SERGIO AGUAYO / REFORMA
Nunca antes una revuelta social había abanderado con tanta enjundia
el derecho a la información y a la libertad de expresión. En la
Declaración leída en la Estela de Luz ponen como objetivo "empoderar al
ciudadano a través de la información" y rechazan a Enrique Peña Nieto
por representar a una candidatura construida por las televisoras.
Consideran que un ciudadano bien informado emitirá un voto razonado con
lo cual se combatirán "miseria, desigualdad, pobreza y violencia".
Comparto la esencia de su planteamiento porque uno de los mayores
obstáculos a la consolidación de la democracia es la pobreza en el
contenido de un buen número de medios de comunicación.
Televisa ya les dio espacio en sus noticieros y Emilio Azcárraga
recurrió al Twitter para informar que el Canal 2 transmitirá el segundo
debate. Peña Nieto, por su parte, ha incorporado a su discurso una
fraseología socialdemócrata e insiste, una y otra vez, que es tolerante
de las disidencias. Falta que las principales fuerzas políticas se sumen
con decisión a estas peticiones.
El PAN y los partidos de izquierda arrastran una historia de
servilismo frente a las televisoras. El 30 de mayo de 1988 Vicente Fox
publicó en Proceso un desplegado titulado "No veas 24 Horas porque
oculta la verdad". Con esa crítica al principal noticiero de Televisa se
esperaba que Fox democratizara los medios. En lugar de eso vino una
escandalosa capitulación.
El 10 de octubre de 2002 traicionó sus promesas al emitir un decreto
que daba grandes beneficios a los medios electrónicos porque reducía el
tiempo oficial que debían transmitir obligatoriamente. El 27 de
diciembre de ese mismo año el propietario de TV Azteca, Ricardo Salinas
Pliego, previa consulta informal y nocturna con Fox, envió a su personal
de seguridad a tomar por la fuerza las instalaciones desde donde se
transmite la señal del Canal 40. Fox guardó silencio durante nueve días
aceptando tácitamente que una empresa podía sustituir al Estado en el
empleo la fuerza. Algunos periodistas le preguntaron sobre su pasividad y
fue entonces que lanzó el pusilánime "¿y yo por qué?". Después llegaron
los permisos para 139 casas de juego, hecha por Fox y Santiago Creel en
mayo de 2005. Salvo la ley electoral de 2007 el sometimiento ha
continuado durante el gobierno de Felipe Calderón.
Las izquierdas han denunciado verbalmente a las televisoras, pero se
han doblegado en momentos clave. En diciembre de 2005 participaron en la
aprobación por unanimidad, en siete minutos, de la ignominiosa Ley
Televisa. Ahí demostraron la flacidez de sus convicciones. En los
últimos años han criticado el respaldo de las televisoras a Peña Nieto,
pero nunca elaboraron los estudios para demostrarlo. Esa doble moral se
confirma en el Movimiento Ciudadano (antes Convergencia) que con una
mano va echando incienso a López Obrador y con la otra engorda la
"telebancada" en el Senado al colocar en sus listas a Alejandro Puente
Córdoba, un personaje cercano a las televisoras. Por cierto, estoy entre
los analistas sorprendidos por el silencio del movimiento juvenil
frente a la "telebancada".
Las concesiones hechas por Televisa, el PRI y Peña Nieto son
considerables, pero se antoja difícil que la apertura sea permanente.
Por su historial, más bien parece una forma de contener temporalmente
las críticas y reducir los efectos de la protesta sobre la comodísima
ventaja que tienen Peña Nieto y el PRI en las intenciones de voto. Lo
más lógico es que pasadas las elecciones vuelvan a cerrarse los espacios
aprovechándose de la debilidad de un gobierno federal exhausto.
En el segundo debate (que gracias a los jóvenes tendrá más difusión)
los opositores de Peña Nieto tendrán la oportunidad de establecer su
postura frente al movimiento y de airear sus críticas a las televisoras.
Andrés Manuel López Obrador podrá ratificar ese día lo que con
frecuencia declara. Josefina Vázquez Mota contará con una oportunidad
dorada para demostrar qué tan "diferente" es; hasta ahora ha sido
incapaz de deslindarse de Felipe Calderón, ya veremos si se atreve con
las televisoras. Finalmente será un momento adecuado para que Gabriel
Quadri demuestre que su "encabronamiento" le alcanza para poner
distancia de los poderes fácticos, por ejemplo de Elba Esther Gordillo
que lo puso de candidato.
Es imposible saber hasta dónde llegará el movimiento juvenil o si sus
logros serán definitivos. Es indudable la justeza de su agenda. Es un
imperativo ético e histórico acompañarlos con respeto a su autonomía.
En Cozumel el Niño Verde, Jorge Emilio González pide a los
integrantes del movimiento #Yosoy132 "que se dediquen a trabajar". ¿Qué
opina Peña Nieto sobre esta joya?
No hay comentarios:
Publicar un comentario