge una idea que sea aceptable de cómo solventar ese grave problema.
Esperemos que encuentren una salida buena para todos; porque ahí también va México.
Y mientras tanto, el desempleo
El problema del desempleo y la chatarrización del mercado laboral por recurrir a los mercados informales es consecuencia de políticas económicas que no han podido generar buenos niveles de crecimiento en los países y, por lo tanto, tampoco empleos.
Está ocurriendo en Europa, en México y en los países que dejaron que el mercado fuera la única guía para las decisiones económicas, extrayendo al Estado de su papel orientador, para que se pudieran alcanzar las metas económicas que las sociedades determinaron.
Se les olvidó la lección aprendida durante casi todo el siglo XX —con todo y sus errores— de que no hay un sistema perfecto y que tanto el mercado como el Estado son fundamentales para un sano desenvolvimiento de las economías de los países.
Hubo, sin embargo, excepciones: entre ellas sobresalen las acciones de las autoridades estadunidenses con Obama en la presidencia, que supieron reaccionar a tiempo cuando se dio el inicio de la crisis con el segundo Bush, porque Obama ha sabido salir al frente de la crisis con instrumentos gubernamentales de apoyo.
Qué lástima que nuestros neoliberales en el gobierno federal no supieron ni quisieron reaccionar a tiempo con políticas públicas de apoyo económico. De ahí el fortísimo desempleo en México, especialmente entre los jóvenes, y la desesperación de éstos, que no ven cómo ni cuándo se van a poder insertar en el mercado laboral.
*Presidente Nacional del Colegio Nacional de Economista @acanovele

No hay comentarios:

Publicar un comentario