Ante el fracaso de la “guerra” contra el narcotráfico y su falta de perspectiva para enfrentar los graves problemas de inseguridad, el espurio Felipe Calderón solicitó la intervención directa de elementos del Pentágono, institución que dirige las guerras en que se embarca el vecino país del Norte, declaró Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Interior
Apenas había transcurrido una semana de que Janet Napolitano hizo rabiar al gobierno mexicano con su afirmación de que la presencia del Ejército en Ciudad Juárez no había servido de nada en la lucha contra el narcotráfico, la secretaria de Seguridad Interior de Estados Unidos incurrió en una indiscreción: el miércoles 24 reveló que el presidente Felipe Calderón pidió al gobierno de Barck Obama enviar militares para que realicen operaciones antinarco junto al Ejército mexicano.
Ese día, entrevistada en el programa All Things Considered, de National Public Radio (NPR), puntualizó que el personal del Pentágono que se encuentra en el territorio mexicano está ahí a petición directa de Los Pinos.
Con estas declaraciones, la colaboradora de Barack Obama contradice al gobierno de Calderón, cuyos integrantes han negado una y otra vez que las puertas del territorio nacional hayan sido abiertas a tropas estadunidenses.
En el programa de la NPR, conducido por el locutor y periodista Robert Siegel, Napolitano habló del resultado de la reunión del Grupo Consultivo de Alto Nivel realizada el día anterior en la Ciudad de México, así como en torno al problema del narcotráfico en el vecino país. La funcionaria fue muy enfática al confirmar la presencia de personal del Pentágono en territorio mexicano a petición expresa de Calderón, según la trascripción de la entrevista radiofónica.
–¿Hay algún papel, un papel potencial para los militares de Estados Unidos al sur de la frontera con México? –preguntó Siegel.
–Bueno, de hecho en nuestras reuniones (en México) estuvieron el jefe de Estado Mayor Conjunto, Mike Mullen. Y, como ya lo mencioné, el secretario de Defensa (Robert) Gates, quienes se reunieron con sus contrapartes militares.
“Y creo que se puede deducir de eso que hay pláticas sobre el papel apropiado de nuestro ejército, y más allá de eso no sería apropiado hacer un comentario”.
–Usted sabe, estoy seguro de que la presencia de militares de Estados Unidos en México es un asunto neurálgico para los mexicanos…
–Lo es. Y se ha hecho a pedido, consulta y cooperación con los mexicanos. Esto no significa que Estados Unidos se haya metido de manera unilateral; esto es cooperación, asistencia. Es un reconocimiento mutuo de que, como países vecinos, tenemos aquí algo en juego.
“Y lo mencioné ayer (martes 23)… Como usted sabe, hay un comercio cuyo valor se estima en mil millones de dólares que todos los días cruza la frontera de México. La gente necesita transitar por la frontera sin temor a ser víctima de la violencia. Y la gente que vive en las comunidades al sur de nuestra frontera necesita saber si se aplicará el estado de derecho”.
El conductor presionó a su entrevistada para que fuera más precisa en sus respuestas:
–Sólo para dejar las cosas en claro: ¿está usted diciendo que el presidente Calderón expresó su apertura a la presencia de personal militar de Estados Unidos en México?
–Sí. Déjeme ser clara, porque este es un asunto muy delicado: En forma limitada nuestro ejército ha estado trabajando con el de México en su lucha contra los cárteles de la droga, pero a pedido del gobierno de México, en consulta con el gobierno de México; es solamente una parte de nuestros esfuerzos generales con México, que ante todo son de naturaleza civil.
–Bueno, secretaria Napolitano, muchas gracias por hablar con nosotros el día de hoy.
–Gracias.
–Es Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Interior. Ella fue parte de la misión que ayer estuvo en México, y habló con nosotros desde su oficina en Washington, DC –dijo el conductor de All Things Considered tras despedir a su entrevistada.
El embrollo
Napolitano, quien formó parte de la comitiva que encabezó la secretaria de Estado Hillary Clinton en su visita a México, es la única colaboradora de Obama que ha criticado abiertamente la estrategia militarizada de la administración calderonista para combatir al narcotráfico y al crimen organizado.
“El presidente Calderón ha estado profundamente involucrado (en la lucha contra el narcotráfico) e incluso envió al Ejército a Ciudad Juárez, pero eso no ha ayudado”, dijo Napolitano el martes 16 a la cadena de televisión MSNBC.
