Guillermo Ríos / El Sol de México
Los asesinatos a ciudadanos estadunidenses ocurridos en Ciudad Juárez recrudecerán las estrategias de vigilancia que Estados Unidos siempre ha tenido hacia México, a partir de los convenios y mecanismos de asesoría y entrenamiento.
Así lo consideró el investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), José Luis Cisneros, quien sostuvo que aunque los medios de comunicación difunden en forma persistente la existencia de apoyos por parte de estrategas estadunidenses contra la lucha del narcotráfico, la intervención de la Unión Americana seguirá siendo sistemática.
Muestra de ello, apuntó, es que cerca de 415 mil agentes federales y personal del Ejército fueron capacitados de acuerdo con intereses particulares, reflejados, por ejemplo, en el Plan Mérida, tratado internacional de seguridad establecido por Estados Unidos con México y Centroamérica para combatir el narcotráfico.
* FORMAS DE CONTROL
El problema del tráfico de estupefacientes existe desde hace muchos años también en Estados Unidos, sin embargo, hay que reconocer que en ese país hay formas de control que hasta el momento han contenido la violencia inusitada.
En México, sin embargo, a pesar de que desde el año 2006 se ha incrementado la capacidad de respuesta y operación del Ejército y la Policía Federal Preventiva, ha aumentado la capacitación y se ha invertido dinero con la finalidad de mantener en apariencia en un estado óptimo a las fuerzas de seguridad; "no hemos tenido ninguna disminución de la violencia reflejada en cifras".
Incluso, agregó, dichas acciones cuestionan la insistencia por parte de gobernadores, senadores y diputados de que la única forma de combatir al crimen es con más recursos.
"Tan sólo en el año 2009, el valor del mercado de las drogas en nuestro país se estimó en 811 mil millones de dólares, lo que en promedio equivaldría a 40 por ciento del Producto Interno Bruto", indicó el investigador.
Resulta fundamental, precisó el doctor en sociología, que los especialistas revisen de manera escrupulosa el caso de Colombia, porque al parecer México está cometiendo los mismos errores, el ejemplo más claro es la militarización de las calles, lo que ha generado más violencia como respuesta por parte del hampa.
* ABANDONO A INSTITUCIONES
Otro de los flagelos a los que se enfrenta el Gobierno federal y que repercute en esta problemática es el abandono durante muchos años de las instituciones policiales, las cuales no fueron dotadas de preparación adecuada, capacitación y salarios dignos, sin dejar de pasar por alto el mal de la corrupción, que ha tocado a cada sujeto y actor de la vida social de nuestra cotidianidad.
Para contrarrestar todo lo anterior es necesario generar una nueva política que sea directa y contundente, capaz de cumplir su cometido de educar a las generaciones, dado que en la actualidad, "los ciudadanos estamos ante una institución educativa que genera jóvenes desempleados en serie, sin ninguna posibilidad, y profesores que han perdido el compromiso y la misión de enseñar.
Se vive una "época en que las instituciones que en un pasado se encargaron de formar individuos e instituir valores, se encuentran secuestradas por interés personales y de grupo".
Los asesinatos a ciudadanos estadunidenses ocurridos en Ciudad Juárez recrudecerán las estrategias de vigilancia que Estados Unidos siempre ha tenido hacia México, a partir de los convenios y mecanismos de asesoría y entrenamiento.
Así lo consideró el investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), José Luis Cisneros, quien sostuvo que aunque los medios de comunicación difunden en forma persistente la existencia de apoyos por parte de estrategas estadunidenses contra la lucha del narcotráfico, la intervención de la Unión Americana seguirá siendo sistemática.
Muestra de ello, apuntó, es que cerca de 415 mil agentes federales y personal del Ejército fueron capacitados de acuerdo con intereses particulares, reflejados, por ejemplo, en el Plan Mérida, tratado internacional de seguridad establecido por Estados Unidos con México y Centroamérica para combatir el narcotráfico.
* FORMAS DE CONTROL
El problema del tráfico de estupefacientes existe desde hace muchos años también en Estados Unidos, sin embargo, hay que reconocer que en ese país hay formas de control que hasta el momento han contenido la violencia inusitada.
En México, sin embargo, a pesar de que desde el año 2006 se ha incrementado la capacidad de respuesta y operación del Ejército y la Policía Federal Preventiva, ha aumentado la capacitación y se ha invertido dinero con la finalidad de mantener en apariencia en un estado óptimo a las fuerzas de seguridad; "no hemos tenido ninguna disminución de la violencia reflejada en cifras".
Incluso, agregó, dichas acciones cuestionan la insistencia por parte de gobernadores, senadores y diputados de que la única forma de combatir al crimen es con más recursos.
"Tan sólo en el año 2009, el valor del mercado de las drogas en nuestro país se estimó en 811 mil millones de dólares, lo que en promedio equivaldría a 40 por ciento del Producto Interno Bruto", indicó el investigador.
Resulta fundamental, precisó el doctor en sociología, que los especialistas revisen de manera escrupulosa el caso de Colombia, porque al parecer México está cometiendo los mismos errores, el ejemplo más claro es la militarización de las calles, lo que ha generado más violencia como respuesta por parte del hampa.
* ABANDONO A INSTITUCIONES
Otro de los flagelos a los que se enfrenta el Gobierno federal y que repercute en esta problemática es el abandono durante muchos años de las instituciones policiales, las cuales no fueron dotadas de preparación adecuada, capacitación y salarios dignos, sin dejar de pasar por alto el mal de la corrupción, que ha tocado a cada sujeto y actor de la vida social de nuestra cotidianidad.
Para contrarrestar todo lo anterior es necesario generar una nueva política que sea directa y contundente, capaz de cumplir su cometido de educar a las generaciones, dado que en la actualidad, "los ciudadanos estamos ante una institución educativa que genera jóvenes desempleados en serie, sin ninguna posibilidad, y profesores que han perdido el compromiso y la misión de enseñar.
Se vive una "época en que las instituciones que en un pasado se encargaron de formar individuos e instituir valores, se encuentran secuestradas por interés personales y de grupo".
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