Patricia Torres / El Sol de México
Petróleos Mexicanos (Pemex) está "totalmente quebrado", debido a que ya no resiste su actual régimen fiscal, aseguró el senador del PRI, Francisco Labastida Ochoa, durante el 72 Aniversario de la Expropiación Petrolera, tema que se abordó durante la sesión de ayer y que originó un intenso debate en el Pleno del Senado.
El Presidente de la Comisión de Energía aseguró que al 31 de diciembre del año pasado, la empresa tenía un activo de un billón 380 mil 570 millones de pesos y debía un billón 398 mil 822 millones de pesos; además, produce 800 mil barriles de petróleo menos y sus reservas continúan en declive.
Los senadores del PRI, PAN, PRD, PT, PVEM y Convergencia manifestaron su preocupación por la "crítica" situación que atraviesa Pemex, que se refleja en la disminución de la producción de petróleo, en el declive de las reservas y en la pérdida de rendimiento y competitividad de la paraestatal.
En tribuna, los senadores del PT, Alberto Anaya Gutiérrez, y de Convergencia, Francisco García Lizardi, salieron en defensa de la paraestatal por las pretensiones privatizadoras que la amenazan.
"En estos momentos el 70 por ciento de las actividades que realiza Pemex son ejecutadas por empresas privadas. Prácticamente la empresa privada en todas sus actividades controla la operación, exploración, producción, comercialización y prestación de servicios", señaló Anaya.
Francisco Labastida subrayó que ante la "total quiebra" de Pemex se debe replantear el régimen fiscal de la paraestatal, que "está mandando a la empresa a condiciones tan críticas", a través de la Ley Federal de Derechos.
También propuso que los consejeros de Pemex intervengan en la designación de funcionarios en sus empresas subsidiarias, "porque no es posible que se siga nombrando a personas con tan poca capacidad profesional y adecuación a las responsabilidades que se les encomiendan".
"Chicontepec -destacó- ha sido un fracaso porque sólo produce cerca de 30 mil barriles por día, a pesar de que se le invierten más de mil millones de dólares por año".
Advirtió que de no modificar esta situación, "estamos condenando al fracaso a la mayor empresa de América Latina".
A su vez, el senador del PRD, Pablo Gómez Álvarez, denunció que el Gobierno federal planea junto con las empresas trasnacionales un esquema de servicios de extracción de crudo, tarea que corresponde íntegramente a la nación.
Subrayó que estos contratos comprenden el pago de una renta petrolera -una vez cubierto el costo de exploración y producción- durante toda la vida del pozo, lo cual está prohibido por la Constitución.
El problema es que el Gobierno federal -con una visión reaccionaria- no quiere hacer inversiones para llevar a cabo los trabajos de exploración y producción, frenando con ello el desarrollo de la industria, de la ingeniería petrolera y de la capacidad del país de poder utilizar a plenitud el petróleo crudo.
Por su parte, el senador panista, Rubén Camarillo Ortega, rechazó que el Gobierno federal tenga una visión reaccionaria en la materia y exhortó a los legisladores a trabajar en una propuesta congruente y realista de lo que se puede hacer en el sector energético.
Enfatizó que Pemex vive hoy el desafío más importante de su vida debido a los problemas financieros y operativos que enfrenta, derivados de una producción a la baja, y retos en las áreas de refinación, petroquímica y fertilizantes.
Petróleos Mexicanos (Pemex) está "totalmente quebrado", debido a que ya no resiste su actual régimen fiscal, aseguró el senador del PRI, Francisco Labastida Ochoa, durante el 72 Aniversario de la Expropiación Petrolera, tema que se abordó durante la sesión de ayer y que originó un intenso debate en el Pleno del Senado.
El Presidente de la Comisión de Energía aseguró que al 31 de diciembre del año pasado, la empresa tenía un activo de un billón 380 mil 570 millones de pesos y debía un billón 398 mil 822 millones de pesos; además, produce 800 mil barriles de petróleo menos y sus reservas continúan en declive.
Los senadores del PRI, PAN, PRD, PT, PVEM y Convergencia manifestaron su preocupación por la "crítica" situación que atraviesa Pemex, que se refleja en la disminución de la producción de petróleo, en el declive de las reservas y en la pérdida de rendimiento y competitividad de la paraestatal.
En tribuna, los senadores del PT, Alberto Anaya Gutiérrez, y de Convergencia, Francisco García Lizardi, salieron en defensa de la paraestatal por las pretensiones privatizadoras que la amenazan.
"En estos momentos el 70 por ciento de las actividades que realiza Pemex son ejecutadas por empresas privadas. Prácticamente la empresa privada en todas sus actividades controla la operación, exploración, producción, comercialización y prestación de servicios", señaló Anaya.
Francisco Labastida subrayó que ante la "total quiebra" de Pemex se debe replantear el régimen fiscal de la paraestatal, que "está mandando a la empresa a condiciones tan críticas", a través de la Ley Federal de Derechos.
También propuso que los consejeros de Pemex intervengan en la designación de funcionarios en sus empresas subsidiarias, "porque no es posible que se siga nombrando a personas con tan poca capacidad profesional y adecuación a las responsabilidades que se les encomiendan".
"Chicontepec -destacó- ha sido un fracaso porque sólo produce cerca de 30 mil barriles por día, a pesar de que se le invierten más de mil millones de dólares por año".
Advirtió que de no modificar esta situación, "estamos condenando al fracaso a la mayor empresa de América Latina".
A su vez, el senador del PRD, Pablo Gómez Álvarez, denunció que el Gobierno federal planea junto con las empresas trasnacionales un esquema de servicios de extracción de crudo, tarea que corresponde íntegramente a la nación.
Subrayó que estos contratos comprenden el pago de una renta petrolera -una vez cubierto el costo de exploración y producción- durante toda la vida del pozo, lo cual está prohibido por la Constitución.
El problema es que el Gobierno federal -con una visión reaccionaria- no quiere hacer inversiones para llevar a cabo los trabajos de exploración y producción, frenando con ello el desarrollo de la industria, de la ingeniería petrolera y de la capacidad del país de poder utilizar a plenitud el petróleo crudo.
Por su parte, el senador panista, Rubén Camarillo Ortega, rechazó que el Gobierno federal tenga una visión reaccionaria en la materia y exhortó a los legisladores a trabajar en una propuesta congruente y realista de lo que se puede hacer en el sector energético.
Enfatizó que Pemex vive hoy el desafío más importante de su vida debido a los problemas financieros y operativos que enfrenta, derivados de una producción a la baja, y retos en las áreas de refinación, petroquímica y fertilizantes.
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