La reprobación de Napolitano al despliegue del Ejército mexicano provocó la furia de Calderón, quien a través del secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, aclaró que Napolitano no había dicho lo que dijo, que era necesario entender el contexto. Asimismo, el funcionario acusó a los medios de comunicación mexicanos de “problemas de traducción” con respecto a la declaración de la funcionaria.
El embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, intentó calmar la irritación del gobierno calderonista por las afirmaciones de Napolitano. El diplomático declaró al periódico El Universal que el papel del Ejército mexicano era muy importante en la lucha contra los cárteles de la droga, sobre todo en entidades como Ciudad Juárez.
La víspera de los comentarios de Napolitano al programa de la NPR, los colaboradores de Calderón negaban que militares estadunidenses estuvieran operando en México. Los señalamientos en ese sentido sonaban inverosímiles. Pero luego de la entrevista de Napolitano con Siegel, el gobierno de México intentó desmentir la versión de la colaboradora del presidente Obama.
Sin embargo, más allá de las explicaciones del gobierno sobre el particular, existen testimonios y documentos de funcionarios del Pentágono en el Capitolio que confirman que soldados de Estados Unidos participan en la lucha contra el crimen organizado en México; incluso señalan que Obama no confía mucho en la efectividad de la lucha militarizada de Calderón.
El jueves 18, un día después de la reprobación a la estrategia de Calderón por parte de Napolitano, el general Victor Eugene Renuart, jefe del Comando Norte de Estados Unidos, aseguró al Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes del Congreso que el Pentágono desea aplicar en territorio mexicano técnicas de inteligencia militar similares a las de Afganistán e Irak.
Según el militar, el propósito es enfrentar de manera más directa y efectiva al narcotráfico y al crimen organizado: “El reto de México es la fusión de inteligencia con la agilidad de operativos contra un objetivo específico de parte de los equipos altamente calificados que permitan explotar las vulnerabilidades que puedan encontrar en los cárteles del narcotráfico con la fusión de inteligencia”.
Y remató: “Hemos ampliado nuestros esfuerzos para entrenar a militares y agentes civiles (mexicanos) en operaciones muy parecidas a las que hemos llevado a cabo en Afganistán y en Irak.
J. Jesús Esquivel/ Proceso
Apenas había transcurrido una semana de que Janet Napolitano hizo rabiar al gobierno mexicano con su afirmación de que la presencia del Ejército en Ciudad Juárez no había servido de nada en la lucha contra el narcotráfico, la secretaria de Seguridad Interior de Estados Unidos incurrió en una indiscreción: el miércoles 24 reveló que el presidente Felipe Calderón pidió al gobierno de Barck Obama enviar militares para que realicen operaciones antinarco junto al Ejército mexicano.
Ese día, entrevistada en el programa All Things Considered, de National Public Radio (NPR), puntualizó que el personal del Pentágono que se encuentra en el territorio mexicano está ahí a petición directa de Los Pinos.
Con estas declaraciones, la colaboradora de Barack Obama contradice al gobierno de Calderón, cuyos integrantes han negado una y otra vez que las puertas del territorio nacional hayan sido abiertas a tropas estadunidenses.
En el programa de la NPR, conducido por el locutor y periodista Robert Siegel, Napolitano habló del resultado de la reunión del Grupo Consultivo de Alto Nivel realizada el día anterior en la Ciudad de México, así como en torno al problema del narcotráfico en el vecino país. La funcionaria fue muy enfática al confirmar la presencia de personal del Pentágono en territorio mexicano a petición expresa de Calderón, según la trascripción de la entrevista radiofónica.
–¿Hay algún papel, un papel potencial para los militares de Estados Unidos al sur de la frontera con México? –preguntó Siegel.
–Bueno, de hecho en nuestras reuniones (en México) estuvieron el jefe de Estado Mayor Conjunto, Mike Mullen. Y, como ya lo mencioné, el secretario de Defensa (Robert) Gates, quienes se reunieron con sus contrapartes militares.
“Y creo que se puede deducir de eso que hay pláticas sobre el papel apropiado de nuestro ejército, y más allá de eso no sería apropiado hacer un comentario”.
