Antonio Gershenson / La Jornada
Varias publicaciones y sitios de Internet brasileños publicaron una tabla comparativa entre FHC y Lula, presidente de Brasil. Citan todos como fuente a The Economist. Tomamos algunos ejemplos muy ilustrativos(ver tabla).
FHC son las iniciales del ex presidente de Brasil Fernando Henrique Cardoso, quien compitió contra Lula en elecciones y perdió su relección. Fue el que vendió acciones de Petrobras en la Bolsa. Pero, ¿no nos suenan los datos un poco familiares? Tal vez el salario mínimo aquí, en lo que va del sexenio, sea un poco arriba de 100 dólares, y así en otros casos, pero sigue siendo una gran diferencia y nos ponen a pensar.
Y eso que no nos estamos metiendo con China e India, los países con primero y segundo lugares en ritmo de crecimiento en el mundo. Aquí hemos oído palabras que no corresponden a los hechos. Ya hemos hablado de la “nueva refinería”.
El 8 de octubre de 2008, entre la crisis y las reformas legales, el Ejecutivo hizo un planteamiento público: “Propongo y anuncio el inicio de la construcción de una nueva refinería en el país”. Dijo que se iba, “del Fondo de Estabilización para la Inversión en Pemex, a disponer de 12 mil millones de pesos para la construcción de una refinería e infraestructura de la paraestatal”. Y sostuvo que con esto “podremos construir esa refinería iniciando ya el próximo año”. O sea, 2009, y ya estaba ahí ese dinero. Y nada de nada. Ahora, tuvimos otra promesa con menos de la mitad del dinero de la vez anterior.
Eso llamó la atención. Pero nunca hubo, ni siquiera, promesas de nuevas universidades federales, ni de ampliación de las existentes. Y algo así con otros de los renglones que mencionamos. Se anuncia el cierre de las oficinas de México ante la Unesco, y que el embajador de México en Francia se va a ocupar del trato con esa institución educativa de las Naciones Unidas, en un acto de desprecio por la educación pública.
En el Distrito Federal por lo menos tenemos a la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y 17 preparatorias.
¿Nuevas estaciones ferroviarias? Más bien hemos tenido un proceso de desmantelamiento de los ferrocarriles.
El dinero federal se destinó a “rescatar” y subsidiar a los banqueros, a aceptar que las mayores empresas no paguen impuestos, a crear más burocracia con mayores ingresos y prestaciones, y cosas así.
Tal vez se consideró que eso era “normal”. Ya llevábamos desde 1982 con los tecnócratas. Pero también podemos decir que ya tuvimos bastante, para el fin de este sexenio se cumplirán 30 años, además con la situación agravándose cada vez más.
En cualquier caso, el cambio de fondo urge ya. Y la tabla brasileña muestra que hay muchos cambios que son posibles.
Varias publicaciones y sitios de Internet brasileños publicaron una tabla comparativa entre FHC y Lula, presidente de Brasil. Citan todos como fuente a The Economist. Tomamos algunos ejemplos muy ilustrativos(ver tabla).
FHC son las iniciales del ex presidente de Brasil Fernando Henrique Cardoso, quien compitió contra Lula en elecciones y perdió su relección. Fue el que vendió acciones de Petrobras en la Bolsa. Pero, ¿no nos suenan los datos un poco familiares? Tal vez el salario mínimo aquí, en lo que va del sexenio, sea un poco arriba de 100 dólares, y así en otros casos, pero sigue siendo una gran diferencia y nos ponen a pensar.
Y eso que no nos estamos metiendo con China e India, los países con primero y segundo lugares en ritmo de crecimiento en el mundo. Aquí hemos oído palabras que no corresponden a los hechos. Ya hemos hablado de la “nueva refinería”.
El 8 de octubre de 2008, entre la crisis y las reformas legales, el Ejecutivo hizo un planteamiento público: “Propongo y anuncio el inicio de la construcción de una nueva refinería en el país”. Dijo que se iba, “del Fondo de Estabilización para la Inversión en Pemex, a disponer de 12 mil millones de pesos para la construcción de una refinería e infraestructura de la paraestatal”. Y sostuvo que con esto “podremos construir esa refinería iniciando ya el próximo año”. O sea, 2009, y ya estaba ahí ese dinero. Y nada de nada. Ahora, tuvimos otra promesa con menos de la mitad del dinero de la vez anterior.
Eso llamó la atención. Pero nunca hubo, ni siquiera, promesas de nuevas universidades federales, ni de ampliación de las existentes. Y algo así con otros de los renglones que mencionamos. Se anuncia el cierre de las oficinas de México ante la Unesco, y que el embajador de México en Francia se va a ocupar del trato con esa institución educativa de las Naciones Unidas, en un acto de desprecio por la educación pública.
En el Distrito Federal por lo menos tenemos a la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y 17 preparatorias.
¿Nuevas estaciones ferroviarias? Más bien hemos tenido un proceso de desmantelamiento de los ferrocarriles.
El dinero federal se destinó a “rescatar” y subsidiar a los banqueros, a aceptar que las mayores empresas no paguen impuestos, a crear más burocracia con mayores ingresos y prestaciones, y cosas así.
Tal vez se consideró que eso era “normal”. Ya llevábamos desde 1982 con los tecnócratas. Pero también podemos decir que ya tuvimos bastante, para el fin de este sexenio se cumplirán 30 años, además con la situación agravándose cada vez más.
En cualquier caso, el cambio de fondo urge ya. Y la tabla brasileña muestra que hay muchos cambios que son posibles.
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