–Usted sabe, estoy seguro de que la presencia de militares de Estados Unidos en México es un asunto neurálgico para los mexicanos…
–Lo es. Y se ha hecho a pedido, consulta y cooperación con los mexicanos. Esto no significa que Estados Unidos se haya metido de manera unilateral; esto es cooperación, asistencia. Es un reconocimiento mutuo de que, como países vecinos, tenemos aquí algo en juego.
“Y lo mencioné ayer (martes 23)… Como usted sabe, hay un comercio cuyo valor se estima en mil millones de dólares que todos los días cruza la frontera de México. La gente necesita transitar por la frontera sin temor a ser víctima de la violencia. Y la gente que vive en las comunidades al sur de nuestra frontera necesita saber si se aplicará el estado de derecho”.
El conductor presionó a su entrevistada para que fuera más precisa en sus respuestas:
–Sólo para dejar las cosas en claro: ¿está usted diciendo que el presidente Calderón expresó su apertura a la presencia de personal militar de Estados Unidos en México?
–Sí. Déjeme ser clara, porque este es un asunto muy delicado: En forma limitada nuestro ejército ha estado trabajando con el de México en su lucha contra los cárteles de la droga, pero a pedido del gobierno de México, en consulta con el gobierno de México; es solamente una parte de nuestros esfuerzos generales con México, que ante todo son de naturaleza civil.
–Bueno, secretaria Napolitano, muchas gracias por hablar con nosotros el día de hoy.
–Gracias.
–Es Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Interior. Ella fue parte de la misión que ayer estuvo en México, y habló con nosotros desde su oficina en Washington, DC –dijo el conductor de All Things Considered tras despedir a su entrevistada.
El embrollo
Napolitano, quien formó parte de la comitiva que encabezó la secretaria de Estado Hillary Clinton en su visita a México, es la única colaboradora de Obama que ha criticado abiertamente la estrategia militarizada de la administración calderonista para combatir al narcotráfico y al crimen organizado.
“El presidente Calderón ha estado profundamente involucrado (en la lucha contra el narcotráfico) e incluso envió al Ejército a Ciudad Juárez, pero eso no ha ayudado”, dijo Napolitano el martes 16 a la cadena de televisión MSNBC.
La reprobación de Napolitano al despliegue del Ejército mexicano provocó la furia de Calderón, quien a través del secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, aclaró que Napolitano no había dicho lo que dijo, que era necesario entender el contexto. Asimismo, el funcionario acusó a los medios de comunicación mexicanos de “problemas de traducción” con respecto a la declaración de la funcionaria.
El embajador de Estados Unidos en México, Carlos Pascual, intentó calmar la irritación del gobierno calderonista por las afirmaciones de Napolitano. El diplomático declaró al periódico El Universal que el papel del Ejército mexicano era muy importante en la lucha contra los cárteles de la droga, sobre todo en entidades como Ciudad Juárez.
La víspera de los comentarios de Napolitano al programa de la NPR, los colaboradores de Calderón negaban que militares estadunidenses estuvieran operando en México. Los señalamientos en ese sentido sonaban inverosímiles. Pero luego de la entrevista de Napolitano con Siegel, el gobierno de México intentó desmentir la versión de la colaboradora del presidente Obama.
Sin embargo, más allá de las explicaciones del gobierno sobre el particular, existen testimonios y documentos de funcionarios del Pentágono en el Capitolio que confirman que soldados de Estados Unidos participan en la lucha contra el crimen organizado en México; incluso señalan que Obama no confía mucho en la efectividad de la lucha militarizada de Calderón.
El jueves 18, un día después de la reprobación a la estrategia de Calderón por parte de Napolitano, el general Victor Eugene Renuart, jefe del Comando Norte de Estados Unidos, aseguró al Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes del Congreso que el Pentágono desea aplicar en territorio mexicano técnicas de inteligencia militar similares a las de Afganistán e Irak.
Según el militar, el propósito es enfrentar de manera más directa y efectiva al narcotráfico y al crimen organizado: “El reto de México es la fusión de inteligencia con la agilidad de operativos contra un objetivo específico de parte de los equipos altamente calificados que permitan explotar las vulnerabilidades que puedan encontrar en los cárteles del narcotráfico con la fusión de inteligencia”.
Y remató: “Hemos ampliado nuestros esfuerzos para entrenar a militares y agentes civiles (mexicanos) en operaciones muy parecidas a las que hemos llevado a cabo en Afganistán y en Irak.